Sacerdote de iglesia mexicana atacada con cientos de balas muestra cómo quedó el interior del templo

Frente al altar que recibió diversos impactos de bala, el sacerdote de la iglesia de Santa Anita, Enrique Urzúa, envió un mensaje a los miembros del crimen organizado

Ataque a iglesia

En las imágenes compartidas por el religioso se pueden apreciar diversos orificios de bala en las paredes. Crédito: Facebook/Catedral Guachochi | Cortesía

La comunidad de Santa Anita, ubicada en el municipio de Guachochi, en Chihuahua, se convirtió en un pueblo fantasma luego de que un comando armado abandonó un cuerpo decapitado afuera de una iglesia y disparó en cientos de ocasiones contra el templo religioso.

Un día después de este ataque que quedará en la memoria de sus habitantes, el sacerdote de dicha iglesia, Enrique Urzúa, compartió imágenes de las afectaciones que sufrió el interior del inmueble, además de enviar un mensaje en video.

“Nos encontramos con estos hechos lamentables, han balaceado el templo, han dejado afuera una persona decapitada, una camioneta quemada, el templo está balaceado por dentro y por fuera”, dijo el párroco al inicio de su mensaje.

Frente al altar lleno de balazos, el sacerdote hizo un llamado a los integrantes del crimen organizado para que pare la violencia. “Les ruego, les imploro en nombre de Dios, en nombre de este sufrido pueblo, les imploro, pues que dejen las armas, que dejen de lastimar a nuestra comunidad; somos hermanos de este mismo pueblo, somos hermanos de esta misma Patria, esto no es justo, esto no es correcto, han lastimado lo más sagrado de una comunidad, su templo”, indicó.

Pero sus palabras no solo fueron dirigidas a los criminales, sino también a las autoridades locales y federales para que se haga justicia y se resguarde la seguridad en Santa Anita. “Les ruego que se hagan cargo de esto, que tomen su papel, que nos ayuden, que nos auxilien, nos sentimos agredidos”, añadió.

En las imágenes compartidas por el religioso se pueden apreciar diversos orificios de bala en las paredes, cuadros de la virgen en el piso y vidrios rotos, dejando ver que la violencia ha escalado a tal punto, que ningún lugar es seguro para resguardarse.

Por su parte, el fiscal de Chihuahua, César Jauregui, dijo que se trabaja en la identificación de los grupos criminales y del hombre que murió. “Estamos en la identificación del sujeto, no es un militar, traía efectivamente ropa aparentemente de esa, pero no es ningún efectivo del Ejército”, declaró.

En tanto, los obispos del país se pronunciaron a través de un comunicado emitido por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), en el que expresaron su tristeza y pidieron que pare la violencia.

“Con profundo dolor e indignación, nos unimos en comunión con toda la comunidad de Santa Anita, en el municipio de Guachochi, Chihuahua, que viven con inseguridad y en incertidumbre. En medio de tanta muerte y crimen que se vive en el país, condenamos públicamente esta situación y exigimos cese la violencia”, se puede leer en el documento.

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