Vendedor de tamales, el primero en obtener los permisos para vender legalmente en Glendale

Es el segundo vendedor ambulante en obtenerlos en el condado de Los Ángeles; Manuel González está feliz de la respuesta que ha tenido de la comunidad para la venta de sus tamales

Manuel González, el primer vendedor ambulante con permiso en la ciudad de Glendale, California. (Araceli Martínez/La Opinión)

Manuel González, el primer vendedor ambulante con permiso en la ciudad de Glendale, California. (Araceli Martínez/La Opinión) Crédito: Araceli Martinez Ortega | Impremedia

Desde hace tres días, Manuel González vende tamales calientitos en un carrito afuera de la tienda de Home Depot en la ciudad de Glendale, California; y se siente muy afortunado porque cumplió con todos los requisitos bajo la ley para vender comida en la calle.

Manuel es el segundo vendedor ambulante que obtiene un permiso del Departamento de Salud del condado de Los Ángeles para vender comida en la vía pública en su carrito, y el primero en la ciudad de Glendale.

“Me ha ido muy bien. La comunidad de jornaleros alrededor del Home Depot me ha ayudado mucho y en general la gente de Glendale”, dice Manuel, nacido en Los Ángeles, pero de padres de Jalisco, México.

Antes de ser vendedor de tamales, Manuel era lavacarros, pero la pandemia lo obligó a reinventarse porque – dice – quería hacer algo por él mismo.

“Estuve hace tres semanas en la Feria de Pomona con mi carrito de tamales y ahora decidí establecerme en Glendale”, dice.

El original carrito de tamales de Manuel González. (Araceli Martínez/La Opinión)

Manuel se pone con su carritos de humeantes tamales a partir de las 10 de la mañana y permanece hasta las 10 de la noche.

“Los jornaleros se van a la 6 de la tarde, pero la tienda Home Depot cierra a las 10 de la noche, y yo me quedo hasta esa hora para venderle a los clientes que vienen y a la gente que va pasando”.

Platica que decidió ubicarse fuera del Home Depot de Glendale, porque él es cliente asiduo a esa tienda, y le gustó el punto para la venta de sus tamales.

“No estoy en terrenos de Home Depot sino en la banqueta”.

El comerciante vende sus tamales en un original carrito parecido al que emplean los paleteros, solo que es más grande. 

“Mide de 4 a 5 pies de largo, y 3 de ancho; y viene equipado con gas para mantener los tamales calientes al vapor”.

Revela que mandó hacer su carrito a la compañía Revolution Carts

“Uno va y les explica lo que quieren, y ellos te lo diseñan de acuerdo a tus necesidades. Se tardaron como 6 semanas en hacerlo”.

Dice que Revolution Carts también apoya a los vendedores ambulantes con asistencia para obtener los permisos de salud del condado de Los Ángeles, la licencia del gobierno para construir el negocio, y el permiso para operar el carrito.

“Batallé mucho para conseguirlos. Se tardaron como mes y medio para dármelos, pero me prometieron que en adelante va a ser más fácil. Ojalá que no se tomen más de dos semanas para entregarlos”.

También si nosotros no podemos encontrar dónde ponernos, la compañía Revolution Carts nos da opciones de dónde podemos ir.

“Ellos nos ayudan a construir nuestro carrito, nos asesoran sobre cómo conseguir nuestros permisos de salud y nos dan toda la asistencia que necesitamos para empezar el negocio”.

Manuel González cumple con todos los requisitos para vender tamales. (Araceli Martínez/La Opinión)

Manuel vende tamales de pollo y carne de puerco.

“Voy a tener de fresa, queso y rajas, y de elote, pero no siempre traigo porque la gente lo que más me pide son de pollo y puerco, y el resto se me quedan. No tienen la misma demanda”.

Dice que le puso a su carrito de tamales Good Food porque sus tamales en verdad que son buenos. 

“El otro día vinieron dos armenios y me preguntaron qué vendía. Les dije que tamales. No sabían qué eran, y les expliqué. Cuando los probaron quedaron fascinados. Así que estoy contribuyendo a que gente de otras culturas conozca y disfrute los tamales mexicanos”.

Manuel aclara que él no hace los tamales sino que tiene una persona que los prepara.

Cada tamal cuesta $5.

“Reconozco que están caros, pero son de calidad, son grandes, y en menos de dos minutos se los sirvo, no tienen que esperar como en un restaurante; y pueden pagar en efectivo o con tarjeta de crédito”.

Definitivamente, admite, que está feliz con su carrito de tamales Good Food.

Manuel González sale todos los días a vender sus tamales. (Cortesía Damian Sullivan)

Su sueño dice “es agarrar más carritos y ponerlos en diferentes lugares donde la comunidad pueda disfrutar los tamales”.

A Manuel se le ve sonriente no solo por la buena recepción que ha tenido su carrito de tamales en Glendale, una comunidad habitada mayormente por residentes de origen armenio sino porque también recientemente el Departamento de Salud del condado de Los Ángeles, lo calificó con el grado A que significa que su carrito se encuentra limpio, cumple con las reglas del código y está libre de violaciones.

“Estoy muy contento con mi carrito de tamales, y como latino me gusta demostrar que sí se puede. En un futuro me gustaría tener más trocas y dar trabajo a la gente”.

Manuel coloca su carrito de venta de tamales afuera del Home Depot de Glendale, localizado en el 5040 de San Fernando Road.

El año pasado, California aprobó la ley SB 972 que permite a los vendedores callejeros obtener permisos para vender legalmente ciertas comidas, lo que evita que sean sujetos de multas y acoso por parte de los inspectores de salud de los condados.

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