Exclusiva de la BBC: dentro de la implacable guerra de los talibanes contra las drogas en Afganistán

Afganistán solía producir más del 80% del opio del mundo. Un equipo de la BBC investigó en el terreno qué impacto ha tenido la prohibición del cultivo de amapola y cómo ha afectado a los agricultores

Una unidad antinarcóticos de los talibanes en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán.

Una unidad antinarcóticos de los talibanes en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán. Crédito: BBC Mundo | Cortesía

Con un rifle de asalto AK-47 colgado del hombro izquierdo y un palo en la mano derecha, Abdul golpea las cabezas de las amapolas tan fuerte como puede.

Los tallos vuelan por el aire, al igual que la savia del bulbo de la amapola, liberando el característico olor acre del opio en su forma más intensa.

En cuestión de minutos, Abdul y una docena de hombres arrasan la cosecha de amapolas que cubría el pequeño campo. Los hombres armados, todos vestidos con un shalwar kameez (una túnica tradicional afgana con pantalones holgados), la mayoría con largas barbas y algunos con ojos delineados con kohl, se amontonan en la parte trasera de una camioneta y se dirigen al siguiente campo.

Los hombres pertenecen a una unidad antinarcóticos de los talibanes en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán. Y obtuvimos un acceso excepcional para unirnos a ellos en una de sus patrullas para erradicar el cultivo de amapola de opio.

Hace menos de dos años, estos hombres eran combatientes insurgentes en la guerra por el control del país. Tras la victoria de los talibanes están del lado oficial y ejecutan las órdenes del gobierno.

En abril de 2022, el líder supremo talibán, Haibatullah Akhundzada, decretó que el cultivo de la amapola, de la que se puede extraer el opio, el ingrediente clave de la heroína, estaba estrictamente prohibido. El decreto advirtió que cualquier persona que violara la prohibición sería sancionada según la ley Sharia y su cosecha sería destruida.

Un portavoz talibán le dijo a la BBC que impusieron la prohibición debido a los efectos nocivos del opio -que se extrae de las cápsulas de semillas de amapola- y también porque va en contra de sus creencias religiosas.

Afganistán solía producir más del 80% del opio del mundo. La heroína hecha con opio afgano representa el 95% del mercado en Europa.

La BBC viajó a Afganistán y utilizó análisis satelitales para examinar los efectos de la acción del gobierno sobre el cultivo de opio.

Los líderes talibanes parecen haber tenido más éxito en la eliminación del cultivo que nadie antes.

Encontramos una gran caída en el cultivo de amapola en las principales provincias productoras de opio, y un experto señaló que el cultivo anual podría ser un 80% inferior al del año pasado.

Los cultivos de trigo menos rentables han suplantado a las amapolas en los campos y muchos agricultores afirman que están sufriendo financieramente.

Viajamos a provincias como Nangarhar, Kandahar y Helmand, condujimos por caminos de lodo, caminamos kilómetros en áreas remotas y montañosas y nos abrimos camino a través de tierras de cultivo para ver la realidad sobre el terreno.

Toor Khan destuyendo un campo de amapolas de opio junto a otros talibanes.

BBC
Toor Khan (derecha) destruyendo un campo de amapolas de opio junto a otros talibanes.

El decreto talibán no se aplicó a la cosecha de opio de 2022, que según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés) aumentó en un tercio con respecto a 2021.

Este año, sin embargo, es muy diferente. La evidencia que vimos en el terreno está respaldada por imágenes satelitales.

David Mansfield, un destacado experto en el comercio de drogas de Afganistán, está trabajando con Alcis, una empresa de Reino Unido que se especializa en análisis satelital.

“Es probable que el cultivo sea menos del 20% de lo que fue en 2022. La escala de la reducción no tiene precedentes“, apuntó.

Un gran número de agricultores ha cumplido con la prohibición y los combatientes talibanes destruyen las cosechas de los que no lo han hecho.

Toor Khan, el comandante de la unidad de patrulla talibán con la que estamos en Nangarhar, nos dice que él y sus hombres han estado destruyendo campos de amapola durante casi cinco meses y han eliminado decenas de miles de hectáreas de cultivos.

“Están destrozando mi campo, que Dios destruya tu hogar”, grita enojada una mujer a la unidad talibán mientras arrasan su campo de amapolas.

“Te dije esta mañana que lo destruyeras tú misma. No lo hiciste, así que ahora tengo que hacerlo”, grita Toor Khan. Ella se retira al interior de la casa.

Su hijo fue detenido por los talibanes durante el operativo y liberado con una advertencia unas horas después.

Los talibanes van armados y en gran número porque ha habido casos de resistencia de algunos pobladores. Al menos un civil murió en un tiroteo durante la campaña de erradicación y hay informes de otros enfrentamientos violentos.

Ali Mohammed Mia

BBC
La prohibición de plantar opio obligó al agricultor Ali Mohammed Mia a cultivar trigo.

El agricultor Ali Mohammad Mia observa con una mirada afligida cómo la unidad destruye su campo. Flores color rosa de amapola, bulbos verdes y tallos rotos cubren el suelo al final del operativo.

¿Por qué cultivó amapola a pesar de la prohibición?, preguntamos al agricultor.

Si no tienes comida en casa y tus hijos pasan hambre, ¿qué otra cosa harías?“, responde. “No tenemos grandes extensiones de tierra. Si cultiváramos trigo obtendríamos una fracción de lo que ganamos con el opio”.

Lo que llama la atención es la velocidad a la que los talibanes realizan el trabajo utilizando únicamente palos.

La patrulla limpió seis campos, cada uno de entre 200 y 300 metros cuadrados, en poco más de media hora.

¿Cómo se sienten al destruir una fuente de ingresos para su propia gente que pasa hambre?, le preguntamos a Toor Khan.

“Es la orden de nuestro líder. Nuestra lealtad hacia él es tal que si le dijera a mi amigo que me cuelgue, yo lo aceptaría y me entregaría a mi amigo”, dice.

La provincia de Helmand, en el suroeste del país, solía ser el corazón del cultivo de amapola de Afganistán y allí se producía más de la mitad del opio del país.

Fuimos a Helmand independientemente de la unidad antinarcóticos de los talibanes para ver de primera mano qué sucede ahora.

El año pasado, cuando estuvimos en la provincia, vimos tierras cubiertas de campos de amapola. Esta vez no podemos detectar un solo campo de ese cultivo.

Imágenes que muestran el colapso en la producción de opio

BBC

El análisis de Alcis muestra que el cultivo de amapola en Helmand se ha reducido en más del 99%.

“Las imágenes de alta resolución de la provincia de Helmand muestran que el cultivo de amapola se ha reducido a menos de 1,000 hectáreas. El año anterior era de 129,000 hectáreas”, dice David Mansfield.

Hablamos con el agricultor Niamatullah Dilsoz en el distrito de Marjah, al sur de la capital de Helmand, Lashkar Gah, mientras cosechaba trigo. El año pasado había plantado opio en ese mismo campo. Niamatullah nos dice que casi todos los agricultores de Helmand, un bastión talibán, han cumplido con la prohibición.

“Algunos agricultores intentaron cultivar amapola en jardines tapiados, pero los talibanes encontraron las plantaciones y las destruyeron”, agrega.

Excepto por el sonido del corte de tallos de trigo y los cantos de los pájaros, todo está en silencio en el campo. Durante la guerra, esta zona fue una línea de frente.

Las tropas de Reino Unido tenían una base en Helmand y libraron allí algunas de sus batallas más feroces.

Gráfico que muestra la caída en la producción de opio en Helmand

BBC

Niamatullah tiene poco más de 20 años. Esta es la primera vez en su vida que no teme ser alcanzado por una bomba cuando se aventura a salir.

Pero para un pueblo ya impactado por una larga guerra, la prohibición del opio ha asestado un golpe demoledor. La destrucción de cultivos tiene lugar en medio de un colapso económico que ha causado una pobreza casi universal en Afganistán. Dos tercios de la población no sabe de dónde vendrá su próxima comida.

“Estamos muy molestos. El trigo nos da menos de una cuarta parte de lo que solíamos ganar con el opio”, dice Niamatullah. “No puedo satisfacer las necesidades de mi familia. Tuve que pedir un préstamo. Hay hambre por todas partes y no tenemos ninguna ayuda del gobierno“.

Niamatullah cosechando trigo

BBC
Niamatullah cosecha ahora trigo en lugar de opio. “El trigo nos da menos de una cuarta parte de lo que solíamos ganar”.

Le preguntamos a Zabiullah Mujahid, el principal portavoz del gobierno talibán, qué está haciendo su gobierno para ayudar a la gente.

“Sabemos que la gente es muy pobre y está sufriendo. Pero el daño que causa el opio supera sus beneficios. Cuatro millones de afganos de una población de 37 millones sufrían de adicción a las drogas. Esa es una gran cantidad”, afirma. “En cuanto a las fuentes alternativas de sustento, queremos que la comunidad internacional ayude a los afganos a enfrentar las pérdidas“.

El portavoz rechaza las afirmaciones de la ONU, Estados Unidos y otros países de que el opio fue una fuente importante de ingresos para los talibanes cuando luchaban contra tropas de Occidente y el anterior régimen afgano.

“¿Cómo pueden los talibanes esperar ayuda de organizaciones internacionales cuando el propio gobierno talibán puso en peligro las operaciones y financiamiento de esas organizaciones prohibiendo el trabajo de mujeres en todas las ONGs?”, preguntamos al vocero oficial.

“La comunidad internacional no debería vincular asuntos humanitarios con asuntos políticos”, responde Mujahid.

“El opio no solo está dañando a Afganistán, todo el mundo se ve afectado por él. Si el mundo se salva de este gran mal, entonces es justo que el pueblo afgano reciba ayuda a cambio”.

El impacto de la prohibición sobre los precios del opio es evidente.

En Kandahar, el hogar espiritual de los talibanes y tradicionalmente otra importante zona de cultivo de amapola, nos encontramos con un agricultor que se aferra a una pequeña parte de su cosecha del año pasado: dos bolsas de plástico, cada una del tamaño de una pelota de fútbol, llenas con resina de opio oscura y de olor penetrante. Estamos ocultando su identidad para protegerlo.

“El año pasado, justo antes de la prohibición, vendí una bolsa como esta por una quinta parte de lo que podría conseguir ahora. Estoy esperando que el precio aumente aún más para poder sostener a mi familia por más tiempo. Nuestra situación es muy mala. Ya tuve que pedir un préstamo para comprar comida y ropa. Claro que sé que el opio es dañino, pero ¿cuál es la alternativa?”, nos dice.

Dos grandes bolsas de plástico con opio

BBC
A pesar de la prohibición, un agricultor dijo a la BBC que espera vender lo que salvó de su cosecha de opio.

Puede tomar un tiempo para que la destrucción de cultivos impacte el precio de venta al público de heroína.

“Si bien los precios del opio y la heroína se mantienen en su punto más alto en 20 años, han estado cayendo durante los últimos seis meses, a pesar de los bajos niveles de cultivo de amapola este año”, afirma Mansfield.

“Esto sugiere que hay reservas significativas en el sistema, y que la producción y el comercio de heroína continúan. Las incautaciones en estados vecinos y más lejanos también indican que la escasez de heroína no es inminente”.

Mike Trace, un exfuncionario de la UNODC, fue un alto asesor del gobierno británico en políticas contra drogas cuando el primer régimen talibán prohibió el cultivo de opio en 2000, un año antes de la invasión de Afganistán liderada por Estados Unidos.

“Eso no generó un impacto masivo e inmediato en los precios y mercados occidentales, porque los actores acumulan una gran cantidad de existencias a lo largo de esa ruta de narcotráfico”, dice. “Esa es la naturaleza del mercado y no ha cambiado fundamentalmente en los últimos 20 años”.

Cultivos de amapola

BBC
A pesar de la disminución en el cultivo de amapola, los precios de opio y heroína han estado cayendo en los últimos seis meses.

Estados Unidos gastó miles de millones de dólares en Afganistán para tratar de erradicar la producción y el tráfico de opio, y cortar así la fuente de financiación de los talibanes.

Las fuerzas estadounidenses lanzaron ataques aéreos contra campos de amapola en territorio controlado por los talibanes, quemaron reservas de opio y realizaron redadas en laboratorios de drogas.

Pero el opio también se cultivaba libremente en áreas controladas por el antiguo régimen afgano respaldado por Estados Unidos, algo que la BBC presenció antes de la toma de poder por parte de los talibanes en 2021.

Por ahora, los talibanes parecen haber logrado en Afganistán lo que Occidente no pudo. Pero hay dudas sobre cuánto tiempo pueden sostener la situación.

En cuanto a la adicción a la heroína en Reino Unido y el resto de Europa, Mike Trace dice que es probable que una reducción drástica en el cultivo de opio en Afganistán altere el tipo de narcóticos consumidos.

Es probable que la gente recurra a las drogas sintéticas, que pueden ser mucho más dañinas que el opio“.

Los periodistas Imogen Anderson y Rachel Wright contribuyeron a esta nota.


Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.

En esta nota

Afganistán Narcotráfico
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain