Sacerdote suspendido en México asegura que el narco ha comprado el silencio de la Iglesia
Gregorio López Gerónimo, mejor conocido como el Padre Goyo, no dudó en exponer los alcances que tiene el crimen organizado en México, afectando incluso a sectores como la Iglesia católica
Michoacán es un estado mexicano del que han emanado tradiciones culturales mundialmente reconocidas, pero también de él han surgido grupos criminales sanguinarios y las autodefensas para combatirlos.
En este tenor, el sacerdote Gregorio López Gerónimo, mejor conocido como el Padre Goyo, aseguró que en la entidad existe la empresa más grande del sicariato del país latinoamericano y que los políticos la han financiado.
En entrevista con el diario Milenio, el sacerdote que actualmente está suspendido de sus funciones clericales, aseguró que además el narco ha comprado el silencio de la Iglesia ante la ola de violencia que se vive en el estado, principalmente en la región de Tierra Caliente, donde esta situación es crónica y ha dejado a miles de personas lastimadas, pues muchas han sido víctimas de desplazamientos forzados y otras más fueron asesinadas.
Además, el Padre Goyo recordó que en Michoacán han gobernado los principales partidos políticos de México, lo que no ha hecho diferencia en la violencia que lacera a toda la sociedad y que ha dejado cinco sacerdotes asesinados. “La delincuencia organizada no está con las manos cruzadas. A mí me han amenazado”.
¿Por qué fue suspendido el Padre Goyo?
De acuerdo Milenio, el padre Goyo dijo que fue suspendido en 2020 indefinidamente de sus actividades dentro de la Iglesia católica “por faltas graves a los estatutos del clero y a su labor sacerdotal”, según el documento que estaba firmado por Cristóbal Ascencio García, obispo de la diócesis de Apatzingán.
“Me suspendieron porque toqué los cayos a quienes están apadrinando a mi obispo Cristóbal Ascencio García, quien tiene 10 camionetas Ford Ranger, que le dio el grupo criminal Los Viagras”, afirmó el religioso.
Fue una consecuencia, apunta, por su activismo contra el crimen organizado y su respaldo a los grupos de autodefensa que surgieron en Michoacán en 2013. Hoy es presidente del colectivo El Buen Samaritano de Apatzingán, organización que brinda apoyo a los desplazados.
La delincuencia compra a todos en Michoacán
Siguiendo con la narrativa de su expulsión de la Iglesia católica, el sacerdote dijo que la delincuencia “tiene maneras para que te vuelvas parte. Con donativos, por ejemplo”. Por ello acusó que dentro de las altas esferas hay complicidad.
“Se debe de decir fuerte. La delincuencia organizada penetró a toda la sociedad. Ha rebasado a todas las instituciones: de seguridad, políticas, religiosas. Llegaron Los Templarios, después de La Familia Michoacana, y esos compas ya tenían copadas la economía, la política, la justicia, la educación y quisieron también entrar en el tema religioso. Hicieron un cártel con una gran injerencia social, con raíces en la estructura y tejido social”, indicó.
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