Miles celebran el Día del Salvadoreño en Los Ángeles

En el 25 aniversario anual de las celebraciones patronales al Divino Salvador del Mundo y el festival del Dia del Salvadoreño, miles de personas se hicieron presentes uniendo las generaciones de quienes iniciaron la diáspora del “Pulgarcito de América”, antes, durante y después de la Guerra Civil (1979-1992) y a los hijos que nacieron en suelo estadounidense.

Si bien las pupusas son, por mucho, la comida más popular o el platillo nacional de El Salvador, no faltaron los tamales de pollo, cerdo y elote, los panes y gallina rellena o el churrasco típico con frijoles y plátano frito, en los diversos puestos que se instalaron a lo largo del bulevar Venice.

“Lo malo es que triplicaron los precios”, se quejó Marina Menjívar, salvadoreña nacida en San Miguel y residente de Los Ángeles. “Imagínese, un fresco de ensalada salvadoreña me lo vendieron a $10 y las pupusas, ni se diga, los vendedores quieren hacer su agosto con nosotros”.

Este año, organizadores de UNICOMDES USA (Unidad de Comunidades de El Salvador en Estados Unidos) vaticinan que aproximadamente 70,000 personas se darán cita en el festival de música en vivo, puestos de comida, cervecería al aire libre, juegos mecánicos, arte, artesanía y cultura.

“Vine a Los Ángeles para enseñarle a mis hijos lo bello de mi cultura y de nuestra gastronomía”, dijo Geovany Molina, un consejero estudiantil en Washington State, mientras compraba camisetas de la selecciona nacional de futbol de El Salvador, para sus hijos Kemuel y Leví.

La entrada al festival es gratuita, y los organizadores han pedido a sus compatriotas de origen salvadoreño que participen y donen juguetes para los niños necesitados de su país y de Los Ángeles. Se repartirán en diciembre.

“Si hay ganancias, regalaremos becas de $500 a $1,000 para estudiantes hijos de salvadoreños”, reveló Jaime Tejada, tesorero de UNICOMDES USA. Este tema lo discutiría con Wendy Cordero (presidenta) y Wendy Castillo (secretaria).

Además de ser parte del comité del festival del Día del Salvadoreño, Tejada es parte del Comité Pro-emergencia Chalchuapaneca (COPRECHA), una organización dedicada a ayudar a repatriar cuerpos de salvadoreños que fallecen en Estados Unidos, en colaboración con una funeraria.

“El límite de ayuda que tenemos para los familiares de los difuntos es de $2,199”, dijo. “Por eso pedimos a la comunidad que nos ayuda para ayudar”.

Comunidad que se multiplica
Desde el año 2000 a 2017, la población de origen salvadoreño aumentó 225%, pasando de 711,000 a 2.3 millones.

Según cifras del Pew Research Center los mayores porcentajes de migrantes salvadoreños están representados en California (32%), Texas (15%) 7 Nueva York (9%).

Y, de acuerdo con el cónsul general de El Salvador en Los Ángeles, Alejandro Letona, ya son 2.8 millones de salvadoreños en Estados Unidos: 1.5 millones en California, y medio millón en Los Ángeles.

Una es Nelly Gallegos, una salvadoreña de La Paz, que conversaba con Herlinda Ferman y Areli Vega, ambas de San Salvador, quienes decidieron probar comida típica de Guatemala.

“De mi país extraño todo, pero más, la comida y a mis familiares; pero me siento orgullosa de que ya puedo ir tranquila a mi país”, indicó, al reconocer el sometimiento y encarcelamiento de 70,000 expandilleros durante el mandato del presidente Nayib Bukele.

“Yo viví la guerra desde que empezó hasta el final”, recordó. “Por eso vine a celebrar el Día del Salvadoreño con mi gente”.

La proclamación y Bajada del Divino Salvador
Aunque la celebración oficial del Día del Salvadoreño se remonta a 2006, cuando fue aprobada la resolución H.R. 721 de la excongresista Hilda Solís -actual supervisora del condado de Los Ángeles-, las fiestas agostinas se festejan desde 1999.

La idea de celebrar la cultura y la herencia salvadoreña surgió de la inspiración Isabel Cárdenas “Chabelita” y miembros de la Asociación Nacional Salvadoreño Americana (SANA), un organismo formado por simpatizantes y militantes del izquierdista Frente Farabundo Martí para La Liberación Nacional (FMLN).

“La idea de la bajada del Divino Salvador fue de Salvador Gómez Góchez, y fue Fidel Sánchez quien la puso la idea en acción por varios años”, informó “Chabelita” Cárdenas, a La Opinión. Otros miembros de SANA eran Mario Fuentes, Werner Marroquín y Raúl Mariona

“La proclamación federal del Día del Salvadoreño Americano la escribí yo, con ayuda de Mario Beltrán y la propusimos, a nombre de SANA, al exconcejal Nick Pacheco”, añadió Cárdenas, de 84 años.

Por otra parte, la Bajada del Divino Salvador evoca la Transfiguración de Jesucristo, de quien el país recibe su nombre.

“Esta es la celebración central, tal como acontece frente a la Catedral Metropolitana de San Salvador”, dijo Salvador Sanabria, presidente y director ejecutivo de El Rescate.

Sanabria consideró que , para los salvadoreños que radican en Estados Unidos, dicha “transfiguración” representa la transformación de una comunidad y de quienes llegaron a este país en los años 1980 como emigrantes jóvenes.

“Éramos cientos de miles de refugiados no reconocidos que después fuimos considerados para cambiar de estatus, gracias a la Ley de Reforma y Control de la inmigración (IRCA) de 1986; muchos regularizamos nuestra estadía, y, después, ya como ciudadanos estadounidenses, ejercimos nuestros derechos cívicos y políticos en esta nación”.

Además de la Bajada del el Divino Salvador, el domingo se tiene contemplado el corte de listón del festival y el reconocimiento como “capitán mayor” a los salvadoreños Jaime Peñate, Germán Mangandi, y Raúl Mariona.

DUI y pasaportes
El cónsul Letona y un contingente de la sede diplomática instalaron un consulado móvil en el festival, para atender a los salvadoreños en el trámite del Documento Único de Identidad (DUI) y pasaportes.

“Ellos forman parte esencial del país y nosotros queremos ayudarles a reivindicar sus derechos y hacerles las cosas más fáciles”. dijo el diplomático.

En efecto, de acuerdo con Samuel Bojórquez, tramitar su DUI vencida le tomó pocos minutos y un costo de $35, al igual que a José Mario Rovira, quien requería solamente hacer un cambio de dirección para obtener ese documento vital de identidad.