Christian Alicea no quita el dedo del renglón
El joven artista le apuesta a la salsa y otros géneros tropicales para triunfar
Recientemente debutó con "Yo", un disco con una mezcla de salsa gorda, salsa romántica, mambo, reggae y rap. Crédito: Cortesía
Christian Alicea está seguro de que en cualquier momento la música tropical va a explotar como una bomba.
“Es cierto que no es el momento de esta música”, reconoció el intérprete puertorriqueño. “Pero dentro de todo el resurgimiento de la música están pasando muchas cosas a la vez, como un merengue de Rosalía, que está pegado, y uno que está haciendo música tropical, pues nos damos cuenta de que el público tiene hambre de algo distinto”.
Por eso, este artista nacido hace 27 años en Lares, Puerto Rico, no ha quitado el dedo del renglón y recientemente debutó con “Yo”, un disco con una mezcla de salsa gorda, salsa romántica, mambo, reggae y rap.
Y cómo elegir otro género, si Christian ha respirado salsa desde que nació. Su padre es vocalista y músico de Maiken, una banda que tiene más de 30 años trabajando en la isla. Luego, su hermano mayor —Christian es el menor de tres hermanos varones—, fue parte de una agrupación de merengue; en ella, a los 14 años, Christian era el percusionista.
Hace dos años, decidió comenzar su carrera como solista, y desde entonces ha colocado los temas “Vuelve” y “Cobarde” entre los primeros 20 lugares de la lista de popularidad de Billboard. También le ha ido muy bien en República Dominicana y Colombia.
Recientemente se ha presentado en escenarios de la costa este, pero espera salir de gira pronto con su material musical y con su banda completa.
Una de sus estrategias para marcar la diferencia entre los salseros clásicos y los que están surgiendo recientemente es su apariencia. El artista tiene afición por el ejercicio y, religiosamente, todas las mañanas madruga para hacer su rutina.
“Para llamar la atención de las generaciones nuevas, de los chamaquitos, tenemos que darle una actualización a la música. No solo en los sonidos, sino en las letras, en la ropa que usamos, porque al final yo soy un chamaquito como ellos”, señala.
Seguir fiel a su línea ha sido un reto, dijo, “pero a la vez vamos por buen camino; la gente nos deja saber que vamos bien”.
