‘El karma se acabó’ para Los Tucanes de Tijuana
Luego de casi 15 años, la agrupación finalmente puede tocar en su ciudad natal
Por casi 15 años —se cumplirían en noviembre—, los seguidores de Los Tucanes de Tijuana que residen en esa ciudad al norte de México podían ver al quinteto, literalmente, en cualquier lugar del mundo: Colombia, Coachella, Ciudad de México, Mónaco.
Excepto en Tijuana.
“Al principio lo tomamos a la ligera”, dijo Gustavo “Chito” Labrada, baterista de Los Tucanes, acerca del veto que se le impuso a la banda en su ciudad natal. “Cuando el secretario de seguridad pública [de Tijuana] nos dio la noticia pensamos que era pasajero”.
Sin embargo, por casi década y media, cada vez que un empresario contrataba al grupo para que actuara en Tijuana, sin mayor explicación, se le negaba el permiso. Aparentemente, no había una denuncia formal o acusación que legalmente impidiera a Los Tucanes tocar en esa ciudad fronteriza.
Pero al parecer la palabra de un servidor público fue más poderosa que la legalidad. A tal grado que, inexplicablemente, a pesar de que ese funcionario dejó el puesto años atrás, la prohibición para que Tucanes fuera contratada en Tijuana prevaleció por un plazo que parecía eterno.
Según reportes de esa época, Los Tucanes se hizo acreedor al castigo cuando durante un concierto, el líder de la banda, Mario Quintero, leyó en voz alta un saludo que iba dirigido a un reconocido narcotraficante.
“A nosotros nos llegan papelitos con saludos y peticiones [de canciones]”, dijo Gustavo, quien tiene su residencia en Chula Vista, California, ciudad cercana a la frontera con México. “Leímos como cien en ese concierto […] ¿Cómo íbamos a saber si realmente la persona está ahí?”.
El supuesto crimen: apología del delito, que, en otras palabras, tiene que ver con la exposición pública de ideas o doctrinas que ensalcen el crimen o enaltezcan a su autor.
El veto pareció ver su fin en el 2020, cuando Tucanes, que este viernes de semana actuará en el Pacific Amphitheatre, como parte de la serie de conciertos de verano, fueron contratados —por las mismas autoridades tijuanenses— para participar en las celebraciones de los 130 años de existencia de la ciudad. Pero ya se sabe qué pasó en ese 2020, y el quinteto se tuvo que conformar con ofrecer su show de manera virtual.
Después de todos estos años, y sin una denuncia formal ni juicios ni citas a los tribunales, Los Tucanes de Tijuana pudieron volver a la ciudad que los lanzó a la fama. El 8 de julio, en medio de incredulidad y recelo por parte de los fans, el grupo ofreció un show larguísimo en el estadio Caliente.
“Fue un regreso que nos dio mucha emoción y alegría”, dijo el músico. “Mucha gente no se la creía porque muchas veces les pasó que compraban boletos y cuando el empresario iba por el permiso se lo negaban”.
El concierto, que estaba programado para dos horas, se extendió hasta más de cuatro horas. La gente salió del recinto a las 4:15 de la mañana.
“Era ilógico que fuéramos Los Tucanes de Tijuana y no pudiéramos tocar en Tijuana”, dijo Gustavo. “Pero a otras bandas que cantan corridos explícitos sí las dejaban tocar […] Pueden ver las letras de nuestras canciones; es literatura en comparación con otras que son explícitas o fuertes”.
Los Tucanes esperan repetir la experiencia el próximo año. Para entonces ya tendrán un disco nuevo en el que están trabajando actualmente. Promete que vendrán más eventos con la gente de Tijuana para reponer el tiempo perdido.
“Este karma se acabó”, dijo el artista.