Prueban utilizar café para crear un nuevo tipo de hormigón mucho más resistente
Los ingenieros australianos garantizan un 30% mayor de resistencia de su hormigón fabricado con los residuos del café. Al mismo tiempo, el material de construcción ayuda a reducir las emisiones contaminantes.
Un grupo de ingenieros de Australia ha encontrado la manera de usar los posos de café tostado para producir un hormigón 30% más resistente, y de paso, reducir las emisiones contaminantes generadas por los residuos orgánicos del café, según detalla un estudio publicado este miércoles (23.08.2023) por la revista científica Journal of Cleaner Production.
En concreto, los investigadores de la Universidad Royal Melbourne Institute of Technology (RMIT), con sede en la ciudad australiana, han logrado crear un hormigón más resistente transformando los posos de café en biocarbón mediante la pirólisis, una técnica de baja energía que consiste en calentar los residuos orgánicos sin oxígeno a una temperatura de 350 grados.
“La inspiración de nuestro trabajo fue encontrar una forma innovadora de utilizar las grandes cantidades de residuos de café en los proyectos de construcción en lugar de que vayan a parar a los vertederos, para darle al café una ‘doble oportunidad’ de vida”, explicó el coautor Rajeev Roychand, en un comunicado del RMIT.
Conscientes del cambio climático
En el documento de la universidad se informa que solo en Australia se generan más de 75 millones de kilogramos de residuos de café molido al año, la mayoría de los cuales termina en los vertederos. A nivel mundial, esa cifra podría llegar a los 10.000 millones de kilogramos.
“La eliminación de residuos orgánicos plantea un reto medioambiental, ya que emite grandes cantidades de gases de efecto invernadero, como metano y dióxido de carbono, que contribuyen al cambio climático”, afirmó Roychand.
“El problema de los residuos orgánicos que van a los vertederos es básicamente (que genera) una alta emisión de metano, que es 21 veces peor que el dióxido de carbono, así como el enorme gasto de recursos para desechar este material”, complementó el principal autor Jie Li.
Reemplazo de la arena natural
Los investigadores también creen que el uso de este biocarbón podría contribuir a sustituir gran parte de los 50.000 millones de toneladas de la arena natural que la industria de la construcción extrae anualmente de los lechos de los ríos y riberas para fabricar el hormigón.
“El mantenimiento de un suministro sostenible de arena plantea retos críticos y duraderos debido a la naturaleza finita de los recursos y al impacto medioambiental de la extracción de arena”, explicó Li, quien apuesta por un enfoque de economía circular en este sector.
La iniciativa de los ingenieros parece ser todo un éxito: “Varios ayuntamientos que luchan contra la eliminación de residuos orgánicos se han interesado por nuestro trabajo. Ya nos han contratado para sus próximos proyectos de infraestructuras que incorporan formas pirolizadas de distintos residuos orgánicos”, concluyó Roychand.
Editado por José Urrejola con información de EFE