La crítica situación en la Franja de Gaza tras el ataque de Hamás y las represalias de Israel
Un periodista de la BBC en Gaza afirma que casi no hay electricidad y que los hospitales están saturados tras los ataques aéreos israelíes.
El sábado por la mañana, la población de Gaza celebraba que Hamás hubiera disparado miles de cohetes contra Israel y lanzado mortíferos ataques transfronterizos.
Un día después, el panorama era muy distinto.
Tras una noche de bombardeos israelíes ininterrumpidos, la población permanecía en sus casas. Las explosiones continuaron durante toda la mañana del domingo.
El sonido era aterrador. Nubes de humo negro envolvían edificios en toda la Franja de Gaza.
Hamás afirma que 150 objetivos fueron alcanzados por misiles israelíes. Entre ellos se encuentran posiciones militares, las casas de los líderes del grupo militante y bancos gestionados por Hamás.
Uno de los ataques israelíes más significativos del domingo por la mañana tuvo como objetivo la torre Watan, que sirve de centro neurálgico para los proveedores de internet en Gaza.
Más de 400 personas murieron en los bombardeos israelíes y la mitad de las víctimas fueron civiles, entre ellos mujeres y niños, afirma Hamás.
La mayoría de las zonas quedaron sin luz ya que Israel dejó de suministrar electricidad a Gaza.
El proveedor propio de los palestinos solo puede suministrar el 20% de la electricidad necesaria.
También se cortó el suministro de agua y la provisión de alimentos.
En la mañana del domingo, mientras conducía por el centro de Gaza, vi escombros que bloqueaban las calles.
Las tiendas estaban cerradas, salvo algunas panaderías donde se habían formado largas filas.
La escalada empeoró aún más la situación humanitaria en la Franja.
Sus hospitales, mal equipados y con dificultades para prestar asistencia sanitaria a una población de más de dos millones de personas, lanzaron llamados desesperados para conseguir donantes de sangre.
Mahmud Shalabi, director en Gaza de la organización benéfica Medical Aid for Palestinians (Ayuda Médica para los Palestinos), describió el principal hospital de la ciudad como un “matadero”.
Muchas personas yacían en el suelo en el servicio de urgencias, dijo.
“Había muchos cadáveres en la morgue y muchos miembros del personal médico eran incapaces de hacer frente a la enorme afluencia de víctimas que estaban recibiendo”, añadió Shalabi.
Más tarde el domingo, los residentes de una parte de la ciudad de Gaza recibieron mensajes SMS del ejército israelí aconsejándoles que se refugiaran antes de los ataques.
Más de 20.000 personas se dirigieron a locales de Naciones Unidas en la zona, declaró un representante de la ONU a la BBC.
Hamás, que ha controlado Gaza durante los últimos 17 años, conoce las consecuencias de atacar a Israel, por lo que debe haber supuesto ataques de represalia tan masivos.
El grupo, respaldado por Irán, ha dejado claro que está preparado para una guerra con Israel.
Hamás ha declarado que ha estado contrabandeando armas a pesar del bloqueo egipcio-israelí y desarrollado su propio arsenal.
El grupo ha prometido continuar con lo que denomina “ataques de represalia”.
Tras una pausa durante la noche del sábado al domingo, declaró que había disparado 100 cohetes contra la ciudad de Sederot, en el sur de Israel.
Los gazatíes de a pie expresan sentimientos encontrados ante este conflicto sin precedentes.
Aunque algunos consideran que los ataques con cohetes de Hamás son motivo de celebración, a muchos les preocupa que la violencia continúe por un largo tiempo.
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