Cambiar la dieta podría reducir la huella de cárbono en EE.UU.: por qué
Un nuevo estudio ofrece información valiosa sobre cómo las personas pueden contribuir al bienestar del planeta y su propia salud a través de elecciones dietéticas simples pero impactantes
Nuestras elecciones alimenticias no solo afectan nuestra salud personal, sino que también tienen un impacto significativo en la salud del planeta. Un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la actividad humana proviene de la producción de alimentos, lo que vincula directamente nuestra dieta con problemas de salud como la obesidad y las enfermedades cardíacas.
Un reciente estudio publicado en Nature Food aborda estos desafíos al evaluar el impacto ambiental y de salud de simples sustituciones de alimentos en la dieta de los Estados Unidos. Enfocándose en encontrar soluciones prácticas para un problema global, los investigadores analizaron datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) de 2015-2016, que representa a la población estadounidense.
El estudio se centró en las emisiones de gases de efecto invernadero, un impacto ambiental crítico de la producción de alimentos. Los datos de emisiones se derivaron de la base de datos de estudios dietéticos y de nutrición sobre los impactos del retiro de alimentos en el medio ambiente.
Esta base de datos ofreció información sobre las emisiones de gases de efecto invernadero vinculadas a la producción de alimentos específicos, según lo informado por los participantes.
Dietas simples
Los investigadores identificaron cuatro grupos principales de alimentos (platos combinados, proteínas, lácteos y bebidas no alcohólicas) que representan aproximadamente el 85% de las emisiones de carbono de la dieta estadounidense. Dentro de estas categorías, buscaron sustituciones dietéticas simples para reducir las emisiones de carbono y mejorar la salud.
Por ejemplo, en el grupo de las proteínas, la carne de res fue reemplazada frecuentemente por carne de ave. Los platos combinados vieron sustituciones de platos principales de carne de res o cerdo por versiones vegetarianas o de aves de corral.
La leche y los productos lácteos pasaron de alternativas de origen animal a alternativas a base de soja o almendras, y los cambios en las bebidas implicaron principalmente reemplazar el jugo por frutas enteras.
La implementación de estos cambios dietéticos podría reducir significativamente la huella de carbono asociada con el consumo de alimentos. Las sustituciones de proteínas podrían dar lugar a una reducción del 50,2 % en la huella de carbono de la dieta, mientras que las sustituciones de platos combinados podrían dar lugar a una reducción del 52,6 %.
En total, si se adoptaran todos los intercambios de alimentos sugeridos en las cuatro categorías, existe la posibilidad de una reducción del 37,5% en la huella de carbono del consumo de alimentos en Estados Unidos.
Beneficios ambientales
Además de los beneficios ambientales, estas sustituciones prometen mejorar la salud de los estadounidenses. La sustitución de proteínas simulada podría mejorar la calidad de la dieta en un 4,3%, según las puntuaciones del Índice de Alimentación Saludable (HEI) 2015, que se correlacionan con un menor riesgo de diversas enfermedades. Los cambios en los platos combinados podrían conducir a una mejora del 10,3% en la calidad de la dieta.
El estudio también reveló que los adultos, especialmente los hombres, mostraron una mayor reducción en su huella de carbono dietética que los niños y las mujeres. Además, se encontraron diferencias entre los grupos raciales y étnicos, con los encuestados asiáticos mostrando reducciones en las sustituciones de proteínas ligeramente menores que otros grupos.
Dado que el cambio climático y la salud son temas críticos en la actualidad, este estudio ofrece información valiosa sobre cómo las personas pueden contribuir al bienestar del planeta y su propia salud a través de elecciones dietéticas simples pero impactantes.
Al adoptar una dieta que enfatice frutas, verduras y legumbres mientras se reduce el consumo de carnes rojas y procesadas, las personas pueden marcar la diferencia en la lucha contra el cambio climático y mejorar su bienestar personal.
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