Cumbre juvenil de MADD alerta de los peligros del alcohol y las drogas
Los jóvenes educaron de igual a igual a otros jóvenes, y en diversos talleres que organizaron en las aulas de la secundaria brindaron su voz y su perspectiva sobre programas de prevención
Con la misión de prevenir el consumo de alcohol y drogas entre menores de edad, adolescentes que tienen influencia en las redes sociales fueron parte de una cumbre en la secundaria Los Nietos, en la ciudad de Whittier.
Organizada por la organización Madres en Contra de la Conducción en Estado de Ebriedad (MADD/Mothers Against Drunk Drivers), los jóvenes se dieron cuenta que ellos tienen hasta siete veces más probabilidades de participar en actividades relacionadas con las bebidas embriagantes.
En efecto, jóvenes como Allan Contreras y Gabriela Morgado, miembros de Helpline Youth Counseling, Inc. dijeron que realizan labores de alcance para crear conciencia sobre problemas de drogadicción.
“Muchos jóvenes se involucran en las drogas por falta de atención de los padres”, dijo Gabriela Morgado. “Cuando nos acercamos a ellos, no les hablamos de las consecuencias, sino de los efectos [de las drogas] en su mente, salud y vida”. Su trabajo lo realizan en las ciudades de Whittier, Cerritos, Norwalk, Santa Fe Springs, Artesia, Downey y Paramount.
Los jóvenes educaron, de igual a igual, a otros jóvenes, y en diversos talleres que organizaron en las aulas de la secundaria brindaron su voz y su perspectiva sobre programas de prevención del abuso de sustancias y el consumo de alcohol.
“El alcohol sigue siendo la droga número uno entre los jóvenes”, manifestó Melissa Estelle, gerente de programas de MADD. “La educación es de igual a igual”.
“Es simplemente lo más común, lo más accesible, lo más frecuente que ven en las redes sociales y la televisión, y todas las cosas que suceden a su alrededor”, añadió.
Aunque expresó que no necesariamente que se trata de una crisis, “definitivamente sigue siendo un tema que MADD quiere abordar”.
Estadísticas que alarman
De acuerdo con el Centro Nacional de Estadísticas sobre Abuso de Drogas, (NCDAS), entre los jóvenes estadounidenses es un problema de salud pública de alto perfil, ya que 2.08 millones de adolescentes entre 12 y 17 años reportaron haber usado alguna droga en el último mes.
Entre ellos, 83.88% usaron marihuana; 591,000 adolescentes usaron alguna otra droga ilícita, distinta a la marihuana, y para cuando habían llegado al grado 12, el 46.6% habían probado drogas ilícitas.
El mismo informe, de 2016 a 2020, señala que, en un año, 4,777 jóvenes estadounidenses de 15 a 24 años murieron por una sobredosis.
En cuanto al alcohol, de los adolescentes del grado 12, un 62% han abusado de él.
En California, entre un total de 314,000 estudiantes de 12 a 17 años reportaron haber consumido drogas en el último mes, y el 85.03% usaron marihuana; el 0.53% usaron cocaína, el 0.10% probaron metanfetaminas, y el 8.85% probaron el alcohol.
Nélida Estrada, quien trabaja en la Unidad de DUI (Conductores Bajo la Influencia) en el Departamento de Libertad Condicional del condado de Los Ángeles, manifestó a La Opinión que las autoridades crean conciencia entre los estudiantes para que no manejen después de que hayan consumido alcohol.
“Queremos que, desde pequeños tengan una influencia positiva y sepan de los efectos del alcohol y no tomen cuando sean adultos”, dijo. “Cuando los jóvenes se comunican a través de las redes sociales, son muy receptivos, aprenden y se respetan mucho entre ellos mismos”.
Comienzan a beber temprano
Según datos del Departamento de Salud Pública del condado de Los Ángeles, uno de cada siete bebedores comienza a ingerir alcohol antes de los 13 años. Entre 2010 y 2020, un promedio anual de 11,000 choques vehiculares fue atribuido al consumo de alcohol, casi 6,000 heridos cada año y al menos 200 fatalidades en promedio. En 2020 las tasas se redujeron casi a la mitad en las tres categorías.
“Por alguna razón los números se dispararon en 2020”, dijo Alma Romero, consejera de abuso de sustancias del Departamento de Salud Pública del condado. “La gente estaba atrapada en casa, bebían un poco más; por suerte ahora tenemos servicios de Uber, Lyft [para transportar a conductores ebrios], pero todavía estamos viendo un aumento”.
Al evento acudió el niño Caleb Campos, de 10 años de edad, estudiante de la primaria Camino Nuevo Kayne Siart, junto con su abuelita Mirna Aguilar, una activista del Centro Comunitario de Koreatown.
“Vivimos en una sociedad sin valores; por eso tenemos tantos problemas”, dijo la mujer. “Yo, como puedo, trato de mantener a mi nieto alejado de las drogas y el alcohol”.
Por su parte, Johan Calvo, estudiante de Desert Hot Springs High School, fijaba su mirada atento a toda clase de drogas y estupefacientes que exhibieron los jóvenes lideres de South East Community Alliance (SECA Coalition)
“Yo les digo a mis amigos que no hagan drogas porque se pueden hacer daño a sí mismos y a sus familias”, declaró el adolescente de 16 años que aspira a ser detective de la policía. “Los niños que se gastan en drogas el dinero que les dan sus padres, no está bien; así no van a cumplir sus metas”.
Cada 39 minutos muere alguien
Patricia Rillera, presidenta del Capítulo de California de Madres en Contra la Conducción en Estado de Ebriedad (MADD), mencionó que evitar muertes es algo tan sencillo y lógico de entender, pero difícil de hacer para mucha gente.
MADD reporta que cada 39 minutos muere alguien en un choque vehicular a causa de un conductor ebrio.
“Si vas a ir a un evento deportivo, a una fiesta o el teatro, o sea lo que sea, haz planes para que tengas una persona que sea tu conductor designado”, dijo Rillera. “Realmente basta un par de segundos para tomar una decisión acertada”.
Subrayó que todavía nos queda mucho por hacer, pero no se van a dar por vencidos porque esperan que en un futuro no haya más víctimas de muertes y lesiones causadas por las drogas y el alcohol.
“Así que no nos vamos a rendir”, afirmó.
Accidente, alcohol y muerte
El exceso de velocidad y probablemente un conductor intoxicado podrían ser las causas de un trágico choque vehicular en Northridge, el sábado 4 de noviembre, donde murieron dos personas, una de ellas identificada como el oficial del Departamento de Policía de Los Ángeles, Darrell Cunningham, quien estaba fuera de servicio y murió en un choque vehicular en la zona.
La colisión del sábado en la intersección oeste del bulevar Roscoe y la avenida Lindley arrojó otros tres heridos que están hospitalizados, incluido un alguacil del condado de San Bernardino.
El choque vehicular ocurrió a la 1:15 de la madrugada cuando un sedán BMW negro terminó atrapado entre un árbol y un edificio de apartamentos, y los bomberos sacaron a tres personas después de quedar atrapadas.
Cunningham y dos pasajeros en un Infiniti blanco viajaban en dirección norte por Lindley Avenue cuando fueron impactados por el BMW, según el jefe del LAPD, Michel Moore.
En las primeras investigaciones del fatal accidente, se dio a conocer que Brian David Olivarez, el conductor del BMW, manejaba hasta 100 millas por hora y no se detuvo en un semáforo en rojo antes de estrellarse contra el lado del pasajero del Infiniti, dijo Moore.
Cunningham y el pasajero en el asiento delantero del Infiniti, cuyo nombre no se dio a conocer, en espera de notificar a la familia, fueron declarados muertos en el lugar.
Una investigación preliminar indicó que Olivarez “estaba bajo la influencia del alcohol en el momento de esta colisión”, dijo el jefe del LAPD, quien agregó que el presunto responsable sería acusado de homicidio vehicular grave “y cargos adicionales a medida que se recopilen más pruebas”.
Al policía Darrell Cunningham le sobreviven su pareja y dos hijos de seis y tres años.