Unen fuerzas para eliminar epidemia del robo de cobre en Los Ángeles
Una iniciativa municipal dará seguimiento a los recicladores sin escrúpulos de este metal
El presidente del Concejo de Los Ángeles, Paul Krekorian y la fiscal de la ciudad, Hydee Feldstein Soto anunciaron una iniciativa que busca terminar con la epidemia de robo de cobre al dar seguimiento a los recicladores sin escrúpulos de este metal.
El robo del cableado de cobre le cuesta a la ciudad de Los Ángeles alrededor de $3.9 millones por año.
El año fiscal pasado la ciudad sufrió más de 4,500 robos de cables de cobre en comparación con unos 600 de cinco años atrás.
Parte de la estrategia municipal incluye el envío de cartas a casi 700 recicladores con la advertencia de que deben cumplir con las estrictas leyes de California que regulan las ventas de cobre; y advertirles que el Departamento de Policía de Los Ángeles está autorizado para inspeccionar sus registros.
No cumplir con las leyes de venta de cobre, no cooperar con una inspección y falsificar o destruir los registros de compras y ventas de cobre, son objeto de penalidades legales.
“El robo de cables de cobre es un asunto de seguridad pública que cuesta cada año millones de dólares a los contribuyentes del área de Los Ángeles, y daña a los vecindarios cuando se quedan sin luz en las calles y las tuberías del agua dejan de funcionar”, dijo la fiscal Feldstein Soto.
Agregó que los recicladores pueden ayudar a eliminar el mercado del cobre robado, por lo que su oficina contactó a los centros de reciclaje para asegurar que sigan las leyes estatales que regulan las ventas de cobre.
“Agradezco a los angelinos que han expresado su opinión sobre este tema, y al presidente del Concejo Krekorian, al Concejo Municipal y a nuestros colegas de la Oficina de Alumbrado Público y los Departamentos de Policía y Policía Portuaria de Los Ángeles por su colaboración”.
El subjefe Alan Hamilton del Buró del Valle del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), dijo que van a trabajar con la fiscalía de la ciudad de Los Ángeles para hacer una aplicación efectiva de la ley cuando se enteren de la actividad ilegal de los recicladores fraudulentos que no cumplen con las leyes estatales.
Esta iniciativa municipal nace a partir de que cada día, las oficinas de los concejales reciben llamadas de sus representados que reportan que el alumbrado público no sirve y otros daños que causan el robo de cobre.
La Oficina de Alumbrado Público y la Autoridad de Transporte Metropolitano (Metro), encargadas de rastrear estos incidentes, han recopilado y compartido estos datos con la oficina de la Fiscal de la Ciudad para identificar las áreas con mayor incidencia de robo de cobre.
“Esto ya no es sólo una cuestión de pequeños hurtos. Este es un delito que impacta directamente la seguridad pública, pone vidas en riesgo y hace que nuestros vecindarios sean más oscuros y peligrosos”, dijo el presidente del Concejo, Paul Krekorian.
“Los dueños de negocios que comercian con cobre robado son tan culpables como los ladrones que lo roban y les avisamos que serán considerados responsables”, dijo Krekorian.
En los últimos años, un aumento drástico en el precio del cobre ha provocado una ola de robos y vandalismo a medida que los ladrones destruyen propiedad pública para recolectar el metal para revenderlo.
Mes tras mes, manzanas enteras de la ciudad se han quedado sin luz por la noche a medida que los ladrones arrancan el cable de cobre de las farolas más rápido de lo que la Oficina de Alumbrado Público puede reemplazarlo.
Los esfuerzos para reforzar el alumbrado público y protegerlo de los robos han logrado sólo un éxito limitado, ya que los ladrones recurren a métodos cada vez más destructivos para recolectar el cobre.
Los parques de la ciudad también han sido víctimas de los ladrones que arrancan accesorios de cobre de los sistemas de agua.
Incluso las señales de cruce del Metro han sido atacadas y saqueadas, poniendo en peligro aún más la seguridad pública.
“El robo de alambre de cobre tiene un impacto directo y dañino en la seguridad del vecindario, ya que un solo robo de alambre de cobre afecta a varias cuadras”, dijo la concejal Mónica Rodríguez.
“Es por eso que los residentes deben permanecer atentos a la hora de denunciar comportamientos sospechosos y nosotros en la Ciudad debemos abordar esto desde todos los ángulos”.
Por su parte, el concejal Bob Blumenfeld dijo que por hacer unos cientos de dólares, los ladrones de alambre de cobre causan miles de dólares en daño y ponen en riesgo a las comunidades al dejarlos en penumbras, lo que conduce a choques e inseguridad.
“Tenemos que hacer todo lo que podamos para prevenir tales robos y dar seguimiento a los ladrones, y a los compradores de cobre que a sabiendas se los compran”.
Entre el 1 de julio de 2017 y el 30 de junio de 2018, se reportaron 50 incidentes de robo de cobre en alumbrado público por mes, pero las cifras aumentaron dramáticamente del 1 de julio de 2019 al 30 de junio de 2020, cuando se reportaron 219 incidentes por mes.
Reparar los daños causados por el robo de cobre requiere mucha mano de obra, es costoso y puede llevar semanas dependiendo del daño causado a las luces.
“Valoramos los esfuerzos de la ciudad para abordar los incidentes de robo de alambre de cobre en nuestros vecindarios y reconocemos la importancia de reglas y regulaciones más estrictas”, dijo Fabián Cheng, subdirector de la Oficina de Alumbrado Público.
“La iluminación adecuada en nuestros espacios públicos crea un entorno más seguro para el tráfico de peatones y vehículos. Estas nuevas leyes y medidas garantizarán una mejor seguridad pública para los residentes, empresas y visitantes de Los Ángeles”.
La Oficina de Alumbrado Público está probando nuevos métodos para prevenir el robo de cables de cobre. Uno de ellos es el sellado de los puntos de acceso con cemento.
Aún así dijeron que necesitan que los vecinos se conviertan en sus ojos y oídos para informar de cualquier actividad sospechosa cerca del alumbrado público; y pidieron llamar al 311 de inmediato si las luces de su calle están apagadas.