Jornaleros de Pomona denuncian robo de salarios
Fueron contratados por particulares para realizar trabajos de construcción, les deben dinero y los patrones no les quieren pagar
Miguel R. y Natalio G., jornaleros de origen mexicano, que se congregan a diario con el hondureño Isaac Z. en el Centro de Oportunidad Económica de Pomona (PEOC) denunciaron haber sido víctimas de robo de salario, un delito que va en aumento este año
Los tres, buscan que los patrones que los contrataron les paguen el dinero que aún les deben. Sus casos serán presentados ante las autoridades laborales correspondientes en el condado de San Bernardino. Ninguno reveló el nombre de la persona que los contrató.
“No queremos alertar a los patrones de que tomaremos acción legal contra ellos”, dijo Alexis Nava Teodoro, director de derechos del PEOC.
Nava Teodoro destacó que el Centro de Jornaleros de Pomona reportó 30 casos de robo de salarios a la Comisión Laboral.
En lo que va de este año, los casos de robos de salarios aumentaron a 45, y según el activista, en la Comisión Laboral del condado de San Bernardino no cuentan con suficiente personal para atender los casos de robo de salarios a los jornaleros.
“Tampoco tienen personal bilingüe”, criticó.
“Aquí, en Pomona la chamba [el trabajo] es muy grande y ellos no han podido responder a la gran cantidad de casos que tienen pendientes”.
Miguel R., originario de Jalisco no ha podido resolver un caso de robo de salario de $1,000, pero una patrona asiática que lo contrató en 1998 le debe ya poco más de $10,000 con los intereses acumulados.
“Acudí al Centro de Jornaleros de Pomona porque aquella señora me contrató para cambiar los pisos de baldosa y unos baños”, dijo Miguel. “Me iba a pagar $250 por día; le hice trabajos de plomería, electricidad y más, con todo el material y ya me debe casi $12,000”.
Alexis Nava Teodoro comentó que lleva más de una década investigando el caso de Miguel R.
“Los empleadores que abusaron de Miguel creyeron que él no tenía recursos para pelear, pero cuando fuimos a cobrarle le dijimos que presentaríamos un caso legal, vino con nosotros y empezamos a negociar”, dijo el director de derechos del PEOC.
El robo de salarios ha sido persistente durante años y patrones sin escrúpulos han tomado ventaja de los trabajadores, sobre todo si son inmigrantes e indocumentados.
Si bien, un trabajador tiene derecho a presentar un reclamo salarial ante el Departamento de Relaciones Industriales de California, la oficina del Comisionado Laboral puede establecer una conferencia para llegar a un acuerdo con el empleador.
Si la queja no se resuelve, un comisionado adjunto celebra una audiencia. Si él o ella decide que el empleador le debe los salarios al trabajador y el empleador no paga o apela la decisión, esa deuda se convierte en una sentencia presentada ante el tribunal.
Inclusive, si el estado ordena que el patrón pague alguna suma adeudada a alguien, los mismos datos estatales muestran que solamente poco más de la mitad de los casos, o el 58% nunca ve un dólar de pago.
Lo anterior significa que, de los $558,617,654 adeudados, el estado recuperó apenas $126,853,456, es decir, menos de una cuarta parte del dinero que debían los patrones a los trabajadores.
“Yo fui contratado por una señora que es dueña de un parque de trailas (casas rodantes)”, expresó el hondureño Isaac Z., quien ha sido jornalero desde 1995.
Supuestamente, hace un mes la contratista quería que Isaac le arreglara un techo, y él, junto con Natalio G. le cobrarían $40 la hora cada uno.
“Habíamos acordado el tiempo para terminar el trabajo, pero ella iba agregando más trabajos”, dijo. “Al final solo nos pagó la mitad: $1,600 ($800 cada uno) y nos quedó a deber otros $1,600”.
Si la mujer no les paga, es probable que, en defensa de los jornaleros, el Centro de Oportunidad Económica de Pomona (PEOC) se presente una queja de gravamen público, mediante el cual se proporciona seguridad o garantía para una deuda. El gravamen hace que la propiedad en la que se ha trabajado sea una garantía para el pago de lo que se debe.
Y, si el propietario no paga el trabajo o los materiales que se emplearon, el contratista podría ir por la propiedad o hasta un tribunal podría poner en venta dicha propiedad.
“La mujer dijo a los jornaleros: ¡haz lo que quieras!”, dijo Alexis Nava Teodoro. “Ella no creyó que se tomaría acción legal”.
En los tres casos, la organización defensora de los jornaleros utilizaría la llamada “justicia del pueblo” y las cortes del condado de San Bernardino.
La primera acción consiste en protestas públicas frente a las casas o negocios de los patrones que no quieren pagar el robo de salarios a los jornaleros y, al mismo tiempo, son exhibidos ante la opinión pública como “malos patrones”.
Fanelly Millán, coordinadora del PEOC en Inland Empire aseguró que, desde que comenzó la pandemia, se dieron cuenta de que los robos de salarios “era otra epidemia que es ignorada por nuestro gobierno y la Comisión Laboral”.
“El trabajo que hicieron (Isaac y Natalio) estaba bien, pero después la mujer les pidió una forma W-9 (de trabajador independiente, para efectos del pago de impuestos) o una licencia de contratista”, dijo Millán.
“Esa es una táctica intimidatoria para prevenir que los trabajadores pidan sus pagos, y por eso vienen para que aboguemos por ellos”.
Millán dijo que en 2022 fueron capaces de recuperar $10,919 que eran adeudados a los jornaleros y tienen pendiente de colectar poco más de $31,000 en robo de salarios.
Al cierre de edición, la oficina del director del Departamento de Relaciones Industriales (DIR) no confirmó ni negó la falta de personal bilingüe en la Comisión Laboral del condado de San Bernardino para responder a las quejas de robo de salarios, por parte de los jornaleros.
¿Cómo prevenir el robo de salarios?
Al llegar al lugar de trabajo, asegúrese de:
Pedir una explicación en detalle del trabajo que tiene que desempeñar y pida el equipo necesario para hacerlo.
Anote el número de placa del carro, el domicilio del lugar del trabajo, la dirección y número de teléfono del empleador (a).
Evalúe la situación: Si el trabajo requiere desempeñar varias actividades peligrosas que atenten contra su salud y seguridad o la de su familia, pida equipo de protección apropiado. Usted tiene derecho a rechazar el trabajo si no le proporciona el equipo necesario.
Cuando el salario y las condiciones de trabajo resulten ser diferentes a lo acordado, renegocie y pida lo que es justo para usted. Si el empleador (a) no aceptan, no hay nada erróneo con decirle que no acepta el trabajo.
¿Quién es un buen empleador?
Se interesa por lo que usted está haciendo.
Da una buena orientación sobre el trabajo que requiere.
Proporciona herramientas y equipo de seguridad apropiados.
Brinda la oportunidad de negociar.
Se dirige a usted con respeto.
Fuente: Colegio de Derechos Laborales de NDLON