Dani Alves podría estar 9 años en prisión más otros 10 de libertad vigilada por agresión y violación
La Fiscalía de Barcelona presentó una dura acusación y pedido de prisión contra el brasileño Dani Alves, que ante lo irrefutable de las pruebas y la evidencia, podría estar un largo tiempo tras las rejas en España
Dani Alves, que sigue detenido en España, podría estar hasta 9 años en prisión por el delito de agresión y violación sexual del que se le acusa.
La Fiscalía de Barcelona presentó en el juzgado formalmente su acusación contra el todavía futbolista (se presume su retiro tras este episodio), además que se indemnice a la víctima con 150,000 euros (unos $152,000 dólares).
Asimismo, Fiscalía solicitó a la Audiencia de Barcelona la imposición de 10 años de libertad vigilada tras el cumplimiento de la pena de prisión.
Tampoco podría acercarse más de 1,000 metros a la víctima o comunicarse con ella durante 10 años.
Dani Alves mantuvo siempre una “actitud despectiva y violenta”
La violación ocurrió la noche del 30 de diciembre de 2022 en la discoteca Sutton de Barcelona. La víctima, su prima y una amiga fueron invitadas por Alves a una zona privada para tomar una copa de champán.
Las mujeres rechazaron inicialmente la invitación pero al final aceptaron, ante la “insistencia” del futbolista y su amigo; los cinco acabaron bebiendo champán, charlando y bailando.
El procesado, añade la fiscal, “estuvo pendiente” de la víctima todo el tiempo, “abrazándola y acercándose a ella”, y en dos ocasiones le agarró la mano y se la acercó a su pene, aunque la joven la apartó rápidamente “al percatarse de sus intenciones”.
A altas horas de la madrugada ya del día siguiente (1 de enero), Alves se dirigió a una puerta colindante e hizo un ademán a la joven para que se acercara, lo que la víctima hizo, sin saber cómo era la zona privada a la que acababa de entrar.
Una vez allí, sostiene la Fiscalía, el futbolista la introdujo en un pequeño aseo y cerró la puerta, sin dejarla salir pese a que ella se lo pidió al encontrarse en ese “cubículo”.
Es más, añade el escrito, “empezó a manosearla con ánimo lascivo y una clara intención de satisfacer sus deseos sexuales”.
El procesado se sentó entonces sobre la tapa del retrete y agarró por fuerza de la cintura a la víctima, manteniendo una “actitud despectiva” hacia ella ante su resistencia: le bajó los pantalones, le tiró del pelo, la hizo caer al suelo de rodillas y le propinó varias bofetadas en la cara mientras le exigía que le dijera “soy tu putita”, añade el escrito.
Fueron horas de “angustia y terror” para la víctima de Dani Alves
“Reiteradamente”, añaden los fiscales, la joven pidió salir del lavabo, pero Alves se lo impidió.
Al encontrarse encerrada en ese pequeño aseo y ante la “actitud violenta” que mostraba el futbolista, “se sintió impresionada y sin capacidad de reacción, llegando a sentir que le faltaba el aire dada la situación de angustia y terror ante lo que estaba viviendo”.
El jugador le manoseó todo el cuerpo, trató de practicarle sexo oral sin lograrlo ante la resistencia de la víctima y, finalmente, la penetró vaginalmente sin preservativo, agrega la Fiscalía.
Dani Alves salió del aseo “inmediatamente después”, dejando allí a la joven, que cuando lo hizo instantes más tarde se dirigió hacia su prima y le pidió marcharse del lugar. Camino a la salida, rompió a llorar y fue atendida por personal de la discoteca, que activó el protocolo frente a agresiones sexuales.
Mientras el personal de Sutton atendía a la joven llorando, añade la Fiscalía, Alves y su acompañante abandonaron la discoteca “con rapidez”, sin cruzar palabra con la víctima y su prima cuando se las cruzaron en el pasillo.
A raíz de estos hechos, mantiene la Fiscalía, la joven sufre un “trastorno de estrés postraumático de intensidad globalmente elevada, con repercusión funcional y deterioro en varias áreas del funcionamiento”, por el que sigue tratamiento psiquiátrico.
En paralelo, la defensa del exfutbolista ha pedido por tercera vez su puesta en libertad mientras espera juicio alegando, entre otras cuestiones, que ha pagado los 150.000 euros que la jueza le impuso para cubrir una eventual indemnización a la víctima -que reclama por los daños causados- lo que podría rebajar su pena a hasta un año de cárcel.
Un argumento del que discrepa la Fiscalía, que por tercera vez pide a la Audiencia que se mantenga a Alves en prisión preventiva.
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