La sociedad empieza a pagar una deuda de gratitud a madres de todo el país

Gracias a la Ley de Equidad de Trabajadoras Embarazadas, latinas encintas y madres recientes finalmente pueden recibir equidad, dignidad y justicia legal

Victoria, una de las beneficiadas de la Línea de Ayuda y asistente de A Better Balance / A Better Balance

Victoria, una de las beneficiadas de la Línea de Ayuda y asistente de A Better Balance / A Better Balance  Crédito: Cortesía

Dar a luz es uno de los actos más generosos del ser humano. Todos estaremos en deuda con nuestra madre toda nuestra vida. La sociedad, sin embargo, demasiado a menudo cobra un elevado precio emocional y económico por la maternidad. Millones de embarazadas y madres recientes, incluyendo un desproporcionado número de latinas, sufren discriminación, abusos y pérdida de empleo solo porque deciden ser madres.

Cristel, empleada como asistente de electricista en una obra de Nueva York, mostró una nota de su doctor que requería limitaciones en levantar cargas pesadas y subir escaleras. Su empleador la rechazó y le sugirió que se tomara una excedencia. “Cuando me quedé embarazada, temí sufrir discriminación, y así fue”, recuerda.

Victoria trabajaba en servicios de custodia en Carolina del Sur cuando también mostró una nota similar de su doctor tras quedar embarazada. Ella solo pedía descansos y no tener que levantar pesos mayores de 20 libras. Su empleador respondió obligándola a tomar una excedencia sin paga. “Es importante saber que tener un bebé en la panza no es una enfermedad”, dice Victoria.

Situaciones como estas se repiten en una comunidad con la mayor tasa de natalidad del país (63.5% contra el 54.4% de las mujeres blancas) y, trágicamente, también una de las mayores tasas de mortalidad, incluyendo un preocupante aumento del 44% durante la pandemia.

“Nuestras investigaciones y experiencia muestran que latinas embarazadas o madres recientes de todo el país desproporcionadamente confrontan discriminación, trato injusto y a menudo se les obliga a abandonar sus empleos solo porque eligen ser madres”, dice Dina Bakst, cofundadora y copresidenta de A Better Balance (Un Mejor Balance), una organización de defensa legal sin fines de lucro dedicada a avanzar la justicia de los trabajadores. “Con demasiada frecuencia, las latinas desconocen que este maltrato es ilegal y que hay una nueva ley que está de su parte”.

Se trata de la Ley de Equidad de Trabajadoras Embarazadas (PWFA), ratificada en junio y considerada ya como una de las victorias de derechos civiles más significativas en décadas. La legislación crucialmente asegura que a mujeres embarazadas o madres recientes no se les obligue a abandonar sus empleos y reciban los arreglos necesarios para proteger su salud, sin sufrir discriminación, represalias ni pérdida de paga.

Además, la PWFA garantiza lo siguiente:

  • Trabajo ligero o ayuda con trabajo manual o extenuante
  • Descansos para ir al baño, beber agua, comer o aliviarse del calor
  • Tiempo libre para citas prenatales y postnatales y recuperación tras el parto
  • Optar por teletrabajo

“Gracias a la Ley de Equidad de Trabajadoras Embarazadas, latinas encintas y madres recientes finalmente pueden recibir equidad, dignidad y justicia legal”, agregó Bakst. “Pero la ley es solo efectiva si las trabajadoras saben que existe. A Better Balance está comprometida a ayudar a empoderar a la comunidad latina con información crucial sobre la ley y el apoyo que necesitan para ejercer sus derechos en el trabajo”.

La organización tiene disponible una Línea de Ayuda gratuita y confidencial (1-833-633-3222) que ofrece servicios legales bilingües, y acaba de lanzar una guía para trabajadoras embarazadas y madres recientes en español, la cual explica la ley claramente, e incluye ejemplos de cartas que pueden enviar a sus empleadores y vínculos a otros recursos bilingües.

Estos recursos realmente ayudan. Cristel y Victoria tomaron la iniciativa llamando a la Línea de Ayuda, gracias a la cual aprendieron cómo combatir la discriminación, y una vez que explicaron los requisitos de la ley a sus empleadores, ambas fueron contratadas de nuevo y recibieron el trato justo que garantiza la legislación.

Es solo un pago de la deuda de gratitud que la sociedad debe a madres de todo el país.

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