Regalan bicicletas a más de mil niños de Los Ángeles
La concejal Heather Hutt, sus hijos, su familia, voluntarios y filántropos alegran la Navidad de familias latinas y afroamericanas
Con lágrimas en su rostro, la concejal Heather Hutt describió sus sentimientos, luego ver la cara de felicidad de centenares de niños, quienes recibieron como regalo de Navidad una bicicleta.
Desde muy temprano, familias latinas y afroamericanas hicieron fila en el Obama Sports Complex para recibir el ansiado obsequio, por parte de los pequeños.
“Aunque quisiera, no puedo contener las lágrimas porque estas caritas están tan emocionadas que simplemente no pueden creer que van a recibir una bicicleta y la necesitamos tanto en nuestra comunidad”, dijo Hutt a La Opinión. “Los niños afroamericanos y latinos tienen sobrepeso”.
En efecto, investigadores como el doctor Michael Goran, y autoridades del Hospital de Niños de Los Ángeles (CHLA) afirman que los niños latinos enfrentan grandes posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiacas e hígado graso.
Goran, director del programa de Diabetes y Obesidad de CHLA indica que el 50% de los niños latinos nacidos en la actualidad desarrollarán diabetes tipo 2 en algún momento de sus vidas.
De igual manera, los niños y los adolescentes latinos tienen la tasa más alta de obesidad, en comparación con cualquier otro grupo étnico. A los dos años, los datos revelan que estos niños tienen el doble de sobrepeso y obesidad que los niños blancos y afroamericanos.
“Necesitamos sacar a los niños físicamente afuera de casa, que anden en bicicleta y respiren aire puro”, dijo la concejal. “Yo estoy muy feliz de poder contribuir a su salud”.
Impactada emocionalmente por sus recuerdos como madre soltera, Hutt dijo que hubo una ocasión en que le robaron la bicicleta a su hijo, Hugh Augustine, cuando era niño y no tuvo dinero para poder recuperarla.
Menos trabajo de ‘Papa Noel’
Quien no cabía de felicidad era el salvadoreño José Figueroa, un empleado de la construcción que tardó dos horas en entrar al complejo deportivo con sus hijos Chris y Anthony Martínez, a quienes les entregaron sus bicicletas nuevas.
“Me gusta mi bicicleta”, fue lo único que dijo el menor, mientras que su padre comentó que el regalo era de mucha ayuda porque aún tenía que comprar regalos para su otro hijo, Lucas Figueroa.
“La situación económica no está ni bien ni mal en mi hogar”, dijo el trabajador de la construcción emigrado de Chalatenango, El Salvador. “Lo que sí le puedo decir es que en diciembre baja mucho el trabajo”.
La solidaridad de voluntarios, residentes del Distrito 10 del Concejo y técnicos del East Side Rider Bike Club, Ride On!, Biking While Black se dedicaron a ensamblar más de 1,000 bicicletas desde el fin de semana.
Adam Paul, uno de los voluntarios no se daba abasto para llenar de aire las llantas de las bicicletas.
“Son 15 segundos de aire para cada neumático”, dijo. “Anoche pasé por este lugar [Obama Sports Complex], me detuve para hacer preguntas sobre lo que estaba pasando y me dijeron que necesitaban ayuda, así que decidí hacer algo por la comunidad”.
De hecho, a Adam le encanta todo lo que tenga que ver con andar en bicicleta y hacer que los niños sean más activos y con mayor frecuencia.
“Ese es mi objetivo”, afirmó.
Solidaridad completa en la comunidad
Gerry Anderson escurría en sudor y buscaba una botella de agua para mitigar la sed, después de pasar horas continuas revisando la seguridad del ensamblaje de los pedales y manubrios de cientos de bicicletas.
“Uno se siente bien ayudando para dar alegría a los niños”, dijo Anderson. “Yo vine de Arizona, y uno se siente especial por ayudar a que los niños sean felices”.
Por su parte, Adé E. Neff,¡fundador de la tienda de bicicletas Ride On! Bike Shop & Co-Op, ubicada en el corazón de Leimert Park, afirma que no solo le apasionan las bicicletas, sino que cree que las bicicletas ofrecen una solución simple a muchos de los complejos problemas de nuestras comunidades.
“Mi misión es fomentar bicicleta como salida para mejorar la salud personal y la salud de nuestro entorno”, indica. “Las bicicletas pueden ayudar a ahorrar dinero en transporte y pueden proporcionar kilómetros interminables de diversión con familiares y amigos”.
Para Tracy Mitchell, presidente de Mothers in Action, Inc., de View Park-Windsor Hills, ante la emoción de ser parte de la entrega de bicicletas nuevas a los niños de comunidades con mayores necesidades económicas en la urbe angelina, “no hay nada mejor que regalar una bicicleta a un niño para Navidad”.
Mitchell recordó que, cuando era niña, ese fue uno de los momentos más emocionantes de su vida.
“Me alegra poder ayudar a la concejal Heather Hutt a proporcionar alegría a los niños de nuestra comunidad; a veces Papá Noel no tenían dinero suficiente para comprarles una bicicleta, y que ahora las tengan es muy bueno para que puedan hacer ejercicio y divertirse al mismo tiempo”.
Familias latinas agradecidas
“Mírela, mi hija va feliz con su bici, aunque todavía no aprende a manejarla”, dijo Joana Chinchilla, de San Miguel, El Salvador, mientras que la pequeña Melanie se atrevió a decir que el regalo era “¡grandioso!”.
El guatemalteco Ángel López, originario de Xelajú, dijo a La Opinión que en la escuela de su hijo Derrick, de 7 años, lo escogieron para ser premiado en Navidad con la bicicleta.
“Él quería un Play Station [cuesta de 500 a $1,000] pero no se puede”, dijo. “Todo está carísimo. Además, en mi trabajo en el restaurante ya no es como antes; la gente no deja propinas; ha bajado la clientela y nosotros dependemos de los tips [propinas]”.
El hondureño Adán Marroquín y su esposa Candy Mautar, ambos originarios de la zona arqueológica maya, Copán Ruinas, expresaron que, además de la bicicleta obtenida para su niña, Katherine, de nueve años, le comprarían probablemente la muñeca Barbie que quiere.
Para la jalisciense Martha Camarena, abuelita de los pequeños Bella, de ocho años, y de Austin, de seis, la situación económica de la familia no es muy saludable.
“Una bicicleta es casi siempre lo que piden, y ahora ya la van a tener”, dijo.
“Cada Navidad es algo más difícil”, añadió Zulia Tamayo, una mexicana-salvadoreña.
Una mano amiga
El doctor Sherman Gay, presidente de eventos de la Coalición de Sustentabilidad de Los Ángeles fue el donador de 600 cascos de protección para los nuevos pequeños ciclistas, los cuales tuvieron un costo aproximado de $9,000.
“Somos una organización sin fines de lucro y pudimos conseguir algunos patrocinadores”, dijo el galeno, a La Opinión. “Trabajamos con la agencia pública Metro Airport de Long Beach y obtuvimos muchos contratos para donaciones en favor de las personas de bajos ingresos en los distritos 8, 9 y 10, para alimentos y bicicletas cada año”.