El problema de los “sin techo” dos meses después del huracán Otis

En algunos de los 45 municipios que circundan el puerto de Acapulco, donde no se centró la atención mediática tras el paso del fenómeno natural, ni se envió el dinero ni llegó la filantropía para la reconstrucción y ayuda humanitaria

El problema de los “sin techo” dos meses después del huracán Otis

En menos de 12 horas una tormenta tropical se transformó en el huracán más intenso que ha tocado el Pacífico mexicano. Crédito: RODRIGO OROPEZA | AFP / Getty Images

MÉXICO- ¿Te imaginas vivir en una casa o estudiar en una escuela que en lugar de techo tiene una lona o que solo quedó con tres paredes? Eso es vivir en algunas zonas de los 45 municipios que fueron afectados por el huracán Otis en octubre pasado y que siguen sin reconstruir en la costa del estado de Guerrero.

Luci Sosa, una activista social que vive en la región, intenta explicar lo que ocurre en algunos de los 45 municipios que circundan el puerto de Acapulco, donde no se centró la atención mediática tras el paso del fenómeno natural ni se envió el dinero ni llegó la filantropía para la reconstrucción y ayuda humanitaria.

“Es muy triste lo difícil que lo están pasando en San Marcos, la población piden ayuda a quien puede para poder tener al menos una lámina como tejado, pero todos estamos igual y no podemos ayudarnos: yo pedí fiada una lámina y aún la estoy pagando”, dijo Sosa en entrevista con este diario.

En menos de 12 horas una tormenta tropical se transformó en el huracán más intenso que ha tocado el Pacífico mexicano. Así arrasó Acapulco y sus alrededores de acuerdo con datos del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Otis tocó tierra el día 25 de octubre a las 00:25 horas como huracán categoría 5, la más alta en la escala de Saffir-Simpson: Y la rapidez con la que se intensificó y se convirtió en huracán fue insólito, de acuerdo con expertos.

Los reportes de los daños hicieron que el gobierno federal declarara Zona de Desastre en 47 municipios al día siguiente, pero luego cambió de opinión y en solo unas horas lo redujo redujo a dos: Acapulco y Coyuca de Benítez.

El problema de los “sin techo” dos meses después del huracán Otis
La rapidez con la que se intensificó y se convirtió en huracán fue insólito, de acuerdo con expertos.
Crédito: FRANCISCO ROBLES | AFP / Getty Images

Esta situación generó que otros 45 municipios inicialmente contemplados quedaron fuera de los apoyos gubernamentales, entre ellos, algunos que tenían complicaciones por problemas de inseguridad como Arcelia, Cuetzala del Progreso, Eduardo Neri, Florencio Villarreal, General Heliodoro Castillo o San Miguel Totoltepec.

También algunos de los más pobres del país como Metlatónoc, Apaxtla Juan R. Escudero, Leonardo Bravo, Mochitlán, Tecoanapa y Tlapehuala o San Marcos, donde vive Luci Sosa, quien ha intentado por su cuenta gestar ayuda, pero se ha encontrado con la corrupción en la distribución por parte de líderes locales.

 “En estos días fui a Acapulco y hay mucho lucro con los apoyos: los están vendiendo”, advirtió. 

“Las despensas las tienen acaparados los líderes locales y las venden en 500 pesos; también hay colchones nuevos y estufas que da el gobierno pero los líderes los reparten a quienes les conviene, a quienes les puedan ayudar políticamente, no hay un orden, un criterio para ayudar a los más necesitados”.

Los habitantes del municipio de San Marcos han sido algunos de los más activos para denunciar la falta de apoyo para levantarse tras Otis. El alcalde Tomás Hernández fue el primero en protestar por la exclusión del municipio como zona de desastre porque esa era la vía oficial para tener recursos.

Posteriormente, alrededor de 500 vecinos de siete comunidades tomaron las instalaciones de uno de los principales sistemas de captación de agua en Acapulco, Lomas de Chapultepec, como una medida de presión y así continúan desde el pasado 18 de diciembre.

A pesar de que la toma del sistema de agua afecta a la zona turística emblemática del puerto conocida como Diamante, las autoridades de gobierno no se acercaron a los pobladores. “No quieren soltar dinero, lo están ahorrando para las campañas”, dijo uno de ellos a medios locales.

El problema de los “sin techo” dos meses después del huracán Otis
La falta de turismo es, en parte, porque la infraestructura sigue dañada, no está lista.
Crédito: FRANCISCO ROBLES | AFP / Getty Images

El campesino Álvaro Arcos comentó al diario El Sur de Acapulco que ellos mismos podrían pagarse la reconstrucción si tuvieran dinero, pero el huracán no solo se llevó sus techos, echó a perder los colchones, estufas, refrigeradores  y los dejó durmiendo en el piso sobre cobijas, sino que destruyó sus cosechas.

“Perdimos maíz, jamaica, palmeras: nos quedamos sin fuente de empleo”, advirtió. “Ahora nos cooperamos para comer, cooperamos para tomar agua, comemos una vez al día pero la lucha sigue”. 

EN ACAPULCO

A pesar de las ventajas que está dando la ayuda al puerto en comparación con el resto de la zona afectada, los acapulqueños no cantan victoria y viven sus propios infiernillos sin la recuperación de la principal fuente de economía que es el turismo más la cuenta regresiva del cese de ayuda.

“A finales enero, febrero se va a comenzar a resentir porque ese dinero que está dando el gobierno se va a terminar. ¿Y qué va a pasar si su fuente de trabajo no está abierta?”, cuestionó el empresario Guido Rentería al darse cuenta que el número de los visitantes en la temporada de diciembre fue muy reducido.

La falta de turismo es, en parte, porque la infraestructura sigue dañada, no está lista. Los hoteles siguen sacando escombros y solo cuatro de ellos ubicados en la franja de la playa tuvieron habitaciones disponibles. Los restaurantes operan sin techos, falta de personal y con complicaciones para atender a los huéspedes.

Muchos de los negocios no se han podido recuperar y han cerrado como El hotel Elcano que liquidó a cerca de 100 trabajadores; otros, postergaron su reapertura para 2026, como el hotel Dreams. 

El problema de los “sin techo” dos meses después del huracán Otis
El número de los visitantes en la temporada de diciembre fue muy reducido.
Crédito: FRANCISCO ROBLES | AFP / Getty Images

Julián Urióstegui, presidente del Consejo de Cámaras Industriales y Empresariales del estado advirtió que, si no se apoya a las micro, pequeñas y medianas empresas, se podrían perder unos 35,00 empleos formales y otros 40,000 informales.

“El problema es que no se puede acceder a créditos públicos ni privados para reactivar sus negocios”, denunció.

Este financiamiento sería para gente como Jesús Martínez, quien se dedica a la renta de equipo náutico y tras el impacto del histórico huracán perdió cuatro embarcaciones por lo que actualmente solo tiene una o para el mesero Andrés Pérez, quien labora desde hace varios años en un restaurante en playa Papagayo y conservó su empleo, pero no llegan los visitantes.

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