Yeisy Rojas reconoce su legado africano en ‘Mis ancestros’
La cantante y violinista presenta su propuesta: una mezcla de jazz, hip hop, pop y sonidos tradicionales cubanos
Yeisy Rojas fue testigo del trato a las personas negras —como ella— en Cuba cuando fue pianista del prestigioso Ballet Nacional de Cuba.
Notó que no importaba qué tan buen bailarín fueras; cuando el grupo se iba de gira, elegían a los de tez clara.
“Hay refranes bastante aceptados como, ‘es preferible ir al velorio de un blanquito que a la boda de una negrita'”, dijo Yeisy en una charla reciente desde Cuba, donde se encontraba de vacaciones. “A las negritas también se les enseña desde chiquitas que tienen que arreglarse el cabello si lo tienen rizado; se lo tienen que alaciar”.
Yeisy, quien desde hace 10 años vive en Noruega, veía como algo normal tener que cambiar el aspecto de su cabello, hasta que llegó a su país adoptivo y se reencontró con sus raíces. Entonces todo cambió.
Luego de terminar su maestría de música en Noruega y de buscar por años una voz propia, la artista estrenó hace unos meses “Mis ancestros”, un álbum que narra la experiencia de ser descendiente de africanos en la isla. El tema que ahora promueve es “Mamá Inés”, una canción inspirada en el poema “Ayer me dijeron negro”, de Nicolás Guillén, y que aborda el racismo entre dos personas negras.
“Me inspiré en mi evidencia del Ballet Nacional de Cuba, en las cosas que vi”, dijo. “Yo me sentía muy triste por eso, y yo quería hacer un video que hablara de eso”.
En el videoclip, Yeisy critica abiertamente esa “normalidad” en Cuba: la crítica de una mujer afrocubana a otra de la misma raza por dejarse el cabello rizado. Y a pesar de que sabía que su trabajo sería polémico, corrió el riesgo. Ahora, el video está nominado en una de las categorías más importantes de los Premios Lucas de Cuba —Mejor video de música popular bailable—, que son algo así como los premios MTV en Estados Unidos.
“Irme a Noruega me hizo reencontrarme con mis raíces”, dijo Yeisy, de 33 años. “Por eso quería hacer un álbum dedicado a mis ancestros”.
La también violinista, espera ahora que su trabajo musical le permita viajar por varios países del mundo para presentar su propuesta, una mezcla de jazz, hip hop, pop y sonidos tradicionales cubanos.
En cuanto a su cabello, ya no se preocupa por alisarlo, aunque en la isla sigan pensando que quizá en Noruega no le va tan bien, y que por lo tanto no tiene dinero para arreglárselo.