Niveles de grasa en la sangre del cordón umbilical podrían revelar síntomas del TDAH y autismo
Los lípidos en la sangre del cordón umbilical están vinculados a los síntomas de trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) y trastorno del espectro autista (TEA) a los dos años, afirma un reciente estudio
En un reciente estudio publicado en eBioMedicine, investigadores han arrojado luz sobre la conexión entre los lípidos en la sangre del cordón umbilical y los trastornos neurológicos en la infancia, específicamente el trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) y el trastorno del espectro autista (TEA).
Estos hallazgos no solo amplían nuestra comprensión de los factores que influyen en el desarrollo neurológico temprano, sino que también señalan la importancia de los lípidos al nacer como un factor clave en la patogénesis y prevención de estos trastornos.
El estudio, parte del Barwon Infant Study (BIS) en Victoria, Australia, se llevó a cabo con una cohorte de 1.074 díadas madre-hijo, destacando la amplitud y la robustez de la investigación. Utilizando datos lipidómicos del BIS, los investigadores se sumergieron en la compleja red de lípidos en la sangre del cordón umbilical para explorar su relación con los síntomas de TEA y TDAH a la edad de dos años.
Este enfoque pionero no solo examinó los lípidos de manera aislada, sino que también evaluó su interconexión mediante un análisis de red de correlación genética ponderada (WGCNA), permitiendo una comprensión más holística de su papel en el desarrollo neurológico.
El módulo de acilcarnitina emergió como un actor clave, vinculándose directamente con los síntomas de TEA y TDAH a los dos años. Este descubrimiento no solo identifica un marcador potencial para la predicción de estos trastornos, sino que también revela la mediación parcial de factores de riesgo, como ingresos familiares bajos, inflamación materna y puntuaciones de Apgar, por los niveles elevados de acilcarnitina al nacer.
Disminuir el riesgo de TDAH y autismo
El estudio no se limitó a una única asociación; reveló nueve módulos de lípidos que mostraron asociaciones significativas con un mayor riesgo de síntomas de TDAH a los dos años. Cuatro de estos módulos también se relacionaron significativamente con un mayor riesgo de síntomas de TEA a la misma edad.
Entre ellos, los módulos Blue-SMD(hub), Turquoise-PE(hub) y Cyan-AC destacaron con valores p más bajos y magnitudes más altas relacionadas con el riesgo de síntomas de TDAH. Este enfoque integral no solo destaca la complejidad de los perfiles lipídicos, sino que también proporciona una visión más completa de su impacto en los trastornos neurológicos.
Los resultados sugieren que los lípidos en la sangre del cordón umbilical pueden actuar como mediadores cruciales en la relación entre factores prenatales y perinatales y los síntomas de TEA y TDAH.
Este descubrimiento proporciona una comprensión más profunda de los mecanismos involucrados en el desarrollo de estos trastornos y destaca la importancia de abordar los niveles de lípidos en el nacimiento.
Estos resultados abren la puerta a futuras investigaciones que podrían incluir mediciones más detalladas, como carnitina, acilcarnitinas de diferentes longitudes de cadena, función mitocondrial y otros metabolitos relacionados.
Se espera que estas mediciones más precisas ayuden a comprender aún más los mecanismos subyacentes de los trastornos neurológicos en la infancia. La inclusión de estas mediciones específicas proporcionaría una perspectiva más completa de los procesos biológicos involucrados y permitiría el desarrollo de enfoques terapéuticos más precisos y personalizados.
Sigue leyendo: