Esposa de Alexei Navalny acusa a Vladimir Putin tras la muerte del líder opositor ruso
Yulia Navalnaya, esposa del líder opositor ruso Alexei Navalny, quien recientemente falleció en una prisión en Siberia, dijo que el presidente Vladimir Putin será castigado por todo lo que ha hecho
Tras darse a conocer la muerte de Alexei Navalny en una colonia penal del Ártico, en Siberia, las reacciones no se hicieron esperar, y una de las más importantes es la de su esposa Yulia Navalnaya.
La pareja del líder opositor ruso primero se mostró escéptica sobre la noticia. “No sé si deberíamos creer en la terrible noticia que recibimos. La noticia solo es de los medios oficiales. No podemos creer en Putin y su Gobierno, que están mintiendo constantemente”, indicó.
Posteriormente, dijo que, de ser verdad, el presidente Vladimir Putin y su entorno lo pagarían muy pronto. “Pero si esto es verdad, quisiera que sepan que Putin y todo su entorno serán castigados por lo que han hecho con nuestro país, mi familia y mi esposo”, dijo Navalnaya.
Durante una conferencia celebrada en Munich, la mujer hizo un llamado a la comunidad internacional y a todas las personas en el mundo para pedirles unidad en la lucha contra el “mal” que representa Putin.
“Debemos unirnos y luchar contra este mal. Debemos luchar contra este horrible régimen en Rusia. Este régimen y Vladimir Putin deben ser personalmente responsables de todas las atrocidades que han cometido en nuestro país en los últimos años”, comentó.
¿Quién es Yulia Navalnaya?
Nacida en Moscú e hija de un científico y una empleada del Ministerio de Bienes de Consumo, Yulia trabajó en un banco y ayudó en un negocio familiar de muebles, antes de centrar toda su energía en cuidar de su familia cuando Navalni se convirtió en uno de los más destacados críticos del Gobierno de Putin en Rusia.
El día en que fue condenado, en 2020, Yulia vestía una blusa roja, que ahora se ha convertido en un icono de protesta. Había sido multada con 220 euros por participar en una manifestación en Moscú pidiendo la liberación de su marido.
Muchos la llamaron entonces “la primera dama de la oposición” y esperaban que, en ausencia de su marido, tomara su lugar, pero no ha sido hasta su muerte cuando decidió alzar la voz.
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