La importancia de la ofensiva en el discurso migratorio

Maribel Hastings es asesora de America's Voice

Tom Suozzi ganó las elecciones especiales en Nueva York y reemplaza a George Santos en la Cámara.

Tom Suozzi ganó las elecciones especiales en Nueva York y reemplaza a George Santos en la Cámara. Crédito: Mary Altaffer | AP

Mientras circulan rumores de que el presidente Joe Biden planifica girar órdenes ejecutivas para lidiar con la frontera, todo en el marco del fracaso del duro lenguaje migratorio en el paquete de ayuda a Ucrania, Israel y Taiwán, es bueno reiterar a la Casa Blanca y a los demócratas que abrazar el libreto republicano de mano dura no es la única ni la mejor opción para hablarle a los votantes ahora que nos adentramos en la temporada electoral.

El triunfo del demócrata Tom Suozzi en la elección especial del tercer distrito de Nueva York para llenar la vacante del republicano George Santos, demostró que no rehuirle al tema migratorio, por más controversial que sea el momento, denunciar el extremismo republicano y declarar que pueden lograrse ambas cosas, es decir, seguridad en la frontera y al interior del país con una vía de legalización para los indocumentados y mecanismos para el arribo de migrantes de manera regular, puede ser una fórmula ganadora.

Esa es quizá la principal lección electoral de la victoria de Suozzi, quien encaró la polémica generada por el arribo de miles de migrantes a Nueva York, la mayoría en busca de asilo. Ciertamente algunos de los comentarios de Suozzi le ponían los pelos de punta a cualquiera, como la referencia a la “invasión” o apoyar el lenguaje migratorio del Senado. Sin embargo, apeló a votantes oscilantes y de centro que apoyan una solución sensata al tema migratorio sin irse a los extremos del espectro político.

Precisamente el tema de los refugiados en ciudades demócratas y los miles de cruces en la frontera posicionan la inmigración al centro de la elección presidencial pese a que diversos sondeos no colocan el asunto entre las principales prioridades de los votantes. Eso incluye a los electores latinos que citan temas como la economía, empleos, cuidados de salud y la seguridad como centrales.

No obstante, la cobertura mediática del arribo de refugiados a ciudades a través del país así como las constantes imágenes del flujo de migrantes en la frontera generan atención sumado a que figuras como Donald Trump y los republicanos del Congreso explotan los desarrollos con fines politiqueros para movilizar a su base antiinmigrante.

El caso de los hispanos es interesante porque son reflejo de la sociedad estadounidense y cuando de inmigración se trata, hay variedad de opiniones, desde los que quieren borrar las fronteras hasta los que alguna vez fueron indocumentados pero ahora no quieren que nadie más ingrese al país.

De hecho, el tema de los refugiados es bastante espinoso porque muchos indocumentados que llevan décadas viviendo, trabajando y pagando impuestos en Estados Unidos, resienten que ni ellos ni los Dreamers han sido legalizados, y personas de reciente ingreso que buscan asilo, ya tienen permisos de trabajo.

Y muchos dirán que lo que piensen no tiene importancia pues no votan, pero son millones de indocumentados que viven en hogares de situación migratoria mixta. Tienen cónyuges, hijos o familiares que son ciudadanos y sí votan y la forma en que se aborde este tema es determinante en que apoyen o no a un candidato, o simplemente les gane la apatía y no voten.

La solución para Biden y los demócratas no es ponerse a competir con Trump y su base MAGA por quién es el más duro en inmigración. Por más que hagan o digan, esa base MAGA jamás los apoyará. Pero asumir posturas migratorias que alejen a su base electoral tradicional y a votantes oscilantes y de centro, tampoco es la mejor estrategia electoral. El modelo Suozzi de estar a la ofensiva, no a la defensiva en inmigración, puede servir de guía a los demócratas.

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