Por qué el Cártel de Sinaloa y el CJNG se disputan el control de una carretera en la frontera sur
La Carretera 190 que cruza por el estado de Chiapas es una importante vía para el tráfico de drogas y migrantes, lo que la ha convertido en una región deseada por el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación
Dos organizaciones criminales sostienen una guerra al sur de México por el control del trasiego de drogas y migrantes sobre la Carretera 190, en Chiapas, afirmaron fuentes de seguridad.
La pugna entre el Cártel de Sinaloa (CDS) y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) por esta vía escaló a enfrentamientos armados, asesinatos y hasta la desaparición de una familia.
De acuerdo con fuentes militares y ministeriales, la disputa incluye la instalación de retenes ilegales para detectar migrantes “autorizados” por el grupo rival, así como drogas, principalmente paquetes de cocaína.
En los puestos de control, hombres armados bajan a los ocupantes, exigen que muestren credenciales, y en el caso de que sean migrantes, son apartados del resto.
Los puntos de la carretera que están en disputa pasan por municipios como Ciudad Cuauhtémoc, San Cristóbal, Tuxtla, Ocozocoautla y Arriaga.
“El fenómeno comenzó en la carretera de Frontera Comalapa a Motozintla y luego a Huixtla, ahí se concentraron los problemas con estos grupos (…) el problema ya se extendió a Tuxtla por esa misma situación”, indicó una fuente consultada.
Muertes y personas desaparecidas en la región
El pasado martes y la madrugada del miércoles se reportó una serie de balaceras en las localidades de Suchiapa, Berriozábal, Villaflores y Ocozocoautla, además de zonas aledañas a Tuzantán y Motozintla, municipios cercanos a la frontera sur de México.
Desde el pasado lunes, tras la refriega reportada en la Carretera Tuxtla-Ocozocoautla, una familia que viajaba a Salina Cruz, Oaxaca, fue reportada como desaparecida.
En distintas comunicaciones de redes sociales se urgió a localizar a María Cristina Jiménez Solano, José Manuel Ríos Rosales, Carlos Jiménez Solano y José Iván Molina, las cuales viajaban a bordo de una camioneta roja.
Las autoridades no se pronunciaron de manera oficial sobre este hecho, el saldo de las balaceras en esa zona entre Tuxtla y Ocozocoautla, y ni de la familia desaparecida.
Sin embargo, en la región se reportó una parálisis del transporte de carga y de pasajeros locales, lo que causó zozobra en los habitantes que tuvieron que pedir ayuda para llegar a su trabajo en Tuxtla, informaron fuentes estatales.
El Informe diario de Seguridad federal reportó que el pasado martes fueron asesinadas cinco personas en Chiapas, dos de ellas en la zona Villaflores, al parecer dedicados al transporte público, que no “avisaron” sobre la presencia de grupos contrarios.
En ese municipio, a 90 kilómetros al sur de Tuxtla, también se alertó de la presencia de personas armadas sobre la Carretera 230.
En Villaflores, el sacerdote salió a la calle de su iglesia y oró para que regrese la paz y tranquilidad en ese municipio de unos 110,000 habitantes.
Y es que el pasado lunes se registró un enfrentamiento sin precedentes en Chiapas entre bandas criminales sobre la Carretera Ocozocoautla-Berriozábal, a 40 minutos de la capital del estado.
Los hechos de violencia se reportan en plena temporada vacacional.
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