El LAUSD debe escuchar la comunidad para ayudar a las escuelas en las “islas de calor”
El índice usado para medir las necesidades escolares ante el cambio climático es inadecuado, hay que agregar uno que tome en cuenta los factores de las áreas de minorías más desprotegidas
Al Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles le falta una herramienta importante para proteger a los alumnos durante el calor infernal que se vive en algunas áreas de Los Ángeles. Es necesario hacer correcciones en la estrategia utilizada para que las medidas que se tomen lleguen a todas las escuelas que la necesitan.
El cambio de clima presenta serios desafíos para crear un ambiente conductivo al aprendizaje en las zonas que se llaman “islas de calor”, un área urbana rodeada de concreto y cemento donde el reflejo del sol eleva significativamente la temperatura.
Los patios escolares con mucho hormigón y asfalto hacen que las ciudades sean más calurosas, lo que provoca más problemas de salud como cardíacos y diabetes. También dificultan la actividad física de los alumnos. Allí hay escuelas en donde la alternativa no es jugar en la gramilla sino en el turf artificial que quema- o en algunas situaciones derrite- la planta de los pies.
La gramilla artificial, precisamente, es tan solo un ejemplo de lo inadecuado que es el Índice para Enverdecer (Greening Index) que el LAUSD usa en la actualidad. Lo considera un espacio verde a pesar de que la temperatura puede llegar a los 160 grados F bajo el sol y tener posibles fugas de compuestos cancerígenos, como PFAS.
Empero, el problema principal del Índice es no cumplir con su labor de analizar cómo los espacios verdes pueden aliviar los efectos perjudiciales de las altas temperaturas causadas en ese paisaje duro escolar. He escuchado directamente de los padres la preocupación que tienen sobre sus hijos esos días de alta temperatura.
La respuesta es crear un nuevo Índice que tome en cuenta todos los factores que rodean las escuelas de minorías que hoy son ignorados. Unbuen comienzo es el reporte “Proteger a los alumnos del cambio climático: Estrategias equitativas para abordar el tema de las escuelas verdes en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles” realizados por Margareth Tebbe y el doctor Michael Mendez para la Alianza para Comunidades Mejores (Alliance for a Better Community).
El Índice es inadecuado por ser producto de un proceso poco transparente y cerrado al público, que no permite saber el sistema de puntuaciones que se da a las escuelas ni la manera en que se recopilaron los datos que se utilizan. De ahí que sus resultados sean al menos insuficientes.
Por eso, el nuevo Índice es propuesto para que sea complementario con el actual.
“Especialmente uno que pueda ser verificado por grupos comunitarios locales, para cuantificar qué escuelas son las más necesitadas de un reverdecimiento escolar de forma que se reflejan las complejas desigualdades medioambientales presentes en las escuelas de LA Unified”, lo indica el Dr. Mendez en el estudio.
La nueva guía que ABC creó es similar al de LAUSD pero en cambio da prioridad a las poblaciones latinas. Es necesario elegir cuidadosamente los factores a tomar en cuenta en el nuevo índice para garantizar la presencia de los grupos que históricamente han enfrentado el racismo ambiental y otras formas de discriminación.
En concreto, las diferencias con el Índice actual radican principalmente en qué áreas se enfatizan. El LAUSD da hoy prioridad a zonas como Huntington Park en el Sureste de Los Ángeles, que no es una isla de calor pero carece de acceso a parques, mientras que nuestro índice da prioridad a zonas como el Este del Valle de San Fernando, que puede tener más árboles pero es una isla de calor severa.
La identificación de escuelas prioritarias en ambos índices subraya la necesidad de considerar diversas variables para comprender las distintascircunstancias de cada campus escolar y comunidad. Dados los impactos multifacéticos del cambio climático y el calor, se justifica realizar más investigaciones para determinar qué factores deben considerarse y su importancia respectiva. El Índice alternativo toma en cuenta tres factores que determinan las temperaturas en los campos escolares: las islas de calor, las copas de árboles y los espacios verdes. Al mismo tiempo, atiende a las disparidades raciales en la exposición al calor extremo. Otros factores que pueden ser considerados son los impactos acumulativos, como la calidad del aire, el asma, la pobreza, los desiertos alimentarios, la diabetes, las tasas de obesidad y otros impactos académicos como el ausentismo, el Índice de necesidad de equidad estudiantil llamado “SENI”una formula que ayuda asignar fondos para abordar brechas de rendimiento basada en equidad- y las escuelas prioritarias.
Hay que llevar a cabo los principios de la justicia medioambiental, con la ciencia por delante y la imprescindible participación comunitaria para que con el respaldo oficial llegue la protección a todas las escuelas.
Repito, es fundamental la participación de todos los afectados en la educación de nuestros hijos. El aporte de los padres con sus perspectivas y experiencias es vital para crear el nuevo Índice para Enverdecer, dando prioridad a las escuelas ubicadas en las islas de calor y tomando en cuenta los factores discriminatorios para combatir con equidad los efectos del cambio climático.
El análisis y las conclusiones del reporte de ABC pueden servir de guía para todos los interesados en la educación; de cómo responder a los retos de la temperatura, y de la inequidad discriminatoria, que hoy perjudica a nuestros niños.
* Vanessa Aramayo es directora ejecutiva de la Alliance for a Better Community