¿Qué hay detrás de la pelea de republicanos y López Obrador?

Para analistas de la relación binacional, los políticos de México y Estados Unidos están atrapados en sus propias agendas electorales que los hace reciclar temas para ganar votos

¿Qué hay detrás de la pelea de republicanos y López Obrador?

López Obrador ha llamado a los republicanos “ridículos”, “fríos y ausentes” en la crianza de sus hijos estadounidenses. Crédito: Marco Ugarte | AP

MÉXICO- Miembros del Partido Republicano y el presidente Andrés Manuel López Obrador se subieron al ring de las declaraciones y, en medio de la pelea, se azotan en la lona entre golpes de derechas e izquierdas con el mismo objetivo: llevar agua a su molino en medio de las contiendas electorales que se viven en los dos países, coinciden analistas.

Los asaltos republicanos se centran principalmente en reprochar al mandatario mexicano una presunta complicidad y tolerancia con los cárteles de la droga, en destacar la falta de apoyo en el control migratorio y en la coquetería de éste con figuras antidemocráticas como el presidente venezolano, Nicolás Maduro.

En contraataque, López Obrador los ha llamado “ridículos”, “fríos y ausentes” en la crianza de sus hijos estadounidenses cuya “falta de amor” y “educación”  empuja a los jóvenes al consumo desesperado de fentanilo.

También los ha llamado “politiqueros” “propagandistas viles y corrientes” por tomar a México como piñata para capitalizar el voto conservador e incluso se ha metido en la propaganda del voto estadounidense, sugiriendo un sufragio masivo demócrata, toda vez que los republicanos se han opuesto una y otra vez a una reforma migratoria que permitiría dar documentos a quienes no tengan papeles.

“El partido que regularice la situación de los migrantes mexicanos que llevan más de cinco años viviendo o trabajando honradamente en Estados Unidos debe tener el apoyo de los mexicanos”, dijo.

Y agregó con sorna: “A ver qué partido se anima y no solo de palabra, porque ha habido ocasiones en que se comprometen que van a regularizar a los migrantes y luego de la elección ya no cumple”.

La lengua suelta del mexicano caldeó los ánimos. Tras estas declaraciones, Vivek Ramaswamy, quien intentó hacerse de la candidatura presidencial del Partido Republicano, volvió al cuadrilátero con una antigua arma  desechada el año pasado: la idea de “invadir” territorio mexicano si se considera a los cárteles “grupos terroristas”.

Encendido, Ramaswamy metaforizó a AMLO como el jefe de los cárteles: “El hecho en cuestión es que si tienes un vecino que tiene un perro, entra a tu jardín y sigue mordiendo a los miembros de tu familia repetidamente, puedes tomar una escopeta y dispararle a ese perro”.

Poco después, a principios de abril, Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes  de Estados Unidos, echó más leña al fuego, elevó el debate y literalmente acusó al mexicano de “mimar a los cárteles de la droga” después de que artículos periodísticos y declaraciones de  organizaciones criminales  aseguraron que AMLO recibió  millonarios fondos ilícitos.

Entre otros, del Cártel de Sinaloa (a través de Los Beltran Leyva y el Mayo);  Los Zetas y Los Ardillos para sus campañas en los distintos comicios en los que se presentó el tabasqueño (2006, 2012 y 2018). 

El presidente ha negado las acusaciones y las ha llamado “campaña de desprestigio”.

ENTRE EL DICHO Y EL HECHO

Para analistas de la relación binacional, los políticos de México y Estados Unidos están atrapados en sus propias agendas electorales que los hace reciclar temas para ganar votos. 

“Cada tres años, los ciclos electorales de México y Washington D.C. coinciden”, recuerda Diego Chaves, director de la Iniciativa Migración y Política para América Latina y el  Caribe. “Al final se darán soporte mutuo porque comparten una frontera complicada”.

Mientras los dimes y diretes corrían de un micrófono a otro, por ejemplo, la canciller mexicana Alicia Bárcena viajó a Washington para reuniones con legisladores latinos, funcionarios del Departamento de Estado y asesores de alto nivel del Gobierno de Biden en Seguridad para trabajar en “temas prioritarios”.

A finales de enero, una comitiva de legisladores texanos avanzaron a México con discursos despechados sobre la falta de retención de migrantes que se estampan en su frontera, pero una vez que llegaron a la capital mexicana, cambiaron su discurso al comercio.

Al final de la reunión con López Obrador, Henry Cuellar declaró ante la prensa que hay más de dos millones de negocios entre los dos países, lo que se traduce en fuentes de trabajo.

“Vamos a trabajar juntos el comercio, el turismo, las visas para tener más mexicanos, ir a trabajar en los Estados Unidos es muy importante y también la seguridad”.

El congresista Cuellar resaltó que van a trabajar como socios estos temas, incluyendo la migración.

LOS PERDEDORES

El 7 de febrero, republicanos del Senado bloquearon un paquete fronterizo bipartidista que tardó meses de negociaciones con los demócratas sobre la legislación encaminada a reducir la cantidad récord de cruces fronterizos no autorizados.

Así se negó la inyección de 20 mil millones de dólares en los países más pobres de América, que son los principales expulsores de personas, una sugerencia de López Obrador. Se cerró a pesar de que se incluían 60 mil millones de dólares en ayuda a Ucrania y 14 mil millones para Israel que pretendían los republicanos. 

“Nosotros destinamos para apoyar a países de América Latina y el Caribe 150 millones de dólares”, declaró el mandatario mexicano para ponerse de ejemplo aunque anteriormente EE.UU. también ha dado dinero para las zonas expulsoras de  migrantes.

Para el politólogo Andrés Besserer, el caso es que ni los gobiernos republicanos ni los demócratas han logrado una solución satisfactoria para ninguna de las partes. A esto se suma que México cooperó en la subversión del régimen del derecho al asilo cuando Trump anunció el ¡Quédate en México!, revertido por Biden. 

“Con ello, AMLO permitió que los migrantes esperaran en su territorio sin tener la capacidad para velar por su seguridad. Por lo que su cooperación con Trump, resultó siendo una burla a los migrantes”.

En los últimos días, el ánimo volvió a calentar por la Ley SB4 que convierte el ingreso de personas sin documentos en un delito menor con penas de seis meses de prisión mientras la canciller Bárcena visitó la zona para condenar la zona, pero también destacó que ahí se “comercia con México 1.5 millones de dólares por minuto”.

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Andrés Manuel López Obarador Partido Republicano
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