La comida chatarra alimenta tu ansiedad: por qué
Una dieta alta en grasas puede alterar las bacterias intestinales y aumentar la ansiedad al afectar las sustancias químicas del cerebro. Los investigadores recomiendan una dieta rica en frutas, verduras y grasas saludables
Un reciente estudio realizado por la Universidad de Colorado Boulder sugiere que la comida chatarra que es popular elección en momentos de estrés, podría estar fomentando la ansiedad. La investigación encontró que en animales, una dieta alta en grasas no solo afecta la composición de las bacterias intestinales, sino que también altera el comportamiento y las sustancias químicas del cerebro, aumentando así los niveles de ansiedad.
El profesor Christopher Lowry, autor principal del estudio y profesor de fisiología integrativa en CU Boulder, explica que aunque se sabe que estos alimentos no son saludables, su impacto puede ser más significativo de lo que se piensa.
“Todo el mundo sabe que estos no son alimentos saludables, pero tendemos a pensar en ellos estrictamente en términos de un pequeño aumento de peso“, señaló Lowry. “Si entiendes que también impactan tu cerebro de una manera que puede promover la ansiedad, lo que está en juego es aún mayor”.
Para llevar a cabo el estudio, el equipo de Lowry dividió a ratas adolescentes en dos grupos. Uno de los grupos recibió una dieta estándar con aproximadamente un 11% de grasa durante nueve semanas, mientras que el otro grupo siguió una dieta alta en grasas, compuesta principalmente de grasas saturadas de productos animales, con un contenido total de grasa del 45%. La dieta estadounidense típica contiene alrededor de un 36% de grasa, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
A lo largo del estudio, los investigadores recolectaron muestras fecales y analizaron el microbioma intestinal de los animales. Al final de las nueve semanas, se realizaron pruebas de comportamiento. Los resultados mostraron que, además de ganar peso, los animales del grupo con dieta alta en grasas presentaron una diversidad bacteriana intestinal significativamente menor. En general, una mayor diversidad bacteriana se asocia con una mejor salud, indicó Lowry.
Dieta alta en grasas
Específicamente, los animales con dieta alta en grasas tenían más bacterias del tipo Firmicutes y menos del tipo Bacteroidetes. Esta proporción se ha asociado previamente con dietas industrializadas y obesidad.
Además, estos animales mostraron una mayor expresión de tres genes relacionados con la producción y señalización de la serotonina, un neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo y la ansiedad. Estos genes, tph2, htr1a y slc6a4, se expresaron especialmente en una región del tronco encefálico conocida como núcleo dorsal del rafe, que está asociada con el estrés y la ansiedad.
Aunque la serotonina suele considerarse una “sustancia química del bienestar”, Lowry señaló que ciertos subconjuntos de neuronas de serotonina pueden, al activarse, desencadenar respuestas de ansiedad. La expresión elevada del gen tph2 en la cDRD se ha vinculado con trastornos del estado de ánimo y riesgo de suicidio en humanos.
“Pensar que solo una dieta rica en grasas podría alterar la expresión de estos genes en el cerebro es extraordinario”, comentó Lowry. “El grupo con alto contenido de grasas esencialmente tenía la firma molecular de un estado de alta ansiedad en su cerebro”.
Lowry sugiere que un microbioma no saludable podría comprometer el revestimiento intestinal, permitiendo que las bacterias ingresen a la circulación del cuerpo y se comuniquen con el cerebro a través del nervio vago, una vía que conecta el tracto gastrointestinal con el cerebro. “Si piensas en la evolución humana, tiene sentido”, dijo Lowry. “Estamos programados para notar realmente las cosas que nos enferman para poder evitarlas en el futuro”.
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