Texas ejecuta a un hombre por el secuestro, violación y asesinato de una joven de 18 años
El hombre de Texas que admitió haber secuestrado, agredido sexualmente y asesinado a tiros a una mujer de 18 años en 2001
Ramiro Gonzales se convirtió en el segundo recluso ejecutado en Texas este año y el octavo en la nación, tras ser hallado culpable de secuestrar, violar y matar a Bridget Townsend, de 18 años, arrojando su cuerpo en un campo en Bandera, a unas 40 millas al noroeste de San Antonio.
Previo a la ejecución, Gonzales presentó una serie de apelaciones y una petición de clemencia, pidiendo al gobernador republicano de Texas Greg Abbott y a la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas que le concedieran una pena menor o más tiempo, pero fue rechazado.
Así, el reo, de 41 años, fue declarado muerto a las 18:50 hora local tras recibir una inyección letal en la penitenciaría estatal de Huntsville.
Antes de la inyección letal, Gonzales utilizó sus últimas palabras para pedir disculpas a los familiares de la víctima, Bridget Townsend, cuyos restos no fueron encontrados hasta más de un año después de que fuera reportada como desaparecida de su casa en el condado de Bandera en enero de 2001.
“No puedo expresar con palabras el dolor que he causado, el daño, lo que les quité y que no puedo devolver. Espero que esta disculpa sea suficiente”, dijo.
“Nunca dejé de rezar para que me perdonaras y que algún día tuviera esta oportunidad de disculparme. Te debo mi vida y espero que algún día me perdone”, añadió en sus declaraciones que concluyó anunciando que “estaba listo” para la inyección.
Gonzales, de 41 años, fue condenado por matar a tiros a Townsend después de robar drogas y dinero y secuestrarla en enero de 2001 en una casa en el condado de Bandera, ubicado al noroeste de San Antonio. La llevó al rancho de su familia en el vecino condado de Medina, donde la agredió sexualmente y la mató.
La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó una petición de la defensa para intervenir aproximadamente una hora y media antes del inicio previsto de la ejecución. El tribunal superior rechazó los argumentos de los abogados de Gonzales de que había asumido responsabilidad por lo que hizo y que un perito de la fiscalía ahora dice que se equivocó al testificar que Gonzales sería un peligro futuro para la sociedad, una conclusión legal necesaria para imponer una sentencia de muerte.
“Se ha dedicado fervientemente a la superación personal, la contemplación y la oración, y se ha convertido en un adulto maduro, pacífico, bondadoso, amoroso y profundamente religioso. Reconoce su responsabilidad por sus crímenes y ha tratado de expiarlos y de buscar redención a través de sus acciones”, escribieron los abogados de Gonzales el lunes en su petición. Un grupo de líderes religiosos también pidió a las autoridades que detengan la ejecución de Gonzales.
Los abogados de Gonzales argumentaron que la Corte de Apelaciones Penales de Texas había violado sus derechos constitucionales al negarse a revisar sus afirmaciones de que un experto de la fiscalía, el psiquiatra Edward Gripon, afirmó erróneamente que Gonzales sería un peligro futuro. Después de reevaluar a Gonzales en 2022, Gripon dijo que su predicción estaba equivocada.
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