El hombre que intentó matar a Trump acudió a una práctica de tiro un día antes de dispararle

Thomas Matthew Crooks, el individuo que intentó asesinar a Donald Trump con un rifle de largo alcance el sábado por la tarde, acudió a afinar su puntería 24 horas antes.

Conforme avanza la investigación de la policía en torno al sujeto que trató de quitarle la vida al candidato presidencial republicano, poco a poco, van surgiendo datos por demás impactantes acerca de la frialdad con que planeó su fechoría.

Un funcionario de las fuerzas del orden citado de manera anónima por la cadena de televisión CNN, reveló el patrón que presuntamente siguió Thomas Matthew Crooks con la intención de eliminar al político favorito en la mayoría de las encuestas rumbo a las elecciones.

La fuente consultada señala que, un día antes, del mitin anunciado por Donald Trump en Butler, Pensilvania, el solitario tirador decidió presentarse al Clairton Sportsmen’s, un club de tiro ubicado a unos 25 minutos de distancia con respecto a su domicilio.

Al ser socio del lugar, a nadie se le hizo raro que afinara su puntería, pero él tenía estudiado que su ubicación con respecto a Trump estaría a decenas de metros de distancia y necesitaba ser preciso.

El informante también indicó que, horas antes de intentar eliminar al magnate neoyorquino, Crooks visitó un Home Depot para comprar una escalera de cinco pies, la cual después utilizó para ubicarse en la parte del inmueble donde se atrinchero antes de comenzar a disparar.

Posteriormente también acudió a una armería donde compró 50 cartuchos de munición.

De ahí en adelante condujo su camioneta Hyundai Sonata cerca de una hora hasta arribar al punto donde se llevaría a cabo el mitin de Trump.

Después al encontrar espacio donde estacionar su vehículo, en el interior de este, dejó una carga de explosivos listos para ser detonados y generar confusión después de haber ejecutado a su víctima, pero algo sucedió que le impidió hacer estallar a la unidad.

Otro dato muy complicado de asimilar por las autoridades es que, al revisar el teléfono móvil de tirador y horas más tarde una computadora de su propiedad, no descubrieron ningún indicio que advierta sobre el homicidio que tenía pensado consumar, ni mucho menos la estrategia a la cual recurriría en busca de evadir su responsabilidad.

Por ahora, sigue vigente la premisa de que actuó en solitario y guiado por su animadversión hacia la figura de Donald Trump.

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