Rudy Giuliani se ha dedicado a vaciar su cuenta bancaria mientras evita pagarles a sus acreedores

Rudy Giuliani, exalcalde de Nueva York, se ha dedicado a vaciar su cuenta bancaria mientras evita pagarles a sus acreedores después de que un tribunal le impuso una millonaria sanción.

Hace algunas semanas, Rudolph William Louis Giuliani se declaró en quiebra luego de que un jurado le ordenó compensar con $148 millones de dólares en daños y perjuicios a Shaye Moss y Ruby Freeman, empleadas electorales a quien señaló, sin pruebas, por presuntamente manipular la votación durante las elecciones que convirtieron a Joe Biden en presidente de la nación, en 2020.

Desde entonces, el abogado de 80 años ha recurrido a todo tipo de estrategias para incumplir con su obligación estipulada por las autoridades.

Un procedimiento judicial revela que, mediante facturas relacionadas con sus gastos personales, Giuliani ya sólo tiene cerca de la mitad del dinero que figuraba en su cuenta bancaria hasta la semana pasada.

De acuerdo con Sean Lane, juez federal a cargo de su caso, el habilidoso experto en leyes no ha sido totalmente transparente sobre sus finanzas.

Rachel Strickland, abogada de las dos trabajadoras electorales a quienes Giuliani debe indemnizar, denunció a su colega por estar realizando movimientos bancarios para quedarse sin recursos y tratar de demostrar que es incapaz de hacerle frente a sus compromisos.

Como ejemplo de las operaciones bancarias a las que a recurrido el amigo de Donal Trump, Strickland citó un cheque de $14,000 dólares que fue destinado a presuntos gastos de un condominio propiedad de Guilaini en Nueva York.

A la lista sumó otro cheque, pero de $25,000 dólares para cubrir una factura relacionada con otro condominio que posee en Florida.

Como si se tratara de una carrera por acabarse hasta el último centavo para no pagar, el exalcalde de Nueva York, también ingresó a sus gastos personales varios miles de dólares más derivados a su viaje a Milwaukee, donde se está llevando a cabo la Convención Nacional Republicana, ciudad a la cual se trasladó volando en primera clase y hospedándose en un lujoso hotel.

Otro dato a tomar en cuenta es que, durante todo su proceso de quiebra, Giuliani nunca ha pisado el tribunal donde llevaban su caso y sólo ha llamado por teléfono para escuchar lo que dice el juez al respecto, pues le cede a su equipo legal el control de sus asuntos.

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