Trump exige encarcelar un año a quienes profanen la bandera

En respuesta a las protestas en contra de la ofensiva israelí en Gaza llevadas a cabo afuera de Union Station en Washington, DC, donde un grupo de civiles le prendió fuego a una bandera estadounidense, Donald Trump promovió la idea de encarcelar durante un año a quienes profanen el lábaro.

Durante una entrevista concedida a la cadena de televisión Fox News, el candidato presidencial republicano habló sobre la necesidad de imponer respeto para uno de los símbolos de la nación.

“Deberías recibir una sentencia de un año de cárcel si haces algo que profane la bandera estadounidense. Debemos trabajar en el Congreso para conseguir una sentencia de un año de cárcel. Cuando se les permite pisotear la bandera y ponerle líquido para encendedores y prenderle fuego, cuando se les permite hacer eso, se les da una sentencia de un año de cárcel y nunca volverán a verla“, expresó.

Sin embargo, la propuesta del magnate neoyorquino se enfrenta a un antecedente que tuvo lugar en 1989, el caso Texas v. Johnson.

En ese entonces, la Corte Suprema dictaminó mediante una decisión de 5 a 4 que el acto de quemar una bandera estadounidense es una libertad de expresión protegida constitucionalmente por la Primera Enmienda.

A sabiendas de ello, quizá fue cómo uno de los integrantes del grupo de manifestantes renuentes a la visita de Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, a Washington, derribó una bandera estadounidense para reemplazarla por una palestina y acto seguido quemar al símbolo de la nación norteamericana.

En respuesta, integrantes de la policía metropolitana de DC arrestaron a seis manifestantes a quienes sólo se les fijará una sanción administrativa sin importar la señal de impunidad que le transmitieron al mundo, pues la imagen de la bandera ardiendo en llamas rápidamente comenzó a circular en redes sociales.

Este incidente se presenta en un momento complicado para la política estadounidense donde el presidente Joe Biden no sólo fue presionado por sus propios compañeros de partido para renunciar a sus aspiraciones de reelegirse, sino que alimentó las dudas de los republicanos sobre si todavía tiene la capacidad necesaria para seguir al frente del gobierno y resolver asuntos tan delicados como fijar una postura oficial sobre temas complejos como la disputa bélica entre dos naciones.

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