El lado oscuro de los Juegos Olímpicos de París 2024
Los organizadores aspiran a que los Juegos Olímpicos 2024 sean los más ecológicos y sustentables, pero han sido objeto de denuncias, las cuales niegan, que las medidas tomadas para limpiar a París han golpeado a los residentes más vulnerables
Los Juegos Olímpicos de 2024 apuntaban a no ser únicamente una celebración del deporte sino también una muestra de sostenibilidad y regeneración de París, la ciudad sede. Estos planes han sido puestos bajo la mira tras las denuncias de activistas de que las autoridades han estado expulsando de las calles a los migrantes e indigentes vulnerables y dispersándolos alrededor de Francia.
Bajo un puente que atraviesa un canal de París yacen decenas de enormes bloques angulares y puntudos de concreto.
El objetivo, sostienen los activistas, es mantener fuera de las calles a los indigentes y migrantes durante las Olimpiadas de 2024.
“Hoy, ya no hay nadie en las calles”, afirma Aurelia Huot, del grupo de apoyo comunitario de París Bar de Solidaridad.
“Puedes ver estos bloques bajo los puentes”, dice señalando los obstáculos de concreto. “La policía viene y patrulla para que lo migrantes no regresen a rearmar sus campamentos”.
Un grupo de personas indigentes fue desalojado de aquí más o menos una semana antes de la ceremonia de apertura de las Olimpiadas, uno de los últimos de muchos campamentos y asentamientos que se despejaron en los meses anteriores a los Juegos.
Faris Al Khali Youssouf es uno de los afectados. Como inmigrante de Chad, vivió con otras 500 personas en un edificio que perteneció a un fabricante de concreto, a sólo unos cientos de metros de la Villa Olímpica.
El lugar fue despejado por la policía antimotines en abril, con anuncios a los residentes que se les daría hospedaje temporal en el área de París o en Toulouse, a cientos de kilómetros de ahí.
“Hay que decir que es una pesadilla para los refugiados”, comenta Faris.
“Es algo que todos nuestros compatriotas están actualmente experimentando; los están deteniendo cuando van a comprar un pasaje en metro, los detienen y transfieren a centros de detención”.
“Los refugiados están bajo presión”.
Bajo otro puente, a unos minutos caminando por el canal de donde están colocados los bloques de concreto, el activista Paul Aluzy describe cómo otro de los desalojos tomó lugar.
“Durante años fue una ciudadela de carpas, desde hace tres años había gente aquí”, asegura indicando los espacios entres las columnas donde las personas solían acampar. “Había carpas por todas partes, algunas veces 100, 200, 300 personas”.
Paul trabaja para el grupo El Revers de la Médaille (El Revés de la Medalla), que sostiene que unos 13.000 migrantes han sido desplazados de las calles de París en anticipación a los Juegos.
Es parte de una estrategia a largo plazo que los activistas creen se fue acelerando a medida que se acercaba el inicio del evento deportivo.
Las autoridades han ofrecido alojamiento a las personas desplazadas, pero este suele ser temporal y muy alejado de París, en diferentes ciudades del país.
“Cuando te llevas a las personas de la calle aquí en París la envías muy lejos a ciudades pequeñas, ellas no cuentan con la misma red de solidaridad”, expresa Paul.
“Naturalmente no queremos que la gente se quede a la intemperie, queremos que tengan un techo”, añade.
“Pero si las dispersas y no les das soluciones a largo plazo, nunca resolverás el problema”.
Explica que lejos de las grandes comunidades que se han formado en París para los grupos migratorios, las personas enfrentan dificultades teniendo acceso al apoyo y cuidados de salud que necesitan y terminan regresando a la capital a vivir en las calles.
Este mismo tipo de denuncias se han hecho en Juegos Olímpicos anteriores. En Tokio, los grupos de personas sin hogar se quejaron de ser expulsados de los parques que utilizaban para dormir, y en Río de Janeiro, vecindarios enteros en las favelas fueron desalojados.
Sin embargo, las autoridades en París insisten en que sacar a las personas de las calles es la clave para mejorarles la vida.
Antes del inicio de los Juegos, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, declaró: “También deseo -y es uno de los temas que estamos discutiendo con el Estado- dejar un legado de vivienda para las personas sin hogar”.
“Lo que está demorando las cosas en este momento, como yo lo entiendo, son los recursos financieros que el Estado podría destinar”.
El Ayuntamiento de París dijo a la BBC que “el problema de las personas sin techo está en el centro de las preparaciones para las Olimpiadas y sigue estando pendiente de proveer alojamiento a las personas vulnerables durante los Juegos”.
Y añadió: “La Ciudad de París no utiliza mobiliario urbano hostil a las personas sin hogar”.
Afirmaron que los bloques de concreto colocados bajo el puente no estaban en su jurisdicción sino en la vecina municipalidad de Aubervilliers, que dijo que estaba usando mobiliario urbano “disuasivo” para evitar el regreso de “migrantes y consumidores de droga”.
No obstante, muchos trabajadores sociales continúan profundamente preocupados.
“Para mí esto es realmente la definición de limpieza social”, declara Paul.
“Expulsas a las personas y luego le impides que puedan regresar jamás y simplemente barres la miseria bajo el tapete, porque estas son sólo soluciones a corto plazo”.
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