Un fármaco GLP-1 de Novo Nordisk podría ralentizar la aparición del Alzheimer

Liraglutida, fármaco de Novo Nordisk para diabetes y obesidad, muestra promesas en ralentizar el Alzheimer, protegiendo el cerebro y mejorando la cognición

Un fármaco GLP-1 de Novo Nordisk podría ralentizar la aparición del Alzheimer

Los resultados mostraron que aquellos que recibieron liraglutida experimentaron un deterioro cognitivo 18% más lento después de un año de tratamiento. Crédito: Tiwasan Pholyiam | Shutterstock

Un medicamento ya conocido para la diabetes y la obesidad, liraglutida, está mostrando promesas significativas en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. Según datos de un ensayo en etapa intermedia publicados recientemente, este fármaco podría retardar la progresión de la enfermedad al proteger el cerebro de los pacientes.

Comercializado por Novo Nordisk bajo las marcas Victoza y Saxenda, liraglutida ha visto una disminución en sus ventas trimestrales debido a la preferencia de los pacientes por inyecciones semanales como Ozempic y Wegovy, también de Novo Nordisk, que han tenido un éxito considerable en el tratamiento de la diabetes y la pérdida de peso.

El ensayo, financiado en parte por Novo Nordisk, fue llevado a cabo por investigadores del Imperial College de Londres, quienes monitorearon a más de 200 pacientes del Reino Unido con Alzheimer de leve a moderado.

Los participantes fueron asignados aleatoriamente a recibir una inyección diaria de liraglutida o un placebo. Los resultados mostraron que aquellos que recibieron liraglutida experimentaron un deterioro cognitivo 18% más lento después de un año de tratamiento en comparación con el grupo placebo.

Además, las resonancias magnéticas revelaron que liraglutida retrasó la contracción de ciertas áreas del cerebro, cruciales para la memoria, la toma de decisiones, el aprendizaje y el lenguaje, en casi un 50% en comparación con el placebo.

Este descubrimiento se presentó en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer en Filadelfia, un evento de gran relevancia en el ámbito de la investigación sobre demencia. La Dra. Heather Snyder, vicepresidenta de relaciones médicas y científicas de la Asociación de Alzheimer, destacó que estos nuevos datos demuestran la diversidad de terapias en desarrollo para tratar la enfermedad y abren la puerta a enfoques potencialmente más personalizados.

La liraglutida puede proteger el cerebro

Actualmente, casi 7 millones de estadounidenses sufren de Alzheimer, una cifra que se estima aumentará a 13 millones para 2050, según la Asociación de Alzheimer. El año pasado, hubo avances significativos en el tratamiento de esta enfermedad con la aprobación de nuevos fármacos que actúan sobre la proteína amiloide, una característica distintiva del Alzheimer.

Estos incluyen Kisunla de Eli Lilly y Leqembi de Biogen y Eisai. La Dra. Snyder mencionó que los nuevos datos sobre liraglutida podrían permitir la combinación de medicamentos dirigidos a amiloides con GLP-1 como liraglutida, dado que estos últimos no presentan riesgos de hinchazón y hemorragia cerebral, efectos secundarios asociados con Leqembi y Kisunla.

En el ensayo de etapa intermedia, los pacientes que recibieron liraglutida experimentaron efectos secundarios gastrointestinales, como náuseas, comunes entre otros medicamentos GLP-1. Esta podría ser una ventaja en el tratamiento de pacientes con Alzheimer, de los cuales solo una pequeña proporción recibe actualmente medicamentos dirigidos a los amiloides.

Aunque Novo Nordisk da la bienvenida a la investigación independiente sobre sus GLP-1 para otras afecciones, estos productos no están aprobados actualmente para el Alzheimer. El ensayo se centró en medir la cantidad de glucosa que consume el cerebro, un indicador clave de la función cognitiva. Aunque no se demostró un cambio significativo en esta tasa debido a un número insuficiente de participantes, los resultados fueron alentadores al mostrar un beneficio en la función cognitiva y el volumen cerebral.

Estos hallazgos sugieren que los GLP-1 como liraglutida pueden proteger el cerebro mediante la reducción de la inflamación, la mejora de la comunicación entre las células nerviosas y la disminución de la resistencia a la insulina, además de reducir las proteínas tóxicas amiloide y tau, características del Alzheimer. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar estos resultados y comprender plenamente los mecanismos detrás de estos beneficios potenciales.

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