Tener ansiedad puede aumentar el riesgo de demencia: por qué
Un estudio muestra que la ansiedad crónica y de nueva aparición aumentan el riesgo de demencia, pero la ansiedad resuelta no
Un estudio ha identificado una relación entre la ansiedad y el riesgo de desarrollar demencia. Durante una década, los investigadores siguieron a 2.132 australianos con una edad promedio de 76 años y descubrieron que la ansiedad crónica y la ansiedad de nueva aparición aumentaban significativamente el riesgo de demencia.
El estudio, publicado en el Journal of the American Geriatrics Society, reveló que la ansiedad crónica estaba asociada con un riesgo 2,8 veces mayor de demencia, mientras que la ansiedad que surgía de nuevo durante el estudio aumentaba el riesgo en 3,2 veces. Los individuos cuya ansiedad comenzó antes de los 70 años enfrentaban un riesgo aún mayor, destacando la importancia de la intervención temprana en el manejo de la ansiedad.
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores utilizaron la Escala de Distrés Psicológico de Kessler (K10) para medir la ansiedad de los participantes, y definieron la demencia según los códigos de la Clasificación Internacional de Enfermedades. La evaluación del riesgo se realizó mediante el modelo de riesgo de subdistribución de Fine-Gray, que ajusta el riesgo competitivo de muerte, garantizando así la precisión de los resultados obtenidos.
Un hallazgo crucial fue que las personas cuya ansiedad se resolvió durante el periodo de seguimiento no presentaban un mayor riesgo de demencia en comparación con aquellos sin antecedentes de ansiedad.
El vínculo entre la demencia y la ansiedad
Esto sugiere que el tratamiento eficaz de la ansiedad podría reducir significativamente el riesgo de desarrollar demencia, ofreciendo una nueva perspectiva en la prevención de esta enfermedad. Kay Khaing, MMed, de la Universidad de Newcastle y autor principal del estudio, destacó que, aunque este tipo de preguntas no pueden ser abordadas mediante ensayos controlados aleatorios, el estudio utilizó métodos de inferencia causal para explorar el papel de la ansiedad en el desarrollo de la demencia.
Este estudio se centró en participantes del Estudio Comunitario Hunter en Australia, donde fueron seguidos durante un promedio de 10 años. Los resultados mostraron que la ansiedad crónica y la ansiedad de nueva aparición estaban significativamente asociadas con un riesgo mayor de demencia, mientras que la ansiedad resuelta no mostraba tal asociación.
Los análisis de subgrupos revelaron que los participantes menores de 70 años con ansiedad crónica o de nueva aparición presentaban un riesgo aún mayor de desarrollar demencia. En estos casos, la ansiedad crónica estaba asociada con un riesgo 4,58 veces mayor, mientras que la ansiedad de nueva aparición incrementaba el riesgo en 7,21 veces.
La robustez de estos hallazgos fue confirmada mediante análisis de sensibilidad, que incluyeron la imputación de datos faltantes y la consideración de la causalidad inversa. Los resultados consistentes refuerzan la validez de la conclusión de que la ansiedad crónica y reciente están asociadas con un mayor riesgo de demencia.
Sin embargo, la resolución de la ansiedad durante el seguimiento redujo el riesgo, similar al del grupo no expuesto, lo que subraya la importancia de un manejo oportuno de la ansiedad.
El estudio proporciona una evidencia clara de que la ansiedad, tanto crónica como de nueva aparición, puede ser un factor de riesgo significativo para el desarrollo de demencia. No obstante, la ansiedad resuelta no mostró esta asociación, lo que sugiere que el tratamiento eficaz de la ansiedad podría ser una estrategia preventiva clave.
Los hallazgos sugieren que abordar y tratar la ansiedad no solo mejoraría la calidad de vida de los individuos afectados, sino que también podría tener un impacto significativo en la reducción del riesgo de demencia a largo plazo.
La ansiedad es una condición común que a menudo no recibe la atención necesaria. Este estudio destaca la necesidad de una mayor comprensión y manejo de la ansiedad, particularmente en las personas mayores. Al tratar la ansiedad de manera efectiva, es posible no solo mejorar la salud mental general, sino también prevenir enfermedades más graves como la demencia.
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