Padre de boxeadora Imane Khelif rompe el silencio por ataques a su hija
Image Khelif ha estado en el ojo del huracán en París 2024 con comentarios de todo tipo, lo cual se ha hecho viral más rápido que sus propias actuaciones
Imane Khelif, la boxeadora de Argelia que ha estado en boca de todos, está muy cerca de conseguir la medalla de oro en París 2024. Crédito: Miguel Toña | EFE
Imane Khelif se ha convertido, lamentablemente y para su pesar, en la atleta que tiene todos los ojos encima en los Juegos Olímpicos de París 2024. La polémica y completa controversia sobre su sexo la ha colocado en el ojo de la tormenta de todo tipo de comentarios que le ha costado muchos disgustos y muchas lágrimas de impotencia y tristeza.
Por suerte para ella, cuenta con el apoyo de su gente, quienes no dudan ni un solo momento para defenderla y en este caso, el señor Omar Khelif, su padre, ha tomado la decisión de romper el silencio para dar la cara por su hija.
En defensa de su hija, habló sinceramente
“Mi hija es una niña. La criaron como a una niña. Es una niña fuerte. La he educado para que trabaje y sea valiente”, explicó este trabajador en el salón familiar de un pueblo rural pobre situado a 10 km de Tiaret, una ciudad a unos 300 km al suroeste de Argel afectada por la escasez de agua potable en los últimos meses.
El sábado, Imane Khelif consiguió derrotar a la húngara Luca Anna Hamori (-66 kg) en cuartos de final del boxeo femenino, lo que le garantizó al menos conseguir la medalla de bronce y la primera medalla de Argelia en los Juegos Olímpicos de París 2024.
Dos días antes, de acuerdo su padre, Imane había derrotado a su rival italiana Angela Carini en octavos, simplemente “porque (su) hija era más fuerte”. Imane “tiene muchas ganas de trabajar y entrenar”, enfatizó Khelif, soldador en paro de 49 años.
“Desde pequeña, su pasión ha sido el deporte. En todos los demás deportes, siempre iba en cabeza, en el atletismo y en el fútbol”, comentó el señor padre.
Una lucha desde pequeña y de mucha convicción y paciencia
Además de los prejuicios contra los que tuvo que luchar, la joven se vio en la obligación de conseguir todos los medios para financiar sus desplazamientos desde su pequeño pueblo hasta Tiaret y luego hasta la capital, Argel, hasta el punto de que de adolescente tuvo que llegar a vender chatarra y su madre vendía cuscús preparado en casa.
“Imane es un ejemplo de mujer argelina. Es una de las heroínas de Argelia. Si Dios quiere, nos honrará con una medalla de oro e izará la bandera nacional (argelina) en París“, añade, subrayando que éste ha sido su “único objetivo desde el principio”.
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