El COVID-19 aumenta el riesgo de pérdida auditiva en adultos jóvenes
Un estudio surcoreano vincula la COVID-19 con un mayor riesgo de pérdida auditiva en adultos jóvenes, subrayando la necesidad de más investigaciones
Un estudio de cohorte retrospectivo, publicado en la revista eClinicalMedicine, ha revelado una asociación entre la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y la pérdida auditiva (PA) en adultos jóvenes.
Los investigadores surcoreanos han observado que aquellos de entre 20 y 39 años que contrajeron COVID-19 tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar tanto PA como pérdida auditiva neurosensorial súbita (PASSN) en comparación con sus pares que no se infectaron con el virus.
La COVID-19, con más de 770 millones de casos y cerca de 7 millones de muertes a nivel mundial, ha mostrado afectar múltiples sistemas corporales, incluyendo el sistema auditivo.
Informes iniciales de Tailandia y Turquía habían sugerido una posible relación entre el virus y problemas auditivos, y evidencias adicionales apuntan a que la afectación del tronco encefálico o la meningitis viral asociada a la COVID-19 podría contribuir a estos problemas.
Aumento de casos de pérdida auditiva
Además, el aumento de casos de pérdida auditiva neurosensorial durante la pandemia y hallazgos de investigaciones en Dinamarca refuerzan esta hipótesis.
Los informes recientes que documentan casos de pérdida auditiva repentina en adultos jóvenes después de contraer COVID-19 plantean nuevas preocupaciones de salud pública, debido al impacto significativo que la pérdida auditiva puede tener en el desempeño académico, ocupacional y en la calidad de vida y funcionamiento social de los individuos afectados.
Sin embargo, una revisión sistemática previa había subrayado la necesidad de estudios más amplios para confirmar este vínculo.
Para abordar esta necesidad, los investigadores examinaron la asociación entre la COVID-19 y la pérdida auditiva en una gran cohorte de adultos jóvenes en Corea del Sur.
Utilizaron datos de la Agencia de Control y Prevención de Enfermedades de Corea (KDCA) y del Servicio Nacional de Seguro Médico (NHIS), abarcando el periodo entre 2020 y 2022.
La muestra incluyó a 6.716.879 adultos jóvenes de entre 20 y 39 años sin antecedentes de pérdida auditiva, con una edad media de 29,6 años, y el 51% eran mujeres. Entre los participantes, el 2,7% tenía hipertensión, el 2,5% dislipidemia y el 0,9% diabetes.
La exposición principal considerada fue la infección por el SARS-CoV-2, diagnosticada mediante pruebas RT-PCR. Al inicio del estudio, el 72% de los individuos había contraído COVID-19 y el 93,1% había completado la serie primaria de vacunación contra la enfermedad.
Los resultados primarios del estudio fueron la pérdida auditiva y la pérdida auditiva neurosensorial súbita, diagnosticadas según los criterios de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10).
Las covariables incluyeron edad, sexo, ingresos familiares, índice de comorbilidad de Charlson (CCI) y estado de vacunación contra COVID-19. Variables adicionales como índice de masa corporal, presión arterial, glucosa sérica, estado de tabaquismo, consumo de alcohol y niveles de actividad física también fueron consideradas.
Los análisis de sensibilidad mantuvieron consistentemente altos los riesgos de pérdida auditiva y pérdida auditiva neurosensorial súbita en el grupo con COVID-19, en comparación con el grupo sin la enfermedad.
Además, se observó un mayor riesgo de pérdida auditiva en adultos jóvenes con diabetes y un mayor riesgo de pérdida auditiva neurosensorial súbita en aquellos con diabetes y dislipidemia. No se encontró una interacción significativa respecto al estado de vacunación contra COVID-19.
Teorías sugieren que el daño directo del virus a los tejidos del oído interno, la persistencia del SARS-CoV-2 en el oído medio, y la unión del virus a receptores ACE2 en tejidos del oído podrían estar detrás del vínculo entre COVID-19 y los problemas auditivos.
También se menciona el daño microvascular y la inflamación causada por el virus, así como una respuesta inmunitaria anormal y el estrés oxidativo en el oído interno.
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