Los perros pueden oler el estrés humano, pero eso los entristece
Un estudio revela que los perros detectan el estrés humano a través del olfato y reaccionan emocionalmente, mostrando comportamientos más pesimistas
La relación entre los humanos y los perros ha sido un vínculo inquebrantable que se ha desarrollado durante miles de años. Desde que las primeras comunidades humanas comenzaron a domesticarlos hace unos 30,000 años, ellos han evolucionado no solo para vivir.
Este lazo ha sido moldeado por la convivencia y la cooperación, al punto de que los perros se han vuelto excepcionalmente hábiles para interpretar nuestras señales emocionales y comportamentales.
Un reciente estudio, llevado a cabo por un grupo de investigadores de la Universidad de Bristol, Reino Unido, ha arrojado nueva luz sobre la capacidad de los perros para detectar y responder al estrés humano.
Publicado en la revista Scientific Reports, este estudio revela que los perros no solo son capaces de oler el estrés, identificado en este caso por niveles elevados de cortisol en el sudor humano, sino que también reaccionan emocionalmente a este. Este descubrimiento subraya la capacidad de los perros para percibir y responder a las emociones humanas de una manera mucho más compleja de lo que se había comprendido anteriormente.
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores reclutaron a 18 perros de diferentes razas junto con sus respectivos dueños. Además, involucraron a 11 voluntarios que no tenían relación previa con los perros y que se sometieron a una prueba diseñada para inducir estrés.
El olor y nuestros perros
Esta prueba consistía en hablar en público y realizar operaciones aritméticas, tareas que comúnmente generan ansiedad en muchas personas. Durante estas actividades, se recogieron muestras de sudor de las axilas de los voluntarios utilizando hisopos.
Una vez obtenidas las muestras, los perros fueron expuestos al olor del sudor de los individuos estresados. Los perros mostraron un comportamiento más pesimista y cauteloso cuando estuvieron cerca de personas que emitían señales de estrés.
Esto contrastaba con su comportamiento habitual en situaciones normales o cuando estaban cerca de personas relajadas. La investigación sugiere que este cambio de comportamiento en los perros puede deberse a una reacción emocional a las señales olfativas emitidas por personas desconocidas que están bajo estrés.
Este hallazgo tiene implicaciones importantes, ya que destaca cómo el olfato, uno de los sentidos más desarrollados en los perros, juega un papel crucial en su capacidad para interpretar las emociones humanas.
El hecho de que los perros reaccionen de manera emocional al estrés percibido en personas desconocidas subraya la profundidad de su conexión emocional con los humanos, que va más allá de sus interacciones habituales con sus dueños. Este estudio también refuerza la idea de que los perros pueden ser sensibles a los estados emocionales humanos en un nivel que antes no se comprendía completamente.
Estos resultados también abren nuevas vías para explorar cómo los perros pueden ser utilizados en terapias emocionales o como apoyo en situaciones de alto estrés. La capacidad de los perros para detectar el estrés en los humanos podría ser aprovechada para desarrollar nuevas estrategias en el manejo del estrés y la ansiedad en entornos clínicos o domésticos.
Además, este estudio refuerza la comprensión de la relación entre humanos y perros, mostrando que estos animales no solo son compañeros leales, sino también seres sensibles que responden a nuestras emociones de maneras profundas y significativas.
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