Punteros: Los más de 700 jóvenes vigías que cuidan Culiacán para Los Chapitos
Conocidos como "punteros", cientos de jóvenes a bordo de motocicletas y con radio en mano informan a Los Chapitos cualquier movimiento sospechoso en Culiacán
Culiacán ha sido durante años el bastión del Cártel de Sinaloa, pero recientemente es uno de los lugares de operación de la facción de Los Chapitos, liderada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, cuya parte vital de su funcionamiento son los punteros, 700 jóvenes que vigilan la ciudad.
“Un puntero es una persona que vigila una zona para un grupo criminal en Sinaloa, en otros lugares se les conoce como halcones. Les dicen así porque les asignan un punto fijo para que desde allí reporten lo que sucede”, detalla el diario El Universal en un reportaje hecho sobre estos jóvenes.
Una de sus funciones principales es ir detrás de los vehículos del Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, por lo que es común en Culiacán ver a los punteros con radio en mano detrás de las Fuerzas Armadas, dándoles seguimiento calle por calle.
Previo al supuesto secuestro y detención de Ismael “El Mayo” Zambada, el medio antes citado entrevistó a Rodrigo, un joven puntero que sirve a Los Chapitos y dio información importante sobre su operación.
“Aquí en Culiacán La Mayiza (hombres bajo el mando del Mayo) casi no tiene punteros, le pide información a La Chapiza; ya para el sur, los de aquí le piden comunicación a Los del Sombrero hasta Mazatlán. Se llevan bien”, explicó.
Y es que las facciones del Cártel de Sinaloa comandadas por los hijos de “El Chapo” y “El Mayo”, estaban unidas por décadas de amistad y compadrazgo, pero todo ha cambiado con el tiempo, culminando en una presunta traición de parte de Joaquín Guzmán López, alias “El Güero”.
La operación de los punteros
Los punteros son de la parte más baja de la estructura criminal del Cártel de Sinaloa, jóvenes en su mayoría, quienes por una paga relativamente baja dan su lealtad y arriesgan todo, pues en el ambiente en el que crecieron reina la pobreza.
Es fácil identificarlos, algunos comienzan a los 13 años, no pasan de los 20, son delgados, usan gorras, viajan en motocicletas de bajo costo y llevan radio para informar a sus jefes los movimientos de la ciudad.
Sus “turnos” son de 12 horas de trabajo por 12 horas de descanso, reciben un pago de 4,000 pesos mexicanos quincenales. “No hay Navidad, ni Año Nuevo, ni Día de las Madres”, explica el joven.
Aunque para él la paga es buena, informa que los punteros pueden ascender a sicarios, allí el pago incrementa a 7,000 pesos quincenales, trabajando 20 días y descansando cinco. Evidentemente las funciones cambian, ya que se hace mucho más que vigilar las calles.
Aunque están en el negocio de las drogas, ellos tienen prohibido usarlas, “El Jefe” les dijo que pueden equivocarse fácilmente y se pueden envalentonar y tratar de conflictuarse con las autoridades que vigilan. Eso “está pensado” para todos.
Los errores se pagan caro, ya sea a “tablazos” o incluyendo la muerte, por ello deben andar completamente alertas. Es un trabajo duro, reconoce Rodrigo, quien dice que a muchos les gusta porque levantan “morritas” con la moto, pero recomienda mejor meterse de albañiles.
Punteros y policías
El joven puntero dijo que ni con la policía estatal ni con la municipal tienen problemas, pues “tienen acuerdos”, solamente los siguen por precaución, ya que deben vigilar todos los movimientos que hay en la ciudad, incluso de trabajadores de la luz.
Una encuesta realizada por el Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP), reveló que el 60% de los encuestados en Culiacán, Mazatlán y Los Mochis, han visto a los punteros ya sea hablando por radio o siguiendo a los militares.
El despliegue de punteros es tal, que el subsecretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Leoncio Pedro García, dijo que “hay más punteros que elementos de seguridad”, por lo que combatir delitos era complejo.
“Traemos gente delante de nosotros, prácticamente acompañándonos en los recorridos que hacemos, y detrás de nosotros saben todos los movimientos que hacemos”, explicó.
Aunque esa versión fue desmentida días después por el secretario de Seguridad de Sinaloa, Gerardo Mérida Sánchez, quien dijo que no había más punteros que policías. Lo cierto es que para muchas personas es más fácil ver a uno de estos jóvenes que a un oficial.
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