Un nuevo fármaco cura la pérdida de memoria en un modelo de ratón con Alzheimer

Un nuevo fármaco, troriluzol, podría prevenir el Alzheimer al intervenir en las primeras etapas de la enfermedad, según un estudio de la Universidad de Auburn

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El 60% de los pacientes que padecen Alzheimer aún no han sido examinados y el 12,8% desconoce la importancia de los exámenes exploratorios. Crédito: Orawan Pattarawimonchai | Shutterstock

En un avance significativo hacia la comprensión y posible tratamiento del Alzheimer, científicos de la Universidad de Auburn han puesto bajo el microscopio un nuevo fármaco, el troriluzol, que muestra un prometedor potencial para prevenir los cambios cerebrales asociados con esta devastadora enfermedad.

Este estudio, recientemente publicado en el Journal of Neurochemistry, marca la primera vez que se demuestra cómo el troriluzol puede intervenir en las etapas iniciales del Alzheimer, ofreciendo un rayo de esperanza para millones de personas afectadas por esta condición en todo el mundo.

La Dra. Miranda Reed, profesora en el Departamento de Descubrimiento y Entrega de Fármacos en la Universidad de Auburn y principal investigadora de este estudio, ha enfatizado la importancia de abordar la enfermedad desde sus primeras fases.

Según ella, la intervención temprana mediante tratamientos farmacológicos puede no solo ralentizar la progresión del Alzheimer, sino potencialmente prevenirlo por completo. “Nuestra meta es desarrollar terapias que detengan la enfermedad antes de que se establezca, lo que podría cambiar radicalmente el curso del Alzheimer”, explicó Reed.

Mala comunicación entre neuronas

El Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas globalmente, se caracteriza por la acumulación de placas amiloides y ovillos de tau en el cerebro. Estos depósitos interrumpen la comunicación entre las neuronas, provocando pérdida de memoria, confusión y, finalmente, incapacidad para realizar tareas cotidianas.

A pesar de décadas de intensa investigación, una cura definitiva sigue siendo esquiva. En las primeras etapas de la enfermedad, se ha observado un aumento dañino en los niveles de glutamato, un neurotransmisor que en exceso provoca hiperactividad sináptica y daño neuronal. Este es el punto en el que el troriluzol podría jugar un papel crucial.

El estudio liderado por Reed y su colega, el Dr. Michael Gramlich, profesor adjunto de Biofísica, se centró en analizar cómo el troriluzol podría mantener la función cerebral normal en ratones genéticamente modificados para replicar las primeras etapas del Alzheimer.

Los resultados fueron reveladores: el fármaco no solo redujo los niveles nocivos de glutamato, sino que también mejoró significativamente la memoria y las habilidades de aprendizaje en los ratones, lo que indica un mantenimiento eficaz de la función cognitiva.

Estos hallazgos sugieren que el troriluzol actúa protegiendo las sinapsis de la hiperactividad que normalmente acompaña al exceso de glutamato en las etapas iniciales del Alzheimer.

Los ratones que recibieron el fármaco mostraron una reducción notable en la hiperactividad cerebral, lo que se tradujo en mejoras palpables en su desempeño en pruebas de memoria, como la navegación en laberintos, un indicio claro de que sus funciones cognitivas estaban siendo restauradas.

La Dra. Reed comparó esta intervención temprana con la reparación de un motor antes de que falle completamente. “Es una analogía simple pero efectiva. Si logramos intervenir a tiempo, podemos evitar el colapso total de las funciones cognitivas en los pacientes con Alzheimer”, afirmó.

Aunque estos resultados en modelos animales son alentadores, los investigadores subrayan la necesidad de llevar a cabo estudios adicionales que evalúen el efecto del troriluzol en diversas etapas del Alzheimer y en diferentes especies, incluyendo humanos. Este paso es esencial para confirmar si el fármaco puede replicar sus efectos protectores en un contexto clínico más amplio.

El estudio liderado por la Universidad de Auburn representa un hito en la investigación del Alzheimer. A medida que se avanza en la comprensión de cómo el troriluzol puede intervenir en las primeras fases de la enfermedad, crecen las esperanzas de que un día este fármaco pueda cambiar el panorama del tratamiento del Alzheimer, ofreciendo una mejor calidad de vida a quienes se enfrentan a este desafío devastador.

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