Piden la destitución de la directora de la primaria Main Street en LA

La madre de un niño autista afirma que su hijo fue golpeado por cinco estudiantes y la directora Eva Rodríguez Chávez presuntamente se negó a investigar

Jacqueline Meléndez pide que se atiendan sus denuncias por el acoso escolar que sufrió su hijo autista en la escuela.

Jacqueline Meléndez pide que se atiendan sus denuncias por el acoso escolar que sufrió su hijo autista en la escuela. Crédito: FOTOS: JORGE LUIS MACÍAS | Impremedia

Jacqueline Meléndez, madre de un niño autista e integrantes de la organización llamada Los Angeles Center for Community Law & Action (LACCLA/Centro de Los Ángeles para el Derecho y la Acción Comunitaria) se manifestaron una vez más frente a la escuela primaria Main Street, en busca de justicia para el niño Michael Alexander Urquía Meléndez, de 11 años, quien fue severamente golpeado y terminó hospitalizado.

La señora Meléndez y quienes protestaron frente la escuela ubicada en 129 East 53rd Street fueron presumiblemente intimidados por personal administrativo de la escuela.

Dos mujeres, incluyendo a la directora Eva Rodríguez Chávez, se dedicaron a despegar y hacer trizas los mensajes que la señora Meléndez y miembros de LACCLA habían colocado a lo largo de la alambrada de la escuela.

Los manifestantes pretendían informar a los demás padres de familia sobre la inseguridad que viven sus hijos en dicha escuela, a causa del acoso escolar.

Cuestionada sobre el por qué retiraba los volantes, la directora Eva Rodríguez Chávez -quien fue identificada por quienes protestaban- justificó su acción, al decir que los habían colocado “en propiedad del distrito”.

Eva Rodríguez Chávez, directora de la primaria Main Street en el sur de Los Ángeles, retira los panfletos de protesta en su contra por el caso de un niño autista que fue golpeado en la escuela.

En cambio, oficiales de la Policía Escolar del LAUSD que arribaron a la escuela, dieron la razón a la señora Meléndez, a quien le aseguraron que la actitud de la directora era errónea.

“Los mismos policías me dijeron que ella no puede hacer eso; pusimos los volantes en un espacio público, no en propiedad privada”, dijo la madre de Michael.

“Ella [la directora] no tenía el derecho de arrancar los volantes ni moverlos de lugar”, añadió. “Por eso [los policías] no hicieron nada contra los padres ni contra ninguno los miembros de la organización, porque nuestro derecho como ciudadanos es manifestar nuestra libertad de expresión correctamente”.

Golpiza en el baño de la escuela
En mayo de este año, el niño Michael Urquía fue golpeado de forma severa en un baño de la escuela Main Street, por parte de un grupo de cinco o seis niños mayores, según denunció su madre.

Michael, de 11 años, sufre del trastorno del espectro autista (TEA), una discapacidad del desarrollo que afecta la forma en la que una persona se comunica, interactúa socialmente y aprende. La enfermedad se produce por diferencias en el cerebro y puede manifestarse en los primeros años de vida del menor de edad. 

“Debido a los golpes, la doctora que atiende a mi niño me recomendó que lo llevara a emergencias de un hospital”, dijo Jacqueline Meléndez. “Pero solo fue un niño le dio puñetazos en la espalda cuando él estaba orinando”.

Padres y activistas se manifestaron por el acoso escolar frente a la escuela Main Street en Los Ángeles.

Michael presentaba fuertes hematomas en el rostro y golpes en la columna vertebral. Fue atendido en el Centro Médico del Hospital de California – Dignity Health.

Sin embargo, a pesar de que la señora Meléndez aseguró a La Opinión que presentó su reclamo por escrito a la directora Eva Rodríguez Chávez y que sostuvo reuniones con la subdirectora Cristina Domínguez New, “nunca hicieron una investigación”.

“Yo le quise entregar un papel con mi denuncia a la directora, pero no lo quiso recibir; me dijeron que era una cosa errónea lo que yo estaba haciendo, solo por defender a mi hijo”, señaló la mujer originaria de San Miguel, El Salvador.

Al concluir su protesta frente a la escuela, los policías le aseguraron a la señora Meléndez, que eso hacen los directores de escuelas “porque no les conviene investigar y solo piensan en protegerse a sí mismos”.
“Ellos ni siquiera tienen hijos en esta escuela”, había comentado informalmente la directora Rodríguez Chávez.

La escuela primaria Main Street es una escuela pública urbana en Los Ángeles, California, que forma parte del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD). Atiende a 712 estudiantes de jardín de infantes a quinto grado con una proporción de estudiantes por maestro de 17.81.

La señora Jacqueline Meléndez efectuó su reporte al Departamento de Policía Escolar de Los Ángeles desde el mes de mayo y hasta ahora no se ha resuelto el caso que presentó ante los oficiales Martínez, placa #1448 e Hinojosa, placa #1236.

Comunicado del LAUSD
Una portavoz del LAUSD no respondió a preguntas directas sobre los golpes recibidos por el niño, su hospitalización, ni si le han proporcionado ayuda psicológica.

Sin embargo, envió un mensaje que la directora del plantel compartió con la comunidad escolar.
“Soy la directora de la escuela primaria Main Street, Eva Rodríguez-Chávez, con un mensaje importante para las familias. La seguridad y el bienestar de nuestros estudiantes y personal siguen siendo mi principal prioridad.

Esta mañana [el viernes], algunas personas se manifestaron pacíficamente afuera de nuestra escuela en relación con presuntos incidentes de intimidación en nuestra escuela. Tenga en cuenta que tomamos en serio todas las acusaciones y las investigamos de acuerdo con las políticas y procedimientos del Distrito.

La familia del Distrito Unificado de Los Ángeles se esfuerza por tratar a todos con respeto, amabilidad y compasión. Valoramos a nuestros estudiantes y estamos comprometidos a mantener un ambiente de aprendizaje seguro y libre de lenguaje inapropiado, acoso, discriminación o intimidación. Condenamos el uso de la agresión física para mediar desacuerdos o conflictos que puedan surgir en el campus”.
Asimismo, la vocera dijo que no se permiten folletos no autorizados en los terrenos y propiedades de la escuela.

Piden la renuncia de la directora
David García, miembro del Centro de Los Ángeles para el Derecho y la Acción Comunitaria, manifestó que su organización se involucró en la defensa de Michael Alexander Urquía Meléndez porque el acoso escolar a que fue sometido fue continuo.

“La doctora del niño dijo que las lesiones y el abuso que sufrió eran demasiado”, subrayó. “Aparte de que pedimos la destitución de la directora, queremos que haya cambios en las políticas contra el abuso escolar, especialmente en contra de niños con discapacidades”.

Bianca Vázquez, también integrante de LACCLA, dijo que no ha habido justicia para Michael, y, frente a ese hecho, “no podemos normalizar el acoso escolar en las escuelas”.

“Dicen que el LAUSD ya se hizo cargo del asunto, pero han pasado más de tres meses y no dan resultados de la investigación”, señaló. “Está claro que la administración de la escuela [Main Street Elementary] no sabe cómo lidiar con el problema”.

Yolanda Rivera, salvadoreña de Sonsonate y madre de un niño con Síndrome Down consideró que, si fuera su caso de abuso, no se quedaría callada.

“Por esa razón yo siempre estoy siempre al pendiente de mi niño”, dijo.

Objetivo fácil y vulnerable
El doctor Ilan Shapiro, director de los servicios médico de AltaMed, opinó que, en el acoso escolar, “desgraciadamente, desde el momento que las personas son neuro divergentes, el cerebro funciona de una manera diferente y algunos individuos tienen más problemas en la parte de algunas actividades sociales y de salud mental”.

Ello se puede amplificar con otras personas que ven un individuo, -sea niño o niña que está sufriendo el acoso escolar- como si fueran prácticamente un objetivo fácil y vulnerable de poder abusar de él o ella.
“Lo importante aquí, es que tenemos que saber que el hecho de que seamos diferentes no significa que tengamos la autoridad para poder abusar de nadie”, dijo el doctor Shapiro, a La Opinión.

El experto médico externó que los casos de acoso escolar dependen de una combinación de muchos factores, entre los que hay probablemente algún tipo de conducta dentro del ambiente social de la persona, ya sea en casa o algo que están viviendo de forma constante.

“Para detener el acoso escolar no hay una receta mágica”, respondió. “Para eso se tienen que utilizar tanto recursos en la casa como en la escuela y también con los recursos médicos y de salud mental para poder apoyar a la persona que está sufriendo, porque igual que cualquier persona humana, al momento que somos denigrados, abusados, verbal o físicamente, puede llevar a casos de depresión, ansiedad y hasta pensar en hacerse daños a sí mismo”.

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