Más de 200 km en 5 minutos: carga superrápida para eléctricos

La movilidad eléctrica está dando un nuevo paso hacia la competitividad con los vehículos tradicionales.

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Si bien los coches eléctricos han ganado terreno en los últimos años, la velocidad de carga de sus baterías sigue siendo uno de los mayores desafíos para los usuarios que recorren largas distancias.

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Ahora, un nuevo avance en la tecnología de baterías promete reducir ese obstáculo considerablemente.

El gigante chino de baterías CATL, junto con SAIC-GM, ha anunciado el desarrollo de una batería revolucionaria que podría cambiar la manera en que cargamos nuestros coches eléctricos.

Se trata de una batería de litio-ferrofosfato (LFP) con una potencia de carga sin precedentes, capaz de recargar más de 200 kilómetros de autonomía en tan solo cinco minutos.

Este avance tecnológico no solo promete tiempos de carga más rápidos, sino que también ofrece una solución más asequible y duradera, con un impacto potencial significativo en el mercado de vehículos eléctricos.

Carga superrápida: 6C, el nuevo estándar

El componente clave de esta innovación es el indicador “C”, que se refiere a la velocidad de carga de la batería.

En este caso, la nueva batería LFP de CATL y SAIC-GM ha alcanzado un impresionante 6C, lo que significa que puede cargarse completamente en una sexta parte de una hora, es decir, unos 10 minutos.

Comparado con el estándar actual de las baterías más rápidas en el mercado, que alcanzan un 5,5C, esta nueva tecnología marca un avance significativo en la velocidad de recarga.

A lo largo de los últimos años, los desarrollos en baterías han sido clave para determinar la viabilidad de los coches eléctricos en el uso diario. Mientras que la autonomía ha mejorado, la velocidad de carga aún ha sido un reto pendiente.

Esta batería podría ser la solución que los conductores de eléctricos han estado esperando, ya que se acerca más a los tiempos de repostaje de los vehículos de combustión interna.

Con una capacidad de cargar 200 km en cinco minutos, esta tecnología apunta a reducir las barreras de tiempo de espera en los puntos de carga.

Ventajas de las baterías LFP: más baratas y duraderas

Otro de los beneficios clave de esta batería es que utiliza una composición de litio-ferrofosfato (LFP), conocida por ofrecer ventajas importantes frente a otras tecnologías.

Las baterías LFP son más económicas de producir que las convencionales de iones de litio, lo que significa que los vehículos eléctricos que las integren podrán mantenerse a precios más competitivos en el mercado.

También, las baterías LFP tienen una vida útil más larga, lo que mejora su sostenibilidad y reduce los costos a largo plazo tanto para los fabricantes como para los usuarios.

Un buen ejemplo de cómo estas baterías podrían impactar el mercado son los vehículos de la marca MG, como el MG4, que ya utilizan baterías LFP para ofrecer opciones eléctricas asequibles.

También coches como el Citroën ë-C3, uno de los modelos eléctricos más económicos disponibles, han apostado por este tipo de tecnología para seguir siendo competitivos. Con la introducción de esta nueva batería superrápida de 6C, la accesibilidad de los vehículos eléctricos podría dar un paso hacia adelante.

2025 es el año de la nueva batería

El avance que representa esta batería no es solo teórico. Según los desarrolladores de CATL y SAIC-GM, comenzará a instalarse en vehículos eléctricos a partir del año 2025.

Estos modelos utilizarán la nueva evolución de la plataforma Ultium de General Motors, que operará bajo un sistema eléctrico de 900 V, lo que facilitará el uso de esta tecnología de carga ultrarrápida.

Hoy en día, solo unos pocos coches eléctricos de GM están diseñados para una arquitectura eléctrica de 800 V, como es el caso del Hummer EV y el Chevrolet Equinox EV. No obstante, con la llegada de esta nueva plataforma, se espera que más vehículos del gigante estadounidense puedan aprovechar los beneficios de las baterías de 900 V y la carga superrápida.

El futuro de la infraestructura de carga

Aunque las promesas de esta nueva batería son impresionantes, es importante recordar que su éxito también dependerá de la infraestructura de carga disponible.

Si bien cada vez más estaciones de carga de alta potencia están siendo instaladas alrededor del mundo, la realidad es que la velocidad de carga en muchas áreas todavía está limitada.

Sin una red de carga rápida adecuada, incluso la mejor tecnología de baterías podría no alcanzar su máximo potencial.

Sin embargo, con el aumento de la inversión en estaciones de carga de alta velocidad por parte de empresas y gobiernos, el panorama está cambiando rápidamente.

A medida que la infraestructura crece, baterías como esta podrían hacer que los coches eléctricos sean tan fáciles de “repostar” como los vehículos a gasolina, marcando un hito en la transición hacia un futuro más verde y eficiente.

La introducción de esta batería de carga rápida es un paso crucial para acercar a los coches eléctricos a las expectativas de los consumidores que buscan una experiencia de uso más ágil y conveniente.

Con una promesa de recargar más de 200 km en cinco minutos, la barrera del tiempo de carga, uno de los principales puntos débiles de los eléctricos, está a punto de reducirse drásticamente.

Si todo va según lo planeado, este desarrollo no solo mejorará la experiencia de los actuales conductores de eléctricos, sino que también atraerá a más compradores que aún dudan sobre la viabilidad de hacer el cambio. El futuro de la movilidad eléctrica parece más brillante y, sobre todo, más rápido que nunca.