Mercedes-Benz modifica su estrategia y EQ desaparece

Mercedes-Benz ha dado un giro a su estrategia de nomenclatura de vehículos al eliminar la famosa denominación “EQ” para sus coches eléctricos.

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Esta decisión es parte de una evolución mayor que busca simplificar la forma en que se presentan sus modelos, unificando tanto las versiones eléctricas como las de combustión bajo el mismo nombre.

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Con este cambio, la marca alemana espera reducir la confusión en su cartera de productos y ofrecer una experiencia más clara a sus clientes, sin comprometer su enfoque en la tecnología y la innovación.

Hasta ahora, la línea EQ de Mercedes-Benz había representado un esfuerzo visible por distinguir su gama de vehículos eléctricos.

Desde el lanzamiento de las siglas en 2020, EQ, EQ Power y EQ Boost fueron símbolos que definían las diferentes formas de electrificación: eléctricos puros, híbridos enchufables y sistemas híbridos suaves, respectivamente.

Sin embargo, la marca ha decidido poner fin a esta nomenclatura, al considerar que, más que ayudar, estaba generando cierta confusión entre los consumidores.

Una estrategia más coherente por parte de Mercedes-Benz

La clave de este cambio es la simplicidad. En lugar de mantener nombres separados para los modelos eléctricos y térmicos, Mercedes-Benz ha optado por unificar las denominaciones bajo las mismas clases ya existentes.

Por ejemplo, en lugar de tener un EQE para el sedán eléctrico y un Clase E para el modelo de combustión, ambos compartirán el nombre de Clase E, pero diferenciados por su motorización.

Según Ola Kallenius, CEO de Mercedes-Benz, esta decisión permitirá que los vehículos eléctricos sean vistos como una extensión natural de las gamas ya conocidas, en lugar de productos completamente distintos.

El objetivo de la marca es que la electrificación sea una opción más dentro de su oferta sin crear la percepción de que se trata de una gama aparte.

Esto también responde a una necesidad del mercado, donde el consumidor prefiere menos complicaciones en la elección del tipo de motor, pero sin perder de vista las diferencias tecnológicas.

Cambio gradual en toda la gama

El cambio no será inmediato, pero sí gradual, y se espera que para 2025 la oferta completa de Mercedes-Benz haya adoptado esta nueva estrategia de nomenclatura.

Los sedanes, SUV y demás categorías de la marca seguirán el mismo principio: una misma denominación para todas las versiones, sin importar si son eléctricas o de combustión interna.

Por ejemplo, tanto el GLS eléctrico como el térmico llevarán el mismo nombre, pero seguirán siendo diferenciados por las plataformas sobre las que están construidos.

Los modelos eléctricos utilizarán la nueva plataforma MB-EA, diseñada específicamente para este tipo de propulsión, mientras que los modelos térmicos continuarán con una versión evolucionada de la arquitectura MRA.

Así, aunque los nombres sean los mismos, la sustancia detrás de cada modelo será distinta.

Diferencias en tecnología, no en apariencia

A nivel visual, Mercedes-Benz también busca que los modelos eléctricos y térmicos sean casi indistinguibles entre sí.

La idea es ofrecer una continuidad estética que facilite la adopción de los eléctricos sin que estos se vean como algo radicalmente diferente. Sin embargo, las verdaderas diferencias estarán debajo de la carrocería.

La tecnología de las versiones eléctricas será más avanzada y utilizarán una arquitectura eléctrica más eficiente, como la plataforma MB-EA.

Esto permitirá que los vehículos eléctricos de Mercedes-Benz ofrezcan una experiencia de conducción más refinada y un rendimiento más acorde con las expectativas de un mercado cada vez más exigente.

Pero para el consumidor medio, la elección entre un modelo eléctrico y uno de combustión será más sencilla, ya que ambos compartirán la misma estética y funcionalidad.

El fin de EQ Boost y EQ Power

Otro aspecto importante es que, junto con el fin de la denominación EQ para los eléctricos puros, también desaparecen las nomenclaturas EQ Boost y EQ Power, que representaban los híbridos suaves y enchufables, respectivamente.

Estos sistemas de propulsión seguirán existiendo, pero se integrarán en la oferta de motorizaciones disponibles para cada modelo sin necesidad de un nombre separado.

El mercado eléctrico en evolución

Este cambio en la estrategia de Mercedes-Benz es un reflejo de la rápida evolución del mercado automotriz hacia la electrificación.

Cuando la marca lanzó su línea EQ en 2020, los vehículos eléctricos aún eran vistos como algo separado y especial dentro del mundo automotriz. Hoy, la electrificación está mucho más integrada en la industria y se espera que, para 2030, la mayoría de los nuevos coches sean eléctricos.

Mercedes-Benz, con esta decisión, no solo simplifica su oferta, sino que también envía un mensaje claro: los eléctricos son el futuro, pero no tienen por qué ser vistos como algo ajeno al resto de su gama.

Una estrategia a largo plazo

El fin de EQ no significa el fin de la innovación en electrificación para Mercedes-Benz. Al contrario, la marca sigue comprometida con su ambición de liderar el mercado de vehículos eléctricos premium.

Este movimiento forma parte de una estrategia más amplia para preparar el terreno hacia la electrificación total de su gama en los próximos años.

Así, el futuro de Mercedes-Benz estará marcado por una oferta de vehículos que, aunque más unificada en términos de nombres, será más diversa y avanzada en términos tecnológicos.

El cambio en la nomenclatura de Mercedes-Benz es un paso más en la evolución de la marca hacia un futuro eléctrico, donde los vehículos de cero emisiones serán tan comunes como los tradicionales.

Al simplificar su oferta y eliminar la distinción de nombres entre eléctricos y térmicos, la firma alemana apuesta por una estrategia que facilita la elección del cliente, sin perder de vista la innovación y la diferenciación tecnológica que siempre ha caracterizado a Mercedes-Benz.