Covid-19: científicos descubren que ahora los chimpancés interactúan con heces de murciélagos
Chimpancés en Uganda consumen heces de murciélago en respuesta a la deforestación, lo que plantea riesgos de transmisión de virus a humanos
En el corazón del bosque de Budongo, en Uganda, un comportamiento inusual ha llamado la atención de la comunidad científica: los chimpancés han comenzado a consumir guano, las heces de murciélago, en su búsqueda de nutrientes esenciales.
Esta práctica, documentada por primera vez en un estudio reciente publicado en Communications Biology, sugiere que los efectos de la deforestación están alterando los hábitos alimenticios de los animales y podría tener importantes implicaciones para la salud humana.
El bosque de Budongo, hogar de diversas especies animales, ha sido gravemente afectado por la deforestación entre 2006 y 2012, cuando la tala indiscriminada de palmeras para fabricar cuerdas de secado de hojas de tabaco alteró el equilibrio ecológico de la región.
Durante siglos, los chimpancés y otras especies como monos y antílopes dependían de los minerales obtenidos de estas palmeras en descomposición para satisfacer sus necesidades nutricionales, especialmente el sodio. Sin embargo, la pérdida de estos árboles ha obligado a los animales a encontrar alternativas para obtener estos minerales esenciales.
El estudio reveló un cambio en la dieta de los chimpancés, quienes, ante la escasez de recursos, han comenzado a ingerir guano de murciélago. Entre julio de 2017 y octubre de 2017, y nuevamente entre septiembre de 2018 y abril de 2019, los investigadores observaron 839 casos de tres especies diferentes alimentándose de excrementos de murciélago, un comportamiento jamás registrado anteriormente entre mamíferos forestales.
Virus y patógenos presentes en las heces de murciélagos
El guano de murciélago, aunque rico en minerales como el sodio, plantea riesgos potenciales de salud para los humanos. Las heces de murciélago son conocidas por albergar virus y patógenos, y los científicos han identificado hasta 27 virus infecciosos en las muestras recolectadas en Uganda, con un promedio de 14,5 virus por muestra.
Entre estos virus se encuentran parientes cercanos del coronavirus SARS, los mismos que se cree que dieron origen a la pandemia de COVID-19.
Los murciélagos, en particular, son conocidos por ser portadores asintomáticos de una amplia variedad de virus, lo que los convierte en un posible punto de origen de brotes de enfermedades.
El estudio también explora posibles soluciones para prevenir futuros brotes de enfermedades. Goldberg y su equipo sugieren la implementación de medidas que “rompan los vínculos” que permiten la propagación de virus entre especies.
Entre las propuestas se incluyen la creación de barreras físicas que impidan a los chimpancés acceder al guano o la reducción de la demanda de productos como el tabaco, cuya producción fue la causa principal de la tala de palmeras en Budongo.
Una alternativa práctica, según los expertos, sería ofrecer soluciones sostenibles que reduzcan la necesidad de talar árboles. La tecnología moderna podría desempeñar un papel clave en esta estrategia. Goldberg menciona el uso de madera impresa en 3D y el empleo de materiales como bambú o papel reciclado como sustitutos ecológicos.
Estas iniciativas, combinadas con esfuerzos globales para conservar los bosques, no solo en Uganda sino en otras regiones afectadas por la deforestación, podrían ayudar a mitigar los impactos de la pérdida de biodiversidad y reducir el riesgo de futuras pandemias.
La investigación subraya la importancia de comprender cómo los cambios ambientales inducidos por el hombre están alterando los ecosistemas y cómo esto puede repercutir en la salud humana. A medida que continuamos explorando soluciones sostenibles, la clave podría estar en preservar los hábitats naturales y reducir las interacciones peligrosas entre especies.
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