Variante XEC de COVID-19 ya está circulando en Estados Unidos

La variante KP.3.1.1 sigue siendo dominante en EE. UU. con un 60% de casos, mientras que la XEC avanza rápidamente en Europa

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Aún no se comprende completamente el impacto de las variantes más recientes como ómicron en el desarrollo de síntomas prolongados. Crédito: Shutterstock

La variante KP.3.1.1 de COVID-19 sigue siendo la dominante en Estados Unidos, representando casi el 60% de los casos positivos según los últimos datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Sin embargo, la variante XEC, un recombinante de los linajes Ómicron KS.1.1 y KP.3.3, también está ganando terreno, especialmente en Europa, donde apareció por primera vez en Berlín a finales de junio. Este híbrido ha provocado un número creciente de casos en países como Alemania, Francia, Dinamarca y los Países Bajos, según un informe del especialista australiano en integración de datos, Mike Honey.

Los CDC han estado monitoreando de cerca la propagación de XEC, la cual representó el 10,7% de los casos positivos en el periodo entre el 29 de septiembre y el 12 de octubre, según el rastreador de datos Nowcast. Por otro lado, la variante KP.3.1.1, que se convirtió en la variante predominante en Estados Unidos desde julio, representó el 57,2% de las infecciones durante ese mismo periodo.

Desde mediados de septiembre, ambas variantes han mostrado un crecimiento constante. Entre el 15 y el 28 de septiembre, KP.3.1.1 aumentó un 4,6% mientras que XEC incrementó un 5,4%. A medida que estas variantes continúan expandiéndose, los científicos y autoridades sanitarias mantienen sus esfuerzos para entender mejor el comportamiento y las implicaciones de estas cepas en la población.

En cuanto a la vigilancia de COVID-19, los datos sobre la presencia del virus en aguas residuales continúan siendo una herramienta clave para rastrear su propagación. Estos datos, que se actualizan semanalmente, indican que las tasas de positividad de COVID-19 han disminuido en todo el país, con una reducción notable del 2,7% en los estados del noroeste de Estados Unidos entre el 29 de septiembre y el 5 de octubre. Las regiones de Nueva Inglaterra y el Medio Oeste también vieron una caída significativa en los casos positivos.

En este contexto, los CDC han señalado que ninguna de las variantes actuales, incluidas KP.3.1.1 y XEC, parece estar asociada con síntomas nuevos o inusuales en comparación con las cepas anteriores del virus. Los síntomas comunes de COVID-19, como fiebre, tos, dificultad para respirar y fatiga, siguen siendo los más reportados, y pueden aparecer entre dos y catorce días después de la exposición al virus.

Las pruebas caseras de COVID-19, ofrecidas gratuitamente por el gobierno estadounidense, han sido una herramienta importante para controlar la propagación del virus, pero muchos de estos kits están por vencer próximamente. Por ello, las autoridades están recordando a los ciudadanos que verifiquen las fechas de vencimiento y utilicen estas pruebas antes de que expiren.

En cuanto a las tasas de positividad a nivel regional, los CDC han registrado variaciones en diferentes partes del país. Las regiones del noreste y el medio oeste han visto disminuciones del 2% en la positividad de las pruebas, mientras que el sur y el suroeste han experimentado reducciones más moderadas de entre el 0,6% y el 1,7%. La disminución más pronunciada se registró en la región 10, que incluye los estados de Alaska, Idaho, Oregón y Washington, con una caída del 2,7%.

A pesar de estas tendencias a la baja, las autoridades sanitarias instan a la población a no bajar la guardia, ya que la aparición de nuevas variantes podría cambiar rápidamente el panorama. Los CDC continúan monitoreando la evolución del virus y advierten que, aunque las tasas de positividad han disminuido, es fundamental seguir con las medidas preventivas, como el uso de mascarillas en situaciones de riesgo y la vacunación.

Aunque el virus sigue mutando, los científicos confían en que las herramientas actuales, como las vacunas y las pruebas, siguen siendo eficaces para controlar la propagación y la gravedad de la enfermedad. A medida que se acerca el invierno, cuando históricamente aumentan los casos de COVID-19, es probable que las variantes KP.3.1.1 y XEC continúen siendo objeto de estudio para ajustar las estrategias de prevención y tratamiento.

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