La ASA publica nuevas pautas para prevención de accidentes cerebrovasculares

La ASA actualiza directrices para prevenir hasta 80% de accidentes cerebrovasculares, con foco en factores de riesgo, medicamentos y cambios en estilo de vida

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Cada hora más de 1,000 personas fallecen a causa de accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos. Crédito: Joseph Steven | Shutterstock

Los accidentes cerebrovasculares son la quinta causa principal de muerte en los Estados Unidos y la principal causa de discapacidad, según la Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares (ASA).

A pesar de su gravedad, hasta el 80% de estos episodios pueden prevenirse con medidas adecuadas. Este es uno de los puntos centrales en las nuevas directrices publicadas por la ASA en la revista Stroke, las primeras en actualizarse desde 2014.

La doctora Cheryl Bushnell, profesora de neurología y jefa de la división de accidentes cerebrovasculares en la Universidad Wake Forest, resaltó la importancia de comprender los factores de riesgo como el colesterol alto, la presión arterial elevada y la diabetes.

Según Bushnell, las nuevas directrices se enfocan en estrategias preventivas que incluyen una dieta equilibrada, ejercicio físico regular, evitar el consumo de tabaco y mejorar la calidad del sueño. Además, se hace hincapié en tratar condiciones médicas subyacentes que incrementan el riesgo de accidentes cerebrovasculares.

Uno de los avances más destacados desde la última actualización de las directrices es el surgimiento de nuevos ensayos clínicos y medicamentos que no solo tratan las enfermedades asociadas, sino que también reducen significativamente el riesgo de accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas.

Entre los medicamentos que han demostrado tener este efecto se encuentran los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón (GLP-1), que son conocidos por reducir los niveles de azúcar en sangre en pacientes diabéticos y, al mismo tiempo, fomentar la pérdida de peso, lo que conlleva beneficios adicionales para la salud.

Bushnell también mencionó la eficacia de los inhibidores de PCSK9, una clase de medicamentos que reducen el colesterol LDL o “colesterol malo” y disminuyen el riesgo de accidentes cerebrovasculares.

Las directrices actualizadas no solo abogan por una vida más activa, sino que también alertan sobre los peligros del comportamiento sedentario. Las recomendaciones sugieren un mínimo de 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad intensa a la semana, pero además introducen una nueva sugerencia: evitar el sedentarismo durante las horas de vigilia.

Bushnell explicó que es crucial que los médicos no solo promuevan el ejercicio, sino que también aconsejen a sus pacientes sobre la importancia de mantenerse en movimiento y evitar largos periodos de inactividad.

Foco en las mujeres

Para las mujeres embarazadas, se destacan pautas para la detección y tratamiento de la presión arterial alta, así como para identificar posibles complicaciones durante el embarazo. Además, la ASA recomienda realizar pruebas para detectar menopausia temprana y afecciones inflamatorias como la endometriosis, que podrían estar relacionadas con un mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares.

También se pone un nuevo énfasis en identificar los determinantes sociales de la salud, como la falta de acceso a seguros médicos o la atención sanitaria deficiente, factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.

En términos generales, las nuevas directrices se centran en ofrecer “estrategias relativamente simples” que, si se implementan correctamente, podrían reducir significativamente el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, mejorando también la salud cerebral.

Según Bushnell, los factores de riesgo de accidentes cerebrovasculares son, en gran medida, los mismos que los de la demencia, lo que subraya la importancia de adoptar estas medidas preventivas no solo para evitar accidentes cerebrovasculares, sino también para proteger el cerebro de otras afecciones graves.

Las nuevas directrices son el resultado de una década de investigación y lecciones clínicas que proporcionan a los profesionales de la salud una guía más completa y multidisciplinaria para prevenir estos eventos.

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