Hombre que recibió trasplante de riñón de cerdo, no murió por eso
El trasplante de un riñón de cerdo modificado genéticamente, aunque no salvó la vida de Richard Slayman, abre esperanzas para la medicina de trasplantes.
Un acontecimiento médico sin precedentes que marcó un hito en la historia de la medicina también reveló las complejidades de avanzar hacia soluciones innovadoras. Richard Slayman, un hombre de 62 años que se convirtió en la primera persona viva en recibir un riñón de cerdo modificado genéticamente, falleció en abril de 2024, dos meses después de la cirugía experimental realizada en el Hospital General de Massachusetts.
Sin embargo, los médicos aseguran que su muerte no fue causada por el órgano trasplantado, lo que representa una señal alentadora para el futuro del xenotrasplante como respuesta a la escasez de órganos humanos para trasplantes.
Durante una mesa redonda organizada esta semana, el doctor Tatsuo Kawai, presidente de cirugía de trasplantes del hospital, afirmó que la causa de la muerte de Slayman fue probablemente “un evento cardíaco inesperado”. Este hallazgo, respaldado por una autopsia que no encontró rechazo del riñón ni otras anomalías relacionadas, destaca el potencial de esta tecnología para transformar la medicina.
El concepto de trasplantes de órganos entre especies ha sido estudiado durante décadas, pero los avances recientes en edición genética lo han hecho cada vez más viable. Los científicos pueden ahora manipular el genoma de los cerdos para eliminar características biológicas incompatibles con los humanos, como el azúcar alfa gal, cuya presencia provoca un rechazo inmunológico en pacientes humanos.
Reducir la dependencia de órganos humanos
Estos cerdos genéticamente modificados representan una esperanza tangible para reducir la dependencia de los órganos humanos, especialmente en un contexto donde más de 100.000 personas en los Estados Unidos esperan un trasplante de órganos.
Slayman, quien padecía diabetes tipo 2 y había recibido un trasplante de riñón humano en el pasado, se convirtió en candidato ideal para este procedimiento experimental tras el fallo de su riñón donado en 2023.
A pesar de su historial de problemas cardíacos, los médicos determinaron que su estado era lo suficientemente estable para realizar la cirugía. Los resultados iniciales fueron prometedores: Slayman fue dado de alta dos semanas después del procedimiento y pudo realizar actividades cotidianas, como visitar un centro comercial, antes de su inesperada muerte.
La empresa eGenesis, líder en la creación de cerdos genéticamente modificados utilizados en esta investigación, ya tiene planes para el futuro. Según anunció su presidente, Mike Curtis, en la misma mesa redonda, en 2025 se iniciarán ensayos clínicos formales para trasplantes de riñones, corazones e hígados de cerdos en humanos.
Los ensayos de hígado se centrarán en evaluar si estos órganos pueden funcionar externamente, como una especie de “diálisis hepática”, ofreciendo una solución provisional a los pacientes con enfermedad hepática terminal.
Aunque la tecnología aún se encuentra en sus primeras etapas y enfrenta retos significativos, el potencial del xenotrasplante como una solución revolucionaria es incuestionable. Con una demanda creciente de órganos y la limitada oferta de donantes humanos, esta línea de investigación podría salvar innumerables vidas en el futuro.
La muerte de Richard Slayman, aunque trágica, no representa un fracaso de la ciencia, sino un recordatorio del coraje necesario para avanzar en terrenos desconocidos. El trasplante de órganos entre especies, una vez considerado un sueño imposible, está más cerca de convertirse en una realidad.
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