Medicamentos como el Ozempic podrían no ser efectivos en una de cada cinco personas
Un estudio destaca la preocupación de los usuarios de Ozempic sobre mantener la pérdida de peso sin medicación, pese a mejoras en salud física y mental
Crédito: Marc Bruxelle | Shutterstock
Los medicamentos basados en agonistas del receptor GLP-1, como Ozempic, han revolucionado el tratamiento de la obesidad, ofreciendo una herramienta eficaz para ayudar a los pacientes a alcanzar un peso saludable. Sin embargo, un nuevo informe destaca dudas significativas entre los usuarios sobre la capacidad de mantener los resultados una vez finalizado el tratamiento.
Un estudio reciente realizado por Levity, una plataforma dedicada a la gestión de la pérdida de peso, encuestó a 500 pacientes que utilizan estos medicamentos. Solo dos de cada cinco encuestados confiaban en que podrían mantener su pérdida de peso después de dejar de tomar los medicamentos. Esta falta de confianza subraya la creciente preocupación sobre la dependencia de los tratamientos farmacológicos y la necesidad de soluciones sostenibles para abordar la obesidad.
No obstante, los beneficios reportados por los usuarios son notables. Tres cuartas partes de los encuestados afirmaron haber experimentado mejoras en su salud física gracias a los medicamentos GLP-1. Además, el 68 % señaló un aumento en su confianza y el 56 % reportó mejoras en su salud mental. Estas estadísticas refuerzan el impacto positivo que estas medicaciones tienen en el bienestar general de los pacientes.
A pesar de sus ventajas, el tratamiento con Ozempic y medicamentos similares no está exento de desafíos. El informe reveló que la mitad de los usuarios se sienten juzgados o avergonzados por usar medicamentos para perder peso, una percepción que afecta especialmente a las mujeres, con un 66 % reportando sentimientos de estigmatización, en comparación con solo el 32 % de los hombres.
Ena Cardona-Mason, enfermera de familia con amplia experiencia en el tratamiento de mujeres con problemas de peso, compartió sus observaciones sobre este fenómeno. Según Cardona-Mason, los pacientes frecuentemente ven en Ozempic una solución milagrosa para bajar de peso, pero muchos no consideran los cambios necesarios en el estilo de vida para mantener los resultados.
“Es cierto que Ozempic regula el apetito y ralentiza la digestión, lo que contribuye a una pérdida de peso efectiva. Sin embargo, la mayoría de las personas recuperan el peso perdido en aproximadamente un año si no hacen ajustes significativos en su estilo de vida”, explicó Cardona-Mason. Esta recuperación, conocida como efecto rebote, tiene raíces tanto fisiológicas como conductuales.
Los estudios han demostrado que al suspender el tratamiento, el apetito de los pacientes regresa a niveles previos, acompañado de hábitos alimenticios que habían sido moderados por la medicación. Además, algunos desarrollan lo que se conoce como adaptación metabólica: una desaceleración del metabolismo que dificulta mantener el peso perdido.
Una investigación de 2022 encontró que las personas que dejaron de usar Ozempic recuperaron en promedio dos tercios del peso perdido en un año. Cardona-Mason enfatizó que la clave para evitar este problema radica en adoptar cambios sostenidos en el estilo de vida, como mejorar la dieta y aumentar la actividad física. Sin estos ajustes, el cuerpo tiende a recuperar el peso perdido.
Aunque los medicamentos GLP-1 ofrecen un apoyo invaluable para quienes enfrentan desafíos significativos con el peso, su efectividad a largo plazo depende de un enfoque integral que incluya intervenciones en el comportamiento y la educación nutricional. El estigma asociado con su uso también representa una barrera importante, especialmente para las mujeres, quienes parecen enfrentar una presión social mayor que los hombres al recurrir a estas herramientas.
En resumen, mientras que medicamentos como Ozempic pueden ser un componente importante en la lucha contra la obesidad, los expertos enfatizan que no son una solución autónoma. Su éxito depende de la combinación con estrategias de vida saludable que aseguren un bienestar duradero y reduzcan la dependencia a largo plazo de tratamientos farmacológicos.
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