Victoria histórica de un sindicato de trabajadores agrícolas en California
Campesinos del condado Kern festejan haber logrado el primer contrato de trabajo para un empleado del campo en en el estado
Gracias al proyecto AB 2183 que proclamó en ley el gobernador Gavin Newsom en 2022, más de un centenar campesinos afiliados al Sindicato de Trabajadores Agrícolas de California (UFW) lograron el primer contrato laboral de la historia con la compañía Ho Sai Farms, Inc. de Bakersfield, en el condado de Kern.
“Ya hemos tenido seis victorias, donde los trabajadores usaron esa ley para organizarse y recabar sus firmas para formar una unión [sindicato]”, dijo Antonio De Loera-Brust, director de comunicaciones del UFW/Unión de Campesinos. “Hasta el momento, no habíamos negociado el contrato, después de esas certificaciones”.
De acuerdo con De Loera-Brust, los beneficiados con el contrato son más de 100 trabajadores, en su mayoría de origen mexicano que cosechan vegetales que se utilizan para preparar la comida china.
Desde el otoño pasado, la Junta de Relaciones Laborales Agrícolas ha certificado seis sindicatos de trabajadores agrícolas bajo la nueva ley AB 2183, la cual facilita la sindicalización de los trabajadores agrícolas en California.
La industria agrícola de California es uno de los mayores impulsores económicos del estado y genera alrededor de 50 mil millones de dólares en ingresos anuales al proporcionar más de un tercio de las verduras del país y más de dos tercios de sus frutas y nueces, además de ser un importante contribuyente al suministro de lácteos de la nación.
Fin al robo de salarios y maltrato
“Las condiciones de los trabajadores eran bastantes malas”, informó De Loera-Brust
Sin embargo, con el contrato logrado después de siete meses de negociaciones, los trabajadores agrícolas tendrán más derechos, incluido un aumento inmediato de un dólar y, por lo menos, 50 centavos de dólar adicionales para cada trabajador que tiene tres años o más de antigüedad en la empresa.
Bajo el contrato laboral que fue firmado el 4 de noviembre, además del aumento salarial, tendrán acceso a un proceso de quejas y de protección contra represalias por parte del empleador.
Además, por primera vez en sus vidas, los campesinos tendrán una pensión.
“Esto es un gran éxito y queremos que los trabajadores de otros ranchos se den cuenta de que luchar por sus derechos es posible y que sí se puede”, dijo De Loera-Brust.
“Creemos que la compañía podrá sentirse orgullosa de estar apoyando a sus trabajadores, a quienes ahora los va a tratar con dignidad”, añadió.
Según el portavoz del UFW, en la compañía Ho Sai Farms, Inc. había muchos problemas en término del robo de salarios y condiciones abusivas en el trabajo.
“Todo eso se va a acabar ya”, dijo el portavoz del UFW. “Esa fue la razón por la que los trabajadores decidieron luchar por la unión”.
En la actualidad, un trabajador agrícola de la compañía Ho Sai Farms, Inc. gana en promedio $16.00 por cada hora, de modo que su nuevo pago será de $17.00 o más, dependiendo de su antigüedad.
“Sin ellos, las empresas no son nada”
Erika Navarrete, vicepresidenta de la UFW, quien estuvo en la mesa de negociaciones del contrato, recordó las enseñanzas de sus padres, al lado de los legendarios César Chávez y Dolores Huerta.
“Luego de haber terminado la preparatoria tomé la decisión de unirme como voluntaria a la unión en Delano, y al mismo tiempo trabajaba en el campo, piscando la uva y estudiando”.
Agregó que “afortunadamente” con la nueva ley, tras la megamarcha de 2022, “organizarse y mejorar sus condiciones laborales fue un poco más fácil para los trabajadores”.
Desde la privacidad de sus hogares, ellos pudieron votar a favor de la sindicalización, sin tener la presión de los capataces o los dueños de las compañías.
“Desapareció el temor de que hubiera una represalia o algo que pudiera haber afectar sus deseos de estar en la unión”, dijo Navarrete
Sin embargo, entre el 2 y 10 de abril, el UFW presentó cuatro cargos de práctica laboral injusta alegando que Ho Sai Farms, Inc. interrogó, vigiló y amenazó a los trabajadores agrícolas, después de que la UFW presentara una Petición de Apoyo Mayoritario (MSP) respecto a la sindicalización.
Navarrete reconoció que la victoria no se obtuvo de la noche a la mañana ni que haya sido fácil, “pero sí es histórica porque los más de 100 beneficiarios son personas de México, Guatemala y Perú, y algunos son indocumentados”.
La vicepresidenta del UFW consideró positivo el primer paso de los trabajadores agrícolas para la defensa de sus derechos, pero les recordó el lema de que “cada trabajador es un organizador, que necesitamos hacer más fuerte el movimiento y nosotros [el UFW] somos la herramienta para que puedan triunfar”.
“Les pedimos que se unan en sus compañías, empresas y ranchos”, añadió. “Ellos son los trabajadores; la mano de obra y son la parte clave de todas las compañías. Sin ellos no existen las empresas, y por eso necesitamos que tomen la iniciativa y los invitamos a que conozcan más de sus derechos”.
Sobre todo, consideró de vital importancia conocer la nueva ley AB 2183 que les da esa oportunidad de hacer su campaña sin que tengan que hacerla pública, hasta que estén listos para tomar el siguiente paso, que es someter su petición de mayoría de votos a favor de la unión ante la Junta de Relaciones Laborales Agrícolas .
La importancia del seguro médico y los aumentos
Alejandro Chona, un guerrerense de 44 años, celebra el hecho de ser parte de la unión, porque reconoce que, tal vez por su edad, “el trabajo se hace más complicado y duele más la espalda por andar agachado, recogiendo la pizca”.
“Yo pienso que con el tiempo se va desgastando la columna, y teniendo más derechos, pues uno puede ir al médico”, dijo el hombre, casado con Florelia Cruz y padre de cuatro hijos, la menor de apenas 10 años.
Gracias al contrato logrado con la empresa Ho Sai Farms, Inc., Alejandro se considera “un poco más” respaldado.
“Ya tenemos beneficios médicos y eso es muy importante” señaló.
Antes, en caso de una necesidad, él y su familia lo único que tenían era el Medical de emergencia.
“El Medical nos sacaba adelante y también los remedios caseros”.
Cuenta que, en 2018 a su hijo de cinco años le dio neumonía, y tras haberse recuperado, le llegó un cobro de $10,000, de los cuales solamente pudo pagar $3,500, ya que en la escuela del niño había un programa de ayuda que lo sacó del apuro.
Alejandro, residente en la ciudad de Lamont, en el condado Kern, informó a La Opinión que su sueldo previo de $16.00 se elevará a $17.35, lo cual le permitirá tomar un respiro de los altos costos de la luz, que regularmente son $400.00 mensuales.
“Acá está muy cara la luz y más en el tiempo de calor, cuando el Bill [la factura] nos puede llegar hasta de $900.00”, dijo. Esa cantidad representaría casi el 50% de su salario mensual, y el resto serviría para pagar los otros $900 que paga por el alquiler de una pequeña casa.
Alejandro narró que en la empresa donde trabaja él y sus compañeros, fueron víctimas de robo de salario durante mucho tiempo.
“Sí, sentíamos feo por eso, pero no nos quejábamos mucho porque no estábamos unidos, además de que todo estaba más barato antes y el dinero alcanzaba un poquito más, pero ahorita ya no, porque en estos años las cosas ya empezaron a complicarse más”, dijo el trabajador agrícola.
Por el momento, Alejandro Chona y algunos de sus compañeros de cuadrilla están trabajando un promedio de 20 a 30 horas a la semana. Una plaga atacó la verdura china que habían sembrado, no se pudo realizar la cosecha y les recortaron las horas.
Por suerte, él y su esposa tienen como alternativa transportar pasajeros a través de la red de Uber.
Una petición de entrevista con Richard L. Gould, dueño de Ho Sai Farms, Inc. no pudo ser posible al cierre de edición.
Por el bien de todos
Catalina Niño, originaria de Villa de Etla, Oaxaca, y que se ha dedicado la mayoría de sus 55 años a la agricultura y trabajando en empacadoras, subrayó que el “histórico” contrato que lograron les cambiará la vida “radicalmente”.
“Ya han cambiado las condiciones de trabajo. No son las mismas de antes; ahora ya tendremos vacaciones y días festivos pagados y todo eso es para bien de nosotros, los trabajadores…antes o gozábamos nada de eso”.
Catalina Niño expuso que, entre los abusos que tenían que tolerar estaban los malos tratos, los gritos y el impago de horas extras.
“No nos daban el equipo necesario para cortar la verdura y los baños estaban muy sucios; se lo decíamos a los mayordomos y ninguno iba a revisarlos”, dijo. “En tiempo de calor olían muy desagradablemente y las mesas donde comíamos estaban pegadas a los baños; la gente no se sentaba allí, sino que mejor comían en sus carros”.
La mujer, quien lleva cinco años laborando para la empresa Ho Sai Farms, Inc. de Bakersfield contó que, entre otros maltratos estaba la negativa de los mayordomos de darle descanso a las personas que sufrían golpes de calor, cuando la temperatura oscilaba entre los 110 y 115 grados.
“A mí me pegó un golpe de calor. Empecé a sentir un fuerte dolor de cabeza y náuseas”, relató. “Pero, cuando yo le dije al mayordomo que me tenía que ir porque yo no me sentía bien, él dijo: “No te puedes ir; todavía tenemos cajas que sacar”.
“Yo le dije que no me sentía bien y me fui”, expresó Catalina, y el mayordomo añadió: “Pues a ver qué me dicen”.
Catalina manejaba en dirección hacia su casa y tuvo que orillarse en la carretera, bajó de su carro y vomitó.
Estando en casa, su cuñada le dio “sal de uvas”, un polvo efervescente con ácido cítrico y bicarbonato de sodio que actúan como antiácidos.
El remedio casero funcionó y Catalina regresó al trabajo al siguiente día. Por fortuna, no sufrió represalias.
“Aunque se enojen los mayordomos, nuestra salud es primero”, afirmó la mujer oaxaqueña.
“Sí, todos teníamos miedo de perder el trabajo, miedo a ser señalados, pero ahorita que obtuvimos un triunfo, debemos seguir la lucha por el bien de todos nosotros, porque solamente así vamos a mejorar nuestras condiciones de trabajo”.