Senador Romney deja en manos del Congreso la responsabilidad de investigar a los nominados de Trump

El senador republicano Mitt Romney, un crítico frecuente de Donald Trump que pronto se retirará del Congreso, mantuvo sus críticas al presidente electo pero dijo que Trump y su movimiento MAGA ahora definen al Partido Republicano.

Por ello, el senador recordó este domingo que es obligación del Congreso investigar y ratificar o no a los nominados del presidente electo, deslindándose y manteniendo su crítica.

“Como saben, no soy partidario del presidente Trump. No lo apoyé en esta elección. Tampoco lo apoyé la última vez que se presentó, en gran medida por cuestiones de carácter”, dijo el republicano de Utah.

“El Senado tiene la responsabilidad de garantizar que estas personas sean legítimas, que no haya ningún esqueleto que pueda ser una vergüenza para ellos o para el país”, señaló al canal CNN Romney, en la que ha sido una de sus últimas entrevistas como legislador tras anunciar en 2023 que no buscaría la reelección en las pasadas elecciones del 5 de noviembre.

Romney insistió que los elegidos por Trump para formar parte de su próxima Administración son “un conjunto inusual de individuos”, y no las personas que él habría elegido, no obstante el presidente electo tiene “derecho” a hacer sus selecciones.

El senador, quien fue candidato del Partido Republicano en los comicios de 2012, en las que cayó derrotado frente al expresidente Barack Obama, reconoció el peso que a día de hoy tiene en la agrupación conservadora Trump y el movimiento detrás de él, MAGA (siglas en inglés de Hacer Grande a EEUU Otra Vez).

“MAGA es el Partido Republicano y Donald Trump es el Partido Republicano hoy”, dijo.

El presidente electo, quien asumirá la Presidencia el próximo 20 de enero, dio a conocer la tarde del sábado a otro de grupos de nominados para integrar la próxima Administración en la Casa Blanca, entre los que figuran al ejecutivo de IBM Troy Edgar como subsecretario de Seguridad Nacional.

Trump puso de relieve que Edgar fue alcalde de Los Alamitos, en California, donde lo ayudó a “liderar la revuelta de la ciudad y el condado contra las Ciudades Santuario en 2018”, en alusión a las ciudades que no destinan recursos a las autoridades federales en materia de Inmigración.

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