Trump y Musk: ¿Fin al control sobre accidentes de Tesla?
Una posible nueva legislación en EE.UU. podría eliminar la obligación de reportar accidentes de sistemas de conducción semiautónoma, como el Autopilot de Tesla
La seguridad en los sistemas de conducción autónoma y semiautónoma ha sido un tema candente en la industria automotriz, especialmente desde la implementación, en 2021, de una normativa en Estados Unidos que obliga a las marcas a reportar todos los accidentes relacionados con estas tecnologías.
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Entre los fabricantes, Tesla ha sido el más afectado por estas regulaciones, lo que ha generado una intensa supervisión por parte de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA). Sin embargo, este panorama podría cambiar drásticamente si se aprueban nuevas leyes impulsadas por la administración de Donald Trump.
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Según informes de Reuters, el equipo de transición de Trump está considerando eliminar esta obligación. La decisión llegaría en un momento en el que el Autopilot, el sistema de conducción semiautónoma de Tesla, enfrenta cuestionamientos tras cientos de incidentes registrados.
De materializarse esta medida, se modificaría significativamente la forma en que se monitorean y regulan las tecnologías de automatización en los vehículos, dejando abierta la interrogante sobre cómo afectará la seguridad vial y la confianza de los consumidores.
El papel de Elon Musk y la política detrás del cambio
Elon Musk, CEO de Tesla, ha sido un actor clave en el respaldo de la candidatura de Donald Trump. Durante la campaña, Musk apoyó al republicano con donaciones millonarias y un enfoque mediático que le valió un lugar en el círculo cercano del expresidente electo.
Este apoyo podría traducirse en influencias sobre políticas clave, como la regulación de los sistemas semiautónomos.
De acuerdo con documentos filtrados, Musk podría ser nombrado asesor externo del Departamento de Eficiencia Gubernamental, un puesto estratégico desde el cual podría influir en las decisiones regulatorias que afectan a Tesla y otras compañías tecnológicas.
Sin embargo, aún no está claro hasta qué punto Musk podría estar involucrado en el impulso de la derogación de esta normativa.
Regulaciones actuales: transparencia versus protección
La normativa vigente, implementada durante el mandato de Joe Biden, exige a las automotrices reportar cualquier accidente relacionado con tecnologías de automatización, como el nivel SAE 2 o superior.
La intención detrás de esta medida es promover la transparencia, evaluar riesgos y prevenir fallas que podrían comprometer la seguridad de los usuarios.
Desde su implementación, más de 2,700 incidentes han sido documentados, y se han iniciado múltiples investigaciones y llamados a revisión. Entre estos casos, Tesla destaca con más de 467 colisiones reportadas, 13 de ellas mortales.
Ese nivel de escrutinio ha generado tensiones entre la empresa y la NHTSA, ya que Tesla argumenta que su tecnología de monitoreo en tiempo real la expone a un mayor nivel de supervisión en comparación con otros fabricantes.
Implicaciones de una posible derogación
Si se elimina la obligación de reportar accidentes, las consecuencias podrían ser significativas. Por un lado, se reduciría la transparencia en la implementación y desarrollo de sistemas semiautónomos, lo que dificultaría la identificación de fallas sistémicas y patrones de riesgo.
Por otro lado, las automotrices tendrían mayor libertad para avanzar en la tecnología sin la carga administrativa y el impacto reputacional de los informes públicos.
Para Tesla, esto representaría un alivio considerable, especialmente dado que su sistema Autopilot ha sido señalado como un contribuyente a accidentes evitables.
Según la NHTSA, algunos de estos incidentes se deben al uso indebido del sistema por parte de los conductores, quienes ignoran las recomendaciones de mantener la atención al volante y las manos en el control.
El impacto en la industria automotriz
La decisión de Trump de derogar esta normativa podría establecer un precedente para otros países que evalúan implementar regulaciones similares.
A medida que los vehículos autónomos y semiautónomos se convierten en una realidad, los gobiernos enfrentan el desafío de equilibrar el avance tecnológico con la seguridad pública.
Queda por ver cómo se desarrollará esta propuesta en los próximos meses y si encontrará oposición en el Congreso o entre los defensores de la seguridad vial. Por ahora, la discusión en torno a la normativa es un reflejo de las tensiones entre innovación, regulación y responsabilidad corporativa.
¿Y el mercado estadounidense?
Un aspecto clave de este debate es la incertidumbre sobre cómo afectará a los consumidores estadounidenses.
Si bien Tesla sigue siendo un líder en la adopción de tecnologías de conducción autónoma, la percepción pública sobre la seguridad del Autopilot podría influir en las ventas y en la aceptación de estos sistemas en el país.
Con el inicio del nuevo gobierno en enero, el futuro de la normativa y su impacto en Tesla será una de las historias más seguidas en el sector automotriz.
La pregunta central es si este cambio beneficiará a los usuarios finales o simplemente fortalecerá la posición de las grandes tecnológicas en detrimento de la seguridad vial.