Regocijo navideño en L.A. Mission
Cientos de familias y sus hijos reciben los regalos que pidieron a Papa Noel y se preparan para recibir al niño Jesús el 24 de diciembre
La pequeña Sofia, de nueve años, anhelaba que Papá Noel le trajera de regalo una muñeca Barbie en Navidad y su deseo se cumplió, gracias a los directivos de L.A. Mission y la supervisora del condado, Hilda Solís.
“Otra vez, no tengo dinero para comprarle un regalo a mis hijos ni para ponerles algo en sus gorritos de Navidad”, dijo a La Opinión, Concepción González, la madre de Sofia, Angelique y Unique. “Pusimos el arbolito de Navidad en casa, pero está pelón, sin regalos”.
“¡Ho, Ho Ho, ya llegó Santa Claus!”, dijo emocionada la niña, quien no cabía de contenta cuando la supervisora Hilda Solís le entregó en sus manos la muñeca de sus sueños.
Como cada año, L.A. Mission cumplió justamente con la misión de alegrar un poco la vida de las personas más necesitadas de la sociedad angelina, incluyendo las familias inmigrantes y los miles de desamparados que dormitan en las calles de Skid Row.
“Los padres vinieron con sus hijos a recibir una comida caliente y nosotros, como humanos, queremos apoyarlos y respetar a las familias que han venido a celebrar las fiestas”, dijo la supervisora Solís, cuya oficina donó más de $7,000 para comprar comida y juguetes.
Colaboración y solidaridad en Skid Row
Desde las 4:00 a.m., un contingente de cocineros se dedicó a preparar miles de platillos de comida típica de Estados Unidos, consistente en chuletas de pavo, puré de papa, espárragos, panecillos hawaianos, rebanadas de manzana crujiente y y aderezo de arándanos, los cuales fueron distribuidos por actores y voluntarios.
Uno de esos personajes fue la actriz estadounidense Ryan Kiera Armstrong, de 14 años, (Firestarter, 2022) y quien tuvo un papel recurrente en las temporadas de la serie canadiense Anne with an-E (Anne con una E).
“Estoy realmente muy emocionada de servir a los demás”, dijo a La Opinión, Ryan Kiera Armstrong. “Nunca había hecho algo así, y me encanta retribuir y conectarme con la gente. Es una experiencia edificante”.
Fundada en 1936, Los Angeles Mission es una organización religiosa sin fines de lucro, con apoyo privado y que atiende las necesidades inmediatas y a largo plazo de hombres, mujeres y niños desfavorecidos y sin hogar. El organismo se encuentra entre los principales proveedores de servicios para personas sin hogar más grande de Estados Unidos.
Actualmente, la visión de la Misión de Los Ángeles es dirigida por el pastor Troy Vaughn, presidente y director ejecutivo. Gracias a él y a sus colaboradores, continúan el mandato de llegar a aquellos que están solos y desamparados.
“Aquí hay mucho trabajo y realmente estamos emocionados de ver lo que sucede en L.A. Mission”, dijo el pastor Vaughn. “El proyecto de colaboración con las autoridades del condado aumentara la estabilización para ayudar a la población indocumentada y a quienes carecen de vivienda permanente”.
Sin dinero para comprar regalos a los niños
Precisamente, una de esas familias sin hogar es la de Luisana Escalona, una mujer venezolana de Barquisimeto, quien es madre de cinco hijos: Carlos, Eudimar, Alexander, Justin y Britanny, quienes viven desde hace cinco meses en el albergue de L.A. Mission.
“Nuestra Navidad la vamos a pasar en el refugio”, dijo Luisana, a La Opinión. “Los únicos regalos que tendrán mis hijos son los que les dieron aquí, en la misión”.
La familia de Carlos Pérez, un guatemalteco que trabaja en la construcción también se benefició de la entrega gratis de juguetes para sus hijos Maidy, de 13 años, Ximena, 11, Elisa, 8, Caros 5, e Iván, 1 año.
“No hay dinero suficiente para comprar regalos a los niños”, comentó Carlos. “Todo está muy caro y a mí, apenas me alcanza para pagar los $1,300 de la renta mensual”.
Carlos, originario de Retalhuleu, Guatemala describió que toda la familia, incluyendo a su esposa, Josefina López, y sus cinco hijos viven en un departamento de una sola recamara en el distrito de Westlake.
“Quisiéramos vivir en un lugar más amplio, pero las rentas andan a más de $2,000 al mes”, dijo, y añadió que en Navidad estarán reunidos como familia, harían una oración y levantarían al niño Dios, “como lo hacíamos en mi país cada 24 de diciembre”.
Por su parte, la señora Doris Pico, emigrante de Manta, Ecuador, llegó desde temprano para hacer fila sobre la calle Wall, junto con sus pequeñas Isabella y Leidy, de 3 y 4 años, respectivamente.
“Yo llegué a Estados Unidos desde hace un año y me vine por la situación económica y la inseguridad en mi país”, dijo la señora Pico, quien era costurera en su país. “Por ahora, trabajo en lo que salga, y estoy limpiando casas”.
Si bien ya vive en los Estados Unidos, lamenta que le sea difícil conseguir un empleo por la falta de documentos.
Sobre este tema, consideró que las presuntas deportaciones masivas que pretende realizar el presidente electo Donald Trump, “son injustas”.
“Nosotros venimos a trabajar, no a robarle nada a nadie; no venimos a delinquir, sino que queremos salir adelante con nuestros hijos”, afirmó la mujer ecuatoriana.
A ello, el guatemalteco Carlos Pérez añadió: ¿Yo qué voy a ganar si me preocupo? Si le pongo importancia me va a doler la cabeza. Y si no, lo que va a pasar tiene que pasar. Yo solamente trato de vivir bien con mi familia”.
El servicio y amor por los más necesitados
Entra los más de 200 voluntarios que participaron en la fiesta navideña de L.A. Mission se encontraba Katina Holiday, directora ejecutiva de la organización Holiday’s Helping Hands, mediante la cual ayuda a las personas marginadas a emprender el camino hacia una vida mejor.
“Estoy aquí para retribuir a la comunidad. Nos encanta dar. Nos encanta servir y ayudar a los necesitados y durante esta temporada navideña no hay mejor manera para hacerlo que servir un plato de comida a la gente, sobre todo a los niños”, dijo Katina Holiday.
“Todas las cosas hermosas que compartes son las que Dios te ha dado a lo largo de la vida”, añadió. “Servir a los más necesitados en el condado de Los Ángeles me hace sentir bien. Simplemente te inunda de alegría, la cálida sensación y las palabras no pueden describir lo que se siente al poder ayudar a alguien a poner una sonrisa en la cara de los niños, a aliviar la carga de alguien y a ser la esperanza que probablemente ha estado deseando”.
Jim McDonnell, jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), manifestó a La Opinión que le resultó asombroso ver la cara de felicidad de los niños cuando recibían sus juguetes de Navidad.
“Cuando todos nos unimos y tratamos de ayudar a aquellos mucho menos afortunados que nosotros es una gran lección de humildad “, dijo McDonnell. “Debemos poder ver la expresión de los rostros de las personas y la gratitud que sienten por cosas muy pequeñas, cosas que con demasiada frecuencia damos por sentado. Todos podríamos hacer más unos por otros, y si pudiéramos empezar el nuevo año mirándolo con ese tipo de perspectiva, viviremos en un mejor lugar”.
Entre tanto, Teresa Samaniego, vicepresidenta de relaciones comunitaria de la cadena ABC7, informó que la compañía donó 500 juguetes que fueron recolectados por 49 organizaciones relacionadas con el Departamento de Bomberos, a través de la campaña Spark of Love (Chispa de amor).