Exhortan a iniciar un año nuevo sin miedo
Miembros del grupo RevCom marchan en el área de Westlake donde vislumbran redadas de la administración Trump
María Cux, originaria de Guatemala, su hijo Ismael, de ocho años y su perro “Rocky” observaban la ruidosa manifestación que circulaba al sur de la calle Burglington, en el vecindario Westlake y MacArthur Park, y se detuvo para preguntar la razón de la protesta.
Miembros del movimiento RevCom le entregaron un panfleto del mensaje de Bob Avakian, fundador en 1975 del Partido Revolucionario Comunista, quienes advierten que el gobierno “fascista” de Donald Trump deportará a millones de personas si antes no se le detiene con protestas masivas en las calles de Estados Unidos.
“Muchos dicen que eso no está bien”, reaccionó María que trabaja en la industria de la costura y que emigró a Los Ángeles cuando tenía 13 años.
“Uno sale de su país por la necesidad de no morir por la violencia o el hambre”.
Sin miedo en Año Nuevo
“New Year. ¡No Fear!” (Año Nuevo. ¡Sin miedo!) fue el cántico de los seguidores del movimiento del líder revolucionario y autor del “nuevo comunismo”. Bob Avakian, de 77 años, quien a principios de la década de 1970 cumplió una condena de prisión por profanar la bandera estadounidense durante una manifestación.
“No podemos escondernos; hay que dejar atrás el miedo”, dijo Andrés Rico, nacido en Nicaragua. “Viene la pesadilla [de las deportaciones] y hay que ser valientes para enfrentar el nuevo año con valor. Nos levantarnos en un movimiento de resistencia para derrotar a Donald Trump y el Movimiento MAGA, que están llenos de racismo”.
En la esquina de la calle Sexta y Bonnie Brae, megáfono en mano, Andrés y sus compañeros alertaron a la comunidad residente de Westlake y alrededor del parque MacArthur, de que “nadie se va a salvar” de las prometidas deportaciones masivas.
“Hay que arrancar de raíz el movimiento racista y fascista de Trump, y todos tenemos que ser parte de una revolución para derrotarlos”, dijo el manifestante.
El vecindario, habitado mayoritariamente por inmigrantes centroamericanos, podría ser la “zona cero” de redadas de inmigración del gobierno entrante de Donald Trump.
“Yo le pido a Dios que no pase nada, porque muchos ya han entrado en pánico”, dijo María Cux.
En el Distrito Uno de la ciudad de Los Ángeles hay una concentración no oficial de aproximadamente un millón de residentes centroamericanos.
“Está duro el asunto. Nosotros solamente venimos a chambear y no le quitamos el trabajo a nadie”, precisó Melchor Genaro, un vendedor de tacos, oriundo de Totonicapán, Guatemala.
“Por el momento, no hay protección para nadie”, añadió Marisol, una vendedora de fruta y aguas frescas. “Si quisieran deportarme, tendría que irme con mi hijo de tres años que nació aquí”.
¡Trump, no!, ¡Fascismo, no! ¡Humanidad, sí!, Migrantes, ¡sí!, y “Todos somos ilegales” fueron las arengas que gritaron los manifestantes, quienes caminaron desde la calle Sexta hacia el norte hasta la calle Tercera y retornaron al sitio de partida por la calle Burlington, ante la mirada atónita de los inmigrantes.
“Desde el primer día del fascismo de Trump-Pence y MAGA, va a haber áreas sangrientas por aquí, que es uno de los barrios más concentrados de Los Ángeles, de gente de toda América Latina”, vaticinó Noche Díaz, miembro de los RevCom Corps Los Angeles (Cuerpo de Revolucionarios Comunistas de Los Ángeles ), al explicar por qué escogieron la zona de Westlake-MacArthur para su protesta.
“Ellos han hablado de que las redadas comenzarán en Chicago, pero están hablando de deportar gente en todas partes, y en sus ataques van a separar a las familias y llevarse también a sus hijos”, indico el activista.
“El mensaje para quienes viven aquí es que no hay motivos para simplemente desesperarse y vivir con miedo”, añadió. “Es el momento de que la ira y la determinación pongan fin a esto. Gente fuera de este vecindario debe saber que habrá personas que vendrán y no solo los apoyarán, sino que también se enfrentarán a los fascistas de Trump-Vance”.
“Trump está a otro nivel de ataque”
Michelle Xai, quien participó en una demostración similar de los RevCom en Nueva York, declaró a La Opinión que la administración de Donald Trump está atacando a la comunidad de inmigrantes “a otro nivel”.
“La gente no podrá salir ni siquiera a las calles”, afirmó. “Y, al contrario, es lo que más necesitamos ahora, no como una marcha normal, sino como un movimiento nacional que logre detener lo que quieren hacer, que no es más que deshacerse de la comunidad inmigrante”.
Xai, explicó que el lema de “No miedo en Año Nuevo” no es para decirle a la gente que todo va a estar bien y que no debe tener miedo, sino que se trata de un llamado para respaldar, proteger, defender y luchar “en contra del fascismo abierto”.
La protesta en Nueva York coincidió con el anuncio de una nueva decisión judicial que confirma que las cárceles de ese estado mantuvieron a inmigrantes detenidos para que pudieran ser entregados a los Servicios de Inmigración y Naturalización (ICE) para su deportación.
Lo mismo sucede en las prisiones estatales de la “Gran Manzana”.
The New York Times dio a conocer que, entre 1997 y 2012, las cárceles de la ciudad de Nueva York retuvieron ilegalmente a más de 20.000 personas, más allá de su fecha de liberación, hasta dos días para que ICE las detuviera y las pusiera bajo custodia.
“En este tiempo, necesitamos defender a aquellos que están siendo atacados por este programa fascista de deportaciones”, afirmó Michelle Xai. “En nombre de la humanidad, nos negamos a aceptar un Estados Unidos fascista”.
“Esto no es sólo inmoral”
En una carta enviada a la administración Biden, el 10 de diciembre, senadores demócratas urgieron al presidente que tomara acción en los últimos días de su mandato para proteger a las comunidades inmigrantes a largo plazo y garantizar que las familias no sean regresadas a países donde enfrentarían peligro.
La misiva, firmada por el senador de California, Alex Padilla, Catherine Cortez Masto y Ben Ray Luján, insta a Joe Biden a respaldar fuertes medidas de seguridad fronteriza y garantizar la defensa de los beneficiarios de DACA y los titulares del Programa de Estatus de Protección Temporal (TPS).
“Esto no es sólo inmoral: al quitarles el estatus legal y la autorización de trabajo a estas personas, estaríamos destruyendo sectores críticos de nuestra fuerza laboral”, dijo en su oportunidad el senador Padilla.
“El presidente Biden tiene el poder de prevenir estos daños y lo insto a aprovechar este momento para proteger a los inmigrantes a largo plazo y fortalecer nuestra economía”.
A menos de tres semanas de que Trump asuma al poder, no hay indicios de algún cambio sustancial de protecciones para nadie.
De hecho, en su primera administración (2016-2020_), Trump trató de eliminar el TPS para varios países y en su campaña hacia la Casa Blanca prometió acabar con el TPS para los refugiados haitianos que ingresaron legalmente a Estados Unidos, a través del programa CBP One, incluyendo a cubanos, nicaragüenses y venezolanos.
Cientos de miles en peligro
En California viven unos 68,000 beneficiarios de TPS y 150,000 personas que obtuvieron permiso de trabajo y garantías contra la deportación a través del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) de la era del expresidente Barack Obama.
Y, si bien en Estados Unidos, al menos 180,000 salvadoreños han vivido en este país por más de 23 años con este permiso, trabajando honradamente y manteniendo una conducta moral intachable, Trump ya amenazó con eliminar el TPS cuando asuma el cargo en menos de tres semanas.
Sin embargo, de acuerdo con la oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía de los Estados Unidos, más de 860,000 inmigrantes de 17 países Afganistán, Burma, Myanmar, Camerún, El Salvador, Etiopía, Haití, Honduras, Líbano, Nepal, Nicaragua, Siria, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Ucrania, Venezuela y Yemen están protegidos bajo el TPS que amplió significativamente el presidente Joe Biden.